Por qué le quieren quitar la inmunidad al personal de la ONU

boinaAlejandra Martins/BBC Mundo*

La ONU comisionó un informe tras denuncias de que soldados franceses en República Centroafricana exigieron actos sexuales a niños hambrientos a cambio de comida.

«Le dijimos que teníamos hambre. El soldado nos dijo que agarráramos su pene».

El testimonio es de uno de los niños entrevistados en un informe comisionado por Naciones Unidas tras denuncias de abusos de menores en República Centroafricana por parte de soldados franceses en misión de paz.

Los menores acusaron a los militares franceses de exigir sexo oral y todo tipo de actos sexuales a niños hambrientos, algunos huérfanos, a cambio de comida entre diciembre de 2013 y mayo de 2014. En algunos casos las denuncias son de violación, según trechos del documento divulgados en la prensa británica.

Anders Kompass, un funcionario de la ONU con 30 años de antigüedad, frustrado por la lentitud de la organización en responder a denuncias de abuso, decidió pasar el informe confidencial a las autoridades francesas.

Anders Kompass fue suspendido por la ONU luego de que pasó a investigadores en Francia el informe confidencial sobre abusos de niños por soldados franceses.

El escándalo salió a la luz en abril de este año y generó la suspensión de Kompass y duras críticas a la ONU, pero hasta ahora ninguna condena.

Este miércoles, organizaciones y figuras prominentes lanzaron en Nueva York una campaña llamada Código Azul, en la que piden una acción radical: que se quite la inmunidad al personal de la ONU acusado de abusos sexuales.

«Si no tomamos medidas drásticas la impunidad continuará», dijo a BBC Mundo uno de los impulsores de la campaña, el general Romeo Dallaire, comandante de los cascos azules de la ONU en Ruanda durante el genocidio de 1994 y creador de una fundación para niños soldados.

Además de Dallaire, la campaña lanzada este miércoles incluye entre sus impulsores a Graça Machel, la viuda de Nelson Mandela, y a Paula Donovan, directora de la organización AIDS Free World.

Para Dallaire, «a pesar de todo el trabajo hecho por más de 10 años sobre este tipo de crímenes la situación en el terreno sigue igual».

«Podríamos haber hecho mejor las cosas»

El informe sobre abusos en República Centroafricna fue finalizado en junio del año pasado. Poco después Kompass pasó el documento confidencial a Francia.

El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Zeid Raád Al Hussein, reconoció que su organización se demoró en pasar la información a los fiscales en Francia.

Las autoridades francesas iniciaron una investigación el año pasado, pero sólo informaron de ella luego que se desatara el escándalo el mes pasado, y aseguran que la demora en el proceso se debió a la lentitud de la ONU en proveer información.

Este mes el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Zeid Raád Al Hussein, admitió el retraso de su organización en permitir a los investigadores franceses entrevistar al autor del informe confidencial.

«Toda la operación fue prolongada. Y es necesario que tanto la ONU como los estados miembros busquen formas de acortar este proceso. Podríamos haber hecho mejor las cosas en términos del tiempo que ha llevado», dijo Hussein a la prensa en Ginebra.

«La ONU ha fallado»

Si bien los soldados franceses no estaban bajo control directo de la ONU, sino de Francia, el abuso fue identificado en un informe de la organización.

El personal civil de la ONU goza de inmunidad y los militares en misiones de paz sólo pueden ser juzgados por sus propios países.

«La ONU recogió la información sobre abusos pero no la entregó en forma rápida y transparente», dijo a BBC Mundo Rosa Freedman, profesora de la escuela de leyes de la Universidad de Birmingham en Inglaterra y autora del libro «Fracaso en proteger: la ONU y la politización de los derechos humanos».

No está claro cuál fue el motivo, señala Freedman, pero «lo que sí sabemos es que una y otra vez la ONU ha fallado en dar respuesta o en instar a los estados miembros a dar respuesta a numerosos casos de abuso».

Inmunidad de civiles y protección de militares

La campaña lanzada en Nueva York pide la creación de una comisión independiente para investigar denuncias de abuso, y aclara que, en primera instancia, se busca levantar la inmunidad de policías y personal civil en misiones de la ONU, contra los que también se han realizado denuncias de abuso.

El general Romeo Dallaire, excomandante de las tropas de la ONU en Ruanda durante el genocidio, dice sentir repugnancia por las denuncias de abuso de menores en República Centroafricana. «El caso va totalmente en contra de la razón por la cual se supone que llegan al terreno tropas en misión de paz».

Estos funcionarios civiles están protegidos de cualquier proceso judicial por la Convención de Privilegios e Inmunidades de la ONU de 1946. El secretario general de la ONU puede levantar la inmunidad, pero los críticos aseguran que el proceso es tan lento que será imposible hallar pruebas.

¿Por qué el pedido de inmunidad no alcanza a los militares?

En el caso de soldados en misión de paz, el país que provee las tropas firma un memorando con la ONU, que estipula que sólo cada país puede juzgar a sus propias tropas por crímenes cometidos durante una misión.

El país que recibe los cascos azules, a su vez, firma otro estatuto por el que renuncia a su jurisdicción sobre los soldados enviados en misión de paz.

Aunque el pedido de inmunidad lanzado en Nueva York no pueda alcanzar a los cascos azules, la campaña asegura que quitar la protección al personal civil de la ONU enviará un potente mensaje a los países miembros de que el abuso debe ser castigado.

Impunidad

Francia prometió que no habría clemencia contra los soldados culpables de abuso. Hasta ahora no ha habido condenas.

En otras palabras, sólo Francia puede juzgar y condenar a los soldados acusados de abusos en República Centroafricana.

Pero la mayoría de las denuncias contra cascos azules no generan castigos.

«Cuando se logra juntar pruebas y éstas se pasan al país de las tropas estos estados raramente toman medidas», dijo Freedman a BBC Mundo.

«Y los pocos casos que llegan a la justicia acaban práctimente silenciados por las autoridades, como el de los soldados de Uruguay acusados de violación. El caso llegó a la justicia pero quedó en la nada por un detalle técnico y las autoridades nacionales ni siquiera informaron debidamente a la prensa».

Cuatro marinos uruguayos fueron acusados por un joven haitiano, Johny Jean, de violación en 2011. Un juez en Uruguay dijo que no se probó la violación pero sí una simulación de violación que dio lugar a una condena por «violencia privada».

Los marinos fueron condenados posteriormente a dos años y un mes de prisión. Pero puesto que habían pasado ya tres meses en la cárcel y luego sido liberados, y debido a que no podían ser encarcelados nuevamente por el mismo delito, quedaron en libertad.

«Repugnancia»

El caso de República Centroafricana o las denuncias en Haití se suman a numerosas acusaciones anteriores contra cascos azules en Liberia, Costa de Marfil, República Democrática del Congo y otros países.

La investigación francesa continúa y Anders Kompass volvió a su trabajo luego de que un juez dictaminara que su suspensión por parte de la ONU fue ilegal.

Para Romeo Dallaire no sólo es necesario castigar a los responsables de abuso tras un juicio justo, sino compensar a las víctimas como los niños de República Centroafricana.

¿Qué siente el excomandante de tropas de la ONU en Ruanda ante las acusaciones de los niños contra los soldados franceses?

«Repugnancia, porque el caso va totalmente en contra de la razón por la cual se supone que llegan al terreno tropas en misión de paz: proteger a civiles inocentes, de los cuales los más vulnerables son las mujeres y los niños».