Indígenas de Tuxtla, municipio de Zapotitlán de Méndez, Puebla, protestaron contra las obras de la empresa Generadora de Energía San Antonio para construir una presa hidroeléctrica y denunciaron que opera ilegalmente ya que carece de permisos.
Regeneración, 20 de octubre de 2016. Zapotitlán de Méndez, Puebla.- Con una manifestación en pleno río, pobladores de Tuxtla, en el municipio de Zapotitlán de Méndez, exigieron a la empresa Generadora de Energía San Antonio (GESA) frenar las excavaciones que inició en el lugar donde pretende construir una hidroeléctrica y la acusaron de carecer de los permisos para la realización de esa obra y de no haber realizado una consulta indígena como estaba obligada.
La mañana de este miércoles, unos 130 pobladores indígenas totonakus llegaron hasta los ríos Zempoala y Ateno para demandar a los empleados de una contratista de GESA que abandonaran los terrenos donde realizaban algunas perforaciones, auxiliados de un barreno, cuyo ruido alertó su presencia.
De manera pacífica, los inconformes exigieron a los empleados y luego a la licenciada “Eliza de Tuzamapan”, representante de la generadora de energía, que les mostraran las licencias que aseguraron tener para las obras, pero dijeron que “no las tenían a la mano. Nosotros creemos que no tienen nada, porque el permiso que les había dado la SEMARNAT, tiene más de un año que está vencido”, argumentó Paulino López en representación de sus vecinos.
Además, añadió, tampoco ha realizado la consulta al pueblo a la que le condicionó la Semarnat para la ejecución de las obras.
Los trabajadores de GESA se negaron a suspender los trabajos con el argumento de que se encontraban en territorio de Xochitlán y no de Zapotitlán, de donde son originarios los manifestantes, “y nos dijeron que ahí todo mundo quiere a la hidroeléctrica, aunque sabemos, porque todos estamos organizados, que hace dos años ahí firmaron un documento para rechazar el proyecto”, indicó.
“Venimos de manera pacífica para recordarle a GESA que no queremos la hidroeléctrica en nuestros ríos”, agregó al tiempo de aclarar que el proyecto no ha sido consultado con ellos, a pesar de ser una de las comunidades “más afectadas”.
La empresa pretende instalar tres tuberías de conducción, construir un túnel, un tanque de carga y dos casas de máquinas, además de caminos de acceso con una longitud de más de 11 kilómetros en territorio de los municipios de Xochitlán de Vicente Suárez, Atlequizayan, Nauzontla, Zapotitlán de Méndez y Zoquiapan. Las autoridades de éste último lo declararon “libre de proyectos de muerte”, junto con Xochiapulco, Tuzamapan, Jonotla y Cuetzalan.
Las localidades más cercanas a la construcción de la hidroeléctrica San Antonio serán Xochitlán y Tzontecomata, de Xochitlán de Vicente Suárez, y Tuxtla, perteneciente a Zapotitlán de Méndez, en donde ayer se manifestaron los totonakus.
El 19 de octubre de 2014, pobladores de Xochitlán, en asamblea, rechazaron “absolutamente los proyectos de muerte”, diciendo no a “las minas. No a las hidroeléctricas. No a las ciudades rurales. No a las semillas transgénicas. No a la privatización del agua. No al fracking. No al extractivismo”.
Los pobladores de Tuxtla demandaron a las autoridades y a la empresa que respeten lo que dice el artículo 2 de la Constitución y el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo. A que respeten su derecho al territorio, a la libre determinación, a la consulta y el consentimiento previo, libre e informado, a un medio ambiente sano, a la alimentación, a la salud, al agua y a la vivienda, entre otros.
En diciembre de 2013, la Semarnat autorizó a GESA la construcción de la hidroeléctrica San Antonio con una vigencia de 24 meses para ejecutarla, es decir venció en el mismo mes del 2015 y además la condicionó a la realización de una consulta indígena que, según los pobladores, no ha sido hecha.