AMLO sigue fortalecido y a su alrededor existe aún un desdén y un hartazgo por esa partidocracia opositora que insosteniblemente lo intenta desprestigiar.
López Obrador mantiene una inclinación favorable; su popularidad sigue intacta
Por Javier Lozano Gamiño
Regeneración, 30 agosto del 2019. Es verdaderamente impresionante la legitimidad que goza el presidente Andrés Manuel López Obrador en el ejercicio de sus funciones como mandatario del ejecutivo Federal, a días de su Primer Informe de Gobierno.
Esto le da un margen muy amplio para seguir estableciendo el esquema de la Cuarta Transformación, que ha producido efectos favorables, sobre todo en los programas sociales, educativos, culturales.
Ademas rompe con la barrera de contención de las frivolidades a las que estaban acostumbradas las clases políticas de México y que contrastaban la enorme desigualdad social que era ligada a los factores sociales de pobreza, marginación y precariedad que fue expandiendo su concepción.
Algunos sondeos lo colocan con más 74% de aprobación, esto significa, que si hay elecciones en estos momentos, el PAN, PRI, PRD, MC nuevamente serían aplastados los partidos y aquellos que se acumulen por el proceso de constitución ante el INE.
Esto denota un avance sustancial, empero, aún se manifiesta la presencia de mecanismos que insoslayablemente, penetren a todos los rincones.
Es natural, AMLO lleva nueve meses, y se encontró una estructura gubernamental evidentemente fracturada y disfuncional, porque el desaseo se concentró en un epicentro central de corrupción, nepotismo, prebendas, robo y desvíos.
Problemáticas que fueron el legado por la emulación de cada una de las anteriores administraciones, que incluyen los fracasos de Vicente Fox y Felipe Calderón, dos personajes que causan desaliento en el territorio Nacional.
Es evidente que AMLO ha tenido una dirección que se gesta del cumplimiento de ese abanico amplio de promesas que pondero en tiempos de campaña; este ejercicio sigue aterrizando e inyectando esa confianza entre la sociedad.
Sin embargo, podemos seguir descifrando que existe una creciente animadversión por los partidos tradicionales, porque sus disposiciones y rutas de acción, siguen encaminadas en polarizar en país, a través de esa irremediable estructura de políticas neoliberales, y de espacios que pueden influir en el chantaje para producir elementos o factores clientelares, que eran practicas rutinarias de ese aparato azaroso.
Pero desde otra perspectiva, la oposición no tolera primero la figura de AMLO, por ese odio irracional y desmedido que articula el lenguaje desenvainado, y que ha proliferado en el discurso descalificador de esa práctica que ha colapsado por el efecto de la derrota de las pasadas elecciones del 2018.
Asimismo, no hemos visto una aversión competitiva, que pueda fraguar un contrapeso trascendental al presidente, por lo menos ahora no.
Es muy probable que existan adhesiones y correlación de fuerzas para pretender acaparar la atención de la sociedad, pero ante ello, existe la premisa de un bloque de partidos que patológicamente son incorregibles.
Oposición débil, desdibujada y sin pies ni cabeza
La sociedad ya los conoce. Marko Cortés, Mancera, Los Chuchos y un ejército que incluye figuras importantes hasta del medio informativo.
Es lógico, su comportamiento nos ha permitido evaluar y comparar, que el presidente sigue generando un esquema que para ellos, contrapone una inclinación y el avance de México.
Pero ¿cuál progreso?, si por años con el PRIAN, nos adaptamos al bosquejo de cochinadas, inestabilidades, fraudes, ingobernabilidad y actos inconstitucionales que sumergieron por la ausencia de gobierno, que implicaba la debacle sistemática en temas de interés social como educación, cultura, salud, bienestar y deporte; pero lo más primordial, una base democrática que erradique el desagravio, los moches y el burocratismo exponencial que descongele esas prácticas de corrupción que han quedado arraigadas en algunas instituciones de la función pública.
Por lo anterior, vemos una oposición débil, desdibujada y sin pies ni cabeza; en específico en los liderazgos visibles de las estructuras partidistas.
El surgimiento de Futuro 21, proyectan más pena ajena, que esperanzas que den aire fresco a través de cuadros que articulen un esquema progresista y democrático; en términos políticos, son la reencarnación simplista y servil, que subyugaba con las esferas grandes del poder. Entre fracturas, traiciones y hechos que han vilipendiado a una militancia, que pretenden crear contrapeso al lopezobradorismo.
El resultado inminentemente será un fracaso profundo como el de “México al Frente”, que fue una composición podrida de intereses para robar los ámbitos que brinda el sistema electoral de nuestro país.
Asimismo, qué decir de Cortés y “Alito”, dos figuras que están esperanzadas en formar un bloque anti-AMLO, a fin de sembrar una nueva intentona de arrebatar espacios en el 2021; esto nos pone a reflexionar, que ambos son pragmáticos, irreflexivos, acríticos y abandonan con facilidad, esos principios democráticos que ensalzan, por ese egocentrismo de superioridad que abriga su figura.
Entre más lo atacan, más lo fortalecen
Esto reabre nuevamente la brecha para que López Obrador, se posicione aún más; ¿por qué?, porque la razón sencilla, radica en que la sobrevivencia de algunas figuras, depende de este proyecto, que teoría: eleva el porcentaje para ganar el 2021 en distritos y Estados, donde habrá elecciones.
Sin embargo, pone en entredicho la estrategia, ya que AMLO está fortalecido, y sigue existiendo un desdén y un hartazgo por esa partidocracia que insosteniblemente, se sujeta de esa esperanza.
Algunas heridas aún no han sanado, por ende: PAN, PRI y PRD, sufrirán un revés aunque se unan todos, pues hay una oleada insuficiente que rompa o debilite el fenómeno de Andrés Manuel López Obrador.
Paradójicamente entre más lo atacan, más lo fortalecen; eso paso en 2018, y será nuevamente el parteaguas de la elección del 2021, donde se visualiza un arrastre dominante del Tabasqueño, que se ha expresado en las urnas en diversos Estados, porque los distintos partidos conservadores, han perdido capacidad de convocatoria e interés de la sociedad.
En 2021, Morena arrasará en varios estados entre ellos Michoacán, cuna del perredismo, y terminante bastión del sol azteca.
Es absolutamente evidente que el predominante clima que ha edificado que el territorio michoacano, tenga una transición de partidos, porque las tendencias naturales, se inclinan a la cuarta transformación, que ha alimentado con más precisión: que el PRD perderá su último laboratorio ideológico, por el desanimo de su militancia, quien ya busca cobijo en nuevos polos que se extraviaron por la frecuente inmadurez de sus principales cuadros.
La tentación del poder, fue el principal obstáculo del PRD; ahora López Obrador, unifica esas bases que fueron rechazadas por la intransigencia de algunas figuras.
AMLO está en la cima eso es indudable, y no me cabe la menor duda que seguirá articulando una voluntad colectiva de los diferentes sectores sociales.
Nos vemos pronto
Maestro en Competencias Pedagógicas por la Universidad Virtual Del Estado de Michoacán, colabora en el Semanario Presencia de Michoacán como subdirector regional y escribe para Changoonga, Monitor Expreso, SDP Noticias y Así es la noticia en Michoacán.
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