La periodista María Ramírez Blanco denunció que fue acosada sexual y laboralmente por Víctor Hugo en Canal 6 y en Milenio. A pesar de que se acercó con los directivos y presentó una queja no hicieron nada, al contrario, el hostigamiento laboral empezó.
Regeneración, 8 de septiembre del 2021. La periodista María Ramírez Blanco denunció a través de Perimetral que fue acosada por el reportero Víctor Hugo. También acusó que fue violentada laboralmente en Canal 6 y en Milenio.
En mayo del 2020, Víctor se integró como jefe de información en Jalisco. Un día le pidió su número a María, le escribió por Whatsapp y le puso un emoji con un cubrebocas. Posteriormente, le dijo que debajo había «un beso».
La periodista tenía menos de un mes de conocerlo y se le hizo raro que se dirigiera a ella de esa forma. Después ambos se empezaron a seguir en redes sociales. En una ocasión María subió una foto en bikini y él le dijo “en vez de invitarme a correr, mejor invítame a tu tina”.
Una noche le llamó por teléfono para explicarle la agenda del día siguiente, cuando terminó le pidió que le describiera su pijama y enfatizó en que «no era por ser sexoso». Sin embargo, la comunicadora se quedó callada y enseguida Víctor le mencionó que seguro estaba con otras personas; por lo que mejor le hablaría después y le colgó.
Lo que superó el límite de Ramírez Blanco fue que el jefe de información la mandó a llamar a la oficina de la productora. En la reunión Víctor le dijo que le tenía una propuesta de trabajo; ya que el canal estaba creciendo e iban a incluir programación nueva. La cual incluía un canal pornográfico y querían que María participara.
La periodista se negó, le dijo que era era reportera y no le interesaba participar. A pesar de eso, él le insistió y le aseguró que iba a obtener beneficios. Incluso le preguntó que si tenía tatuajes, María respondió que sí y Víctor le contestó que no se preocupara porque se los cubrirían con maquillaje; igual que a él. Fue así como entendió que él iba a ser «el actor».
Cuando eso ocurrió se lo contó a una compañera y ella le aconsejó no quedarse callada.
Los directivos no hicieron nada
María denunció a Víctor ante los directivos, luego de que la suspendiera sin motivo y le descontaran 300 pesos. Uno le dijo que conocía desde hace tiempo a su acosador y que era su amigo. Además, le comentó que tenía otra versión y le echó la culpa a ellos; pues en palabras del jefe de información la coqueta fue la periodista.
Otro de los altos mandos mencionó que lo iba a revisar con el corporativo en Monterrey porque supuestamente no aprobaban esas conductas, pero no pasó nada.
La víctima fue a Recursos Humanos para preguntar sobre los avances en su caso y le informaron que el corporativo determinó que fue una broma. Al tratarse de un asunto personal entre ella y Víctor, ellos lo tenían que resolver.
María solicitó la resolución por escrito y el protocolo con el que se argumentó su caso, pero no se lo dieron. Por lo que decidió realizar una denuncia ante el Centro de Justicia para las Mujeres.
Denuncia formal y hostigamiento laboral
El 23 de octubre del año pasado María decidió presentar una denuncia formal, ante el nulo avance de su caso. La Comisión Estatal de Derechos Humanos tuvo que intervenir porque el Centro de Justicia no le garantizó el contacto nulo con el agresor, ni le proporcionaron información sobre las acciones que la empresa tenía que cumplir para garantizar su integridad.
La denuncia derivó en hostigamiento laboral. Al concluir el 2020, María ya casi no salía en los espacios de noticias, proporcionaba uno o dos enlaces.
Aunado a ello, en una ocasión la grabaron cuando llegó a la redacción a las 6:30 y expusieron las imágenes en las que la reportera salía planchándose el cabello. Mientras los conductores del programa se reían y la llamaron «Chimoltrufia».
El ambiente laboral se volvió pesado porque sus compañeros y compañeras también empezaron a distanciarse, difundían rumores sobre María y la juzgaban. Lo que provocó que la víctima ya no quisiera ir a trabajar y tuvo que tomar terapia por su cuenta porque no se la proporcionaron en el Centro de Justicia, hasta diciembre.
María reveló que hasta le prohibieron vestirse de determinada forma y era algo que sólo aplicaba con ella.
La reportera se hartó de lo que vivió y de que criticaran situaciones de acoso en la redacción, pero no hicieran nada en su caso. Un día se armó de valor, llegó a la oficina y en un pizarrón escribió: «Canal 6 y Milenio minimizan hostigamiento sexual»; mensaje que fue borrado por uno de sus compañeros.
Uno de los directivos la mandó a llamar y le pidió que esperara a que su denuncia se resolviera, que para él ese era un acto de provocación; pero María insistió en que no hicieron nada cuando se acercó a ellos a denunciar y minimizaron su caso.
El 10 de febrero de este año despidieron a Víctor, el agresor. Aunque la empresa no reconoció que fue por hostigamiento sexual, no rechazaron su acción, ni anunciaron medidas para no volviera a ocurrir.
Despido injustificado
El hostigamiento laboral no quedó ahí porque como María estaba sindicalizada el medio de comunicación encontró la forma de realizar tres actas administrativas para despedirla; a pesar de que no tenían argumentos.
El Sindicato de Trabajadores Sección Dos no hizo nada, ni siquiera conocían del acoso que María vivió hasta que ella les contó. El área de Recursos Humanos no les notificó sobre el actuar de su jefe.
Tras el despido de Víctor el hostigamiento disminuyó, pero las últimas tres semanas en las que la periodista laboró aumentó. La mandaban a las entrevistas sin camarógrafo y no podía disponer de un carro.
María no quería perder su plaza y pidió que la reubicaran, pero no sucedió. El 23 de julio fue su último día de trabajo y la despidieron con el argumento de que la empresa realizaba reajuste de personal. Su liquidación se la dieron dos meses después.