Es considerado el primer lugar en crímenes de odio contra sacerdotes en América Latina; en pocos días ya van dos sacerdotes muertos y uno secuestrado.
Regeneración, 23 de septiembre 2016.- Desde finales de 2012 han sido asesinados 14 curas y dos laicos, mientras que tan sólo en esta semana, ya desapareció un sacerdote y otros dos fueron secuestrados y asesinados.
Un reporte presentado esta semana por el Centro Católico Multimedial (CCM) reveló información sobre los sacerdotes religiosos y laicos que han perdido la vida en nuestro país desde 2012.
De acuerdo al texto, México “es considerado por séptimo año consecutivo primer lugar en crímenes de odio contra sacerdotes, religiosos y laicos de América Latina”.
Sólo, durante la administración de Enrique Peña Nieto ya van 14 homicidios contra sacerdotes, dos laicos y se han registrado dos presbíteros desaparecidos, por lo que, de acuerdo al reporte, “México sigue siendo peligroso para el ejercicio sacerdotal”.
Consideran que los miembros de la Iglesia no tienen relación con los grupos que comenten actos ilícitos en el país, “no obstante, existen sectores de la sociedad que aprovechan la efervescencia de la violencia” y cargan contra los religiosos en estados como Chiapas, Tabasco, Ciudad de México, Michoacán, Guerrero, Tamaulipas, entre otros.
Recordemos, que el jueves pasado a través de un video en YouTube, el arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda, denunció el secuestro de José Alfredo López Guillén, sacerdote de la comunidad de Janamuato.
Por su parte, Silvano Aureoles, aseguró en entrevista para Grupo Fórmula que antes de su desaparición, el sacerdote pidió “comida, tortas, refrescos y algunas cosas de consumo”, junto con un joven de aproximadamente 16 años, después, ya no se supo nada más de ellos.
También, en días pasados, Alejo Naborí y José Alfredo Jiménez, sacerdotes de Veracruz fueron secuestrados en Poza Rica.
Un grupo armado, habría entrado a la Iglesia de Nuestra Señora de Fátima y privó de la libertad a los dos curas y al conductor de los religiosos; los cuerpos fueron encontrados en un paraje adyacente a una carretera.
La Fiscalía General a cargo de Luis Ángel Bravo, apunto que los sacerdotes conocían a sus victimarios e incluso ingirieron licor con ellos antes de la agresión, sin embargo, puntualizó que no se trató de un “pleito de borrachos”.
Con información de Sin Embargo.