La reducción de las garantías de contratación, la legalización del outsourcing y del pago por hora, la protección de cacicazgos sindicales, entre otros puntos de la reforma, tienen como propósito abaratar la fuerza de trabajo y desarticularla en un "libre mercado" que generará más desigualdad social, empleos mal pagados, y permitirá la supresión de jubilaciones, seguridad social, descansos remunerados y otras prestaciones. Se trata de una regresión histórica de los derechos y conquistas laborales y sociales.
Estas reformas carecen de un mínimo respaldo social. Los legisladores que las aprobaron no representan el sentir mayoritario de la población. Por ello, y ante la trascendencia del tema, exhortamos al Poder Legislativo a que se abstenga de consumar estas modificaciones sin antes escuchar a los distintos sectores de la sociedad en una consulta nacional incluyente, plural y diversa.
Con ese propósito y para frenar cambios legales lesivos para los asalariados, sus familias y sus organizaciones, manifestamos nuestra determinación de apoyar las expresiones de resistencia pacífica y de desobediencia civil contra la reforma laboral y de sumarnos a ellas con un espíritu unitario y fraterno.