El Poder del Consumidor nos presenta la Radiografía de… Jumex Fresh Cítricos (600 ml., una botella)
• Una botella de 600 ml. contiene 5½ cucharadas cafeteras de jarabe de maíz de alta fructosa, un tipo de endulzante con mayores riesgos que el azúcar de caña.
• Este producto podrá portar un “sello nutrimental” avalándolo como mejor producto, siendo que una botella cubre casi el 100% del máximo tolerable de azúcar para un adulto para todo un día.
26 de agosto 2014. Debido a que en nuestro país se ha aprobado una nueva regulación de etiquetado de alimentos y bebidas por la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris), estaremos presentando en nuestras radiografías una serie de productos procesados que cumplen con ciertos criterios para portar un “distintivo nutrimental” y que podrán publicitarse en horarios infantiles, a pesar de ser altos en azúcar y calorías —lo que representa un riesgo a la salud ante su alto consumo—, contradictoriamente el gobierno mexicano los avalará como “mejores” productos (elpoderdelconsumidor.org/Daña Cofepris derechos de consumidores con nuevo etiquetado de alimentos).
El Poder del Consumidor ha denunciado públicamente los criterios que ha aprobado Cofepris, los cuales expertos consideran ser de riesgo para la salud de los consumidores (elpoderdelconsumidor.org/Advierten expertos riesgo de nuevo etiquetado en carta abierta a Peña Nieto).
Con el afán de proporcionar mayores elementos a nuestros lectores para proteger su salud, nuestra coordinadora de Salud Alimentaria en El Poder del Consumidor, la nutrióloga Xaviera Cabada, estará valorando diversos productos en el mercado que paradójicamente podrán ser portadores de un “distintivo nutrimental” y publicitarse en horarios infantiles, a pesar de que, incluso, en varios casos ya se gravan con un impuesto por ser considerados no nutritivos (elpoderdelconsumidor.org/Impera caos y contradicción en los criterios del gobierno para combatir la obesidad).
Jumex Fresh Cítricos (600 mililitros, una botella):
Azúcar:
27 gramos por envase, lo cual equivale a 5½ cucharadas cafeteras de azúcar.
Esto cubre del 77 al 108% de lo que un adulto puede de consumir para todo el día, de acuerdo con la Asociación Americana del Corazón, pues este organismo indica que la cantidad de azúcar máxima tolerada para un adulto es de cinco a siete cucharadas cafeteras de azúcar para todo un día (circ.ahajournals.org/content/Dietary Sugars Intake and Cardiovascular Health: A Scientific Statement From the_.pdf+html).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que no se debe superar más del 10% de las calorías totales, no excediendo 10 cucharadas de azúcar añadida para todo el día (www.who.int/dietphysicalactivity/Global Strategy on Diet, Physical Activity and Health.pdf). De acuerdo con éste límite máximo, una sola botella de 600 mililitros cubre el 54% de azúcar.
El principal ingrediente es jarabe de maíz de alta fructosa, que tiene mayores impactos metabólicos que la glucosa, como lo es la elevación en sangre de triglicéridos, colesterol, ácido úrico, impactos en hígado a través de la acumulación de grasa en el mismo, entre otros (chc.ucsf.edu/sew/PDFs/Consumption of Fructose and High Fructose_.pdf).
Este producto se promociona como bebida refrescante e inclusive en la parte frontal se muestran imágenes de frutas como naranjas partidas, limones y jugo, pero en realidad es una bebida basada en agua y jarabe de maíz de alta fructosa, con tan solo 12 mililitros de jugo de naranja y aditivos.
Sodio:
135 miligramos.
Se ha visto que la industria de alimentos y bebidas utilizan el sodio como ingrediente para dar mayor palatabilidad a los productos.
En ocasiones también se utiliza para diluir el sabor intensamente dulce de los endulzantes que contienen (books.google.com.mx/Kessler D. The End of Overeating).
Ingredientes:
Agua, jarabe de maíz de alta fructosa, sabor cítricos, jugo de naranja (2%), ácido cítrico, hexametafosfato de sodio, citrato de sodio, sorbato de postasio, benzoato de sodio, goma xantana, aspartame, asesulfame K, mezcla de tocoferoles concentrados, tartrazina, amarillo ocaso, vitamina 3, vitamina B6, vitamina B12.
18 ingredientes en total. Para ser una simple “bebida refrescante cítrica” contiene una gran cantidad de aditivos (12 en total, entre ellos saborizantes, colorantes y edulcorantes).
Además del agua, el principal ingrediente es jarabe de maíz de alta fructosa.
La principal composición de este componente es la fructosa. El alto consumo de fructosa se ha asociado con trastornos metabólicos, como triglicéridos altos (o grasa en sangre), colesterol alto, presión alta, altos niveles de glucosa en sangre, ácido úrico alto, hígado graso, sobrepeso u obesidad (cuando una persona presenta tres o más padecimientos de los mencionados, se considera síndrome metabólico).
Es importante mencionar que para presentar síndrome metabólico no precisamente se tiene que padecer de sobrepeso u obesidad, sino que una persona puede tener peso normal y ser diagnosticado con síndrome metabólico.
En México, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Nutrición 2006 (que son los datos más recientes para síndrome metabólico), con el criterio utilizado por la Federación Internacional de Diabetes, la mitad de la población adulta tiene síndrome metabólico (49.8%). De la población adulta que tiene síndrome metabólico, casi el 20% (19.6%) tiene peso normal (siid.insp.mx/textos/Metabolic syndrome in mexican adults_.pdf).
Se ha visto que existe una directa asociación entre el alto consumo de bebidas azucaradas y padecimientos como el síndrome metabólico(care.diabetesjournals.org/content/Sugar-Sweetened Beverages and Risk of
Metabolic Syndrome and Type 2 Diabetes.pdf+html).
Aunado, también se ha visto una mayor asociación entre países con altos consumos de jarabe de alta fructosa y mayores prevalencias de diabetes, independientemente de la presencia de obesidad entre la población (www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/High fructose corn syrup and diabetes prevalence: a global perspective.).
Por otro lado, se observa que adicional a las altas cantidades de azúcares (jarabe de maíz de alta fructosa) —el equivalente a casi el 100% de las cantidades máximas toleradas para un adulto— contiene edulcorantes no calóricos como asesulfame K y aspartame.
Para adultos la sugerencia es no consumir más de dos porciones. Para escolares y preescolares no se recomienda su consumo, ya que promueve el gusto por alimentos intensamente dulces, lo que influye a la deformación de buenos hábitos de alimentación (bvs.insp.mx/articulos/Consumo de bebidas para una vida saludable: recomendaciones para la población mexicana.pdf).
Como parte de los ingredientes se observa que también contiene tartrazina y amarillo ocaso, ambos colorantes derivados del petróleo (cspinet.org/new/pdf/food dyes rainbow of risks.pdf), asociados a cambios de conducta, como hiperactividad y déficit de atención en niños y niñas (adc.bmj.com/content/The effects of a double blind, placebo controlled, artificial
food colourings_.pdf+html).
Contiene hexametafosfato de sodio (un aditivo que contiene fósforo –un mineral esencial–), sin embargo en altas concentraciones y si se consume en desproporción a otros minerales puede ocasionar daño en los riñones, corazón y huesos. En estudios con animales se observaron los siguientes efectos: riñones pálidos e inflamados, aumento de peso en los riñones, descalcificación ósea, cambios de tamaño en las fibras de los músculos, hiperplasia e irritación severa (www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/Final report on the safety assessment of Sodium Metaphosphate_).
Etiquetado:
El etiquetado frontal es llamativo. Tiene colores brillantes, basados en naranjas, amarillos, azul y verde.
Contiene imágenes de frutas como naranjas y limones.
Se observa el nombre del producto en la parte central superior “Jumex Fresh”, con una pequeña leyenda que dice “naturalmente refrescante”. Debajo de esa leyenda, otra leyenda que dice “cítricos”. En la parte superior izquierda se ve otra pequeña leyenda que dice “con jugo y vitaminas B3, B6 y B12”.
Todas estas leyendas son en realidad juegos de palabras que no dicen nada acerca del producto directamente ni se infringe formalmente con la norma oficial de etiquetado, pero sí son inductivas y engañosas.
“Naturalmente refrescante”: aunque no se establece que es un producto natural, sí muestra imágenes de frutas naturales junto con la palabra “naturalmente”, lo que induce a creer que es un producto elaborado con ingredientes naturales.
“Cítricos”: aunque no dice DE cítricos o CON cítricos, la palabra se encuentra justo enseguida de la imagen de una naranja partida a la mitad, lo que hace creer que el contenido proviene de cítricos cuando realmente son ácidos añadidos y “sabor” cítricos.
“Con jugo y vitaminas”: hace creer que la fuente del líquido es jugo y que además contiene un aporte nutricional adicional, como las vitaminas. En realidad sólo contiene 12 mililitros de jugo (lo equivalente a aproximadamente un gotero).
Viendo este tipo de etiquetado, el consumidor no logra detectar a simple vista que este producto es agua con jarabe de maíz de alta fructosa y 12 aditivos distintos (saborizantes, colorantes y edulcorantes), que en su totalidad contiene 18 ingredientes y que algunos de ellos son derivados del petróleo.
También preocupa que este producto cumple con los criterios para poder portar un “distintivo nutrimental”, avalándole como una mejor opción.
En la parte lateral del etiquetado observamos algo de la información nutrimental en formato de GDA (un tipo de formato de etiquetado propuesto por la propia industria, que se ha demostrado no orienta a los consumidores, sino al contrario). En un estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) se observó que de 100 estudiantes de nutrición, tan sólo el 1.8% pudo comprender el tipo de información que se proporcionaba en la información nutrimental en formato de GDA (www.insp.mx/Revisión del etiquetado frontal: Análisis de las Guías Diarias de Alimentación y su comprensión por estudiantes de nutrición en México.html).
Hoy es preocupante que este tipo de etiquetado se haya aprobado por la Secretaría de Salud para su uso oficial. De esta forma, la industria podrá seguir engañando a los consumidores con aprobación gubernamental.
En la parte lateral izquierda de la etiqueta se presenta la información nutrimental completa. Sin embargo, difícilmente se puede leer, ya que las letras son significativamente pequeñas (literalmente un milímetro de tamaño).
La forma en que se presenta la información nutrimental y la lista de ingredientes es una infracción a la norma oficial de etiquetado, la cual establece en el punto 4.2.10.1.3 que: “Los datos que deben aparecer en la etiqueta deben indicarse con caracteres claros, visibles, indelebles y en colores contrastantes, fáciles de leer por el consumidor en circunstancias normales de compra y uso” (dof.gob.mx/NOM051 05-04-2010/Especificaciones generales de etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados_).
Mucho se expresa que es responsabilidad de los ciudadanos hacerse cargo de su alimentación, o que es responsabilidad de los padres de familia cuidar la alimentación de sus hijos. Aquí el problema es que aun habiendo normas oficiales éstas se siguen infringiendo por la industria, dejando a los ciudadanos y padres de familia sin elementos para poder realmente hacerse cargo de su alimentación o la de sus hijos.
Con la información que se proporciona, un padre de familia difícilmente podría detectar que en realidad este es un producto que no es recomendable y que su consumo está directamente asociado a padecimientos como obesidad o diabetes.
Tampoco podría detectar que no sería recomendable proporcionarlo a sus hijos por su contenido de colorantes y edulcorantes no calóricos o comúnmente llamados “azúcar de dieta”.
Sumado a los engaños en el etiquetado, dado que este producto “cumple” con los criterios para poder portar un “sello nutrimental”, avalándole como mejor opción, también podrá publicitarse en horarios infantiles (http://elpoderdelconsumidor.org/saludnutricional/daña cofepris derechos de consumidores al emitir lineamientos laxos sobre el nuevo etiquetado frontal de alimentos y bebidas).
Ante el consumo de este tipo de bebidas entre la población se incrementan los riesgos de padecer sobrepeso y obesidad; mayor aún, se incrementa considerablemente el riesgo a padecer diabetes. Por lo tanto, este producto no se puede considerar adecuado. Hay estudios en donde se demuestra que ante el consumo de una bebida azucarada diaria de 600 mililitros, en un año habrá aumenta en un 26% su riesgo a padecer diabetes(www.atg.state.vt.us/assets/files/Schulze et al – Sugar-Sweetened Beverages, Weight Gain, and_.pdf). El alto consumo de azúcar, especialmente a través de bebidas, está directamente asociado al sobrepeso y obesidad.
Valoración general:
No recomendado para consumo habitual en adultos.
Evitar en la población infantil y adolescente, por sus altos contenidos de jarabe de maíz de alta fructosa, colorantes y presencia de edulcorantes no calóricos.
Alternativa:
Jugo de naranja natural.
Nota: Es importante estar alerta de los productos que se anuncian como saludables, ya que son más peligrosos, dado que creemos que estamos consumiendo algo saludable y resulta que en realidad no lo es; sólo son engaños publicitarios.
De esta manera, los consumidores no logramos detectar que dichos productos son nocivos para la salud y es importante tener cuidado, especialmente si hay alguna condición especial, como diabetes o hipertensión.
Los consumidores, confiados en los etiquetados frontales y las leyendas más visibles, frecuentemente hacemos caso a las promociones o a la información que más se resalta en los productos.