Aunque existen leyes para garantizar la participación de las mujeres, los partidos políticos siguen simulando y evitan postular a mujeres.
Regeneración, 08 de marzo de 2018.- La inequidad de género es una constante y la política no es la excepción; en todo el país, las mujeres sólo gobiernan en 15.6 por ciento de las alcaldías y una gobernadora.
Aunque hay leyes para garantizar la participación equilibrada de las mujeres, los partidos políticos se resisten a fomentar cargos públicos que impliquen la toma de decisiones de parte de las mujeres. En resumidas cuentas, aunque las entidades políticas tienen en sus filas a mujeres, evitan colocarlas en puestos de poder.
De acuerdo con cifras del INE, sólo en las candidaturas federales se cumple la norma de equidad de género, pues en las elecciones del 2012, de las mil 466 precandidaturas a cargos federales, 674, es decir el 45.98% fueron mujeres; mientras 792, o el 54.02 por ciento fueron hombres.
Por otra parte, de las 6 mil 360 precandidaturas locales de los partidos, apenas 2 mil 412 (37.92%) fueron para mujeres, contra 3 mil 948 (62.08%) para hombres.
Y el caso se agrava en el caso de las gubernaturas, pues hubo 43 precandidatos: 37 hombres y 6 mujeres.
Dichas cifras nos llevan a la representación actual, en la que del total de gobernadores de México, uno por cada estado de la República,sólo una es mujer.
A nivel local, las Cámaras con más integrantes mujeres son la de Chiapas (60%), Coahuila (57%) y Zacatecas (53.3%); mientras que los Congresos con menos mujeres son el de Morelos (20%), Tlaxcala (28%) y Puebla (29%).
Pero este no es todo el problema, pues una vez que una mujer es postulada para un cargo de representación, con frecuencia se incurre en descalificaciones por el físico, la forma de vestir y la supuesta subordinación a varones, entre otras de tipo personal, lo que supone un grave problema de violencia política de género.
La investigadora de la Flacso Irma Méndez de Hoyos señaló que a pesar de que en los Congresos ha habido avances en la paridad, aún falta que en las Legislaturas se impulsen agendas y políticas a favor de la mujer y orientadas a eliminar la brecha de género.