Las Panditas, gomitas de grenetina, de Ricolino (115 g, 1 bolsita), contienen casi 12 cucharadas cafeteras de azúcar por bolsita!
Contiene 12 ingredientes en total, entre ellos, jarabe de maíz y colorantes artificiales que afectan la conducta de los niños y niñas.
Por: Xaviera Cabada | El Poder del Consumidor
14 agosto 2017. Échale un vistazo a nuestras radiografías de productos: sencillas, concisas y documentadas.
Panditas, gomitas de grenetina, de Ricolino (115 gramos, 1 bolsita):
Azúcares:
59 gramos (g) por bolsita de 115 g, lo que equivale a 12 cucharadas cafeteras de azúcar.
Esto cubre del 262% al 314% del total de azúcar máxima tolerable diaria para un niño o niña, y el 236% del azúcar máxima tolerable para todo un día para un adulto, de acuerdo con los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS).1
Como se puede prever con facilidad, los niños y las niñas consumen la bolsita completa de Panditas.
El alto consumo de azúcares tiene impactos negativos en la salud, teniendo una asociación directa con el desarrollo de sobrepeso, obesidad, diabetes y otras enfermedades metabólicas.
Colorantes:
Rojo 40 (rojo allura), azul 1 (azul brillante), amarillo 5 (tartrazina) y amarillo 6 (amarillo ocaso).
Colorantes derivados del petróleo, y que se han visto tienen una asociación directa con generar cambios de conducta e hiperactividad en niños y niñas.2
Es importante mencionar que estos colorantes no son generadores del trastorno de hiperactividad y déficit de atención (THDA), sino detonantes de hiperactividad y déficit de atención agudos en niños y niñas.
Para el caso de los niños y niñas que sí han sido diagnosticados con el trastorno, los colorantes intensifican su grado de hiperactividad y/o déficit de atención por ser alergénicos e inflamatorios, lo que genera se vean afectados neurotransmisores impactando negativamente en la conducta.3
El uso de los colorantes en los productos es para fines meramente estéticos, y el problema de hiperactividad y déficit de atención infantil se ha convertido en un tema que afecta negativamente a las familias, especialmente cuando hay tan poca información disponible.4
La industria procesadora de productos, como el que se expone, sí está en posibilidad de transitar al uso de colorantes que no afecten la salud de los niños y niñas, sin embargo se utilizan con frecuencia para tener un mayor margen de utilidad, dado que son más económicos.
No obstante, es de carácter imperativo que los gobiernos y la misma industria tomen acción para generar estos cambios, ya que no es considerado ético enriquecerse a costa de la salud de la población.
Los gobiernos deberían restringir a las empresas el utilizar ingredientes que se ha comprobado científicamente afectan a la salud de alguna manera u otra.
En el Reino Unido, por ejemplo, la Agencia de Estándares Alimentarios (FSA, por sus siglas en inglés) ha impulsado la sustitución de estos colorantes por versiones naturales y son varias las empresas que han respondido.
Ingredientes:
Jarabe de maíz, azúcar, agua, grenetina, ácido cítrico (regulador de la acidez), saborizantes artificiales (fresa, limón, piña y naranja), cera de carnauba (agente de glaseado), rojo 40 (rojo allura), amarillo 5 (tartrazina), azul 1 (azul brillante), amarillo 6 (amarillo ocaso).
Contiene 12 ingredientes en total.
El primer ingrediente es jarabe de maíz y no azúcar regular. Este dato es importante, ya que se ha visto que el jarabe de maíz puede llegar a contener mayor cantidad de fructosa, dependiendo de la procedencia y procesamiento químico.
La fructosa tiene un impacto metabólico mucho más agresivo que la glucosa por sí sola.5
Por otro lado, se ha visto que la principal fuente de los jarabes de maíz es el maíz transgénico, maíz genéticamente modificado y cultivado con agresivos agroquímicos que afectan la salud del medio ambiente y de los humanos.6
Contiene colorantes que detonan hiperactividad y que son altamente alergénicos, como el azul brillante y la tartrazina.3, 7
Etiquetado:
El producto está dirigido a los niños y niñas, tanto por la forma en la que se presenta como por la publicidad que se utiliza para promocionar el producto, a través de caricaturas, lo que genera una mayor atracción por parte de la población infantil.
La sola forma de la golosina es ya atractiva para los niños y niñas, inclusive con posibilidad de utilizarle como juguete justo antes de consumirla.
La base del etiquetado son colores llamativos, con un personaje de oso panda con un tono divertido, cargando 2 gomitas de Panditas.
En la parte posterior se muestra la información nutrimental, junto con los ingredientes, con letra pequeña.
Los padres de familia con niños o niñas diagnosticados con THDA deberían ser alertados en los etiquetados de forma claramente visible con respecto a productos que contiene colorantes que detonan hiperactividad y déficit de atención (aunque sea de forma aguda), tal y como se hace en Europa. Tienen el derecho a conocer si algún producto permitido para ser vendido al público contiene ingredientes que podría impactar negativamente la salud de sus hijos.
Es obligación del Estado establecer regulaciones rigurosas que limiten a la industria procesadora de alimentos, y generar mecanismos para que las mismas asuman la responsabilidad que compete.
Las empresas continuamente buscan las vulnerabilidades en las personas para poder vender más.8
Por décadas una de las poblaciones más vulnerables que esta gran industria ha escogido es la población infantil, para así generar y asegurar más consumidores y obtener mayores utilidades.
Nuestra valoración:
No recomendado para el consumo de niños y niñas por la presencia de colorantes.
Te proponemos:
Cubitos de gelatina elaborada con grenetina natural y fruta.
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- OMS (2015). Directriz: ingesta de azúcares para adultos y niños. Resumen en español disponible en: apps.who.int/iris/bitstream/10665/154587/2/WHO_NMH_NHD_15.2_spa.pdf?ua=1&ua=1. Documento completo sólo disponible en inglés en: apps.who.int/iris/bitstream/10665/149782/1/9789241549028_eng.pdf?ua=1.
- Bateman y cols. (2004). The effects of a double blind, placebo controlled, artificial food colourings and benzoate preservative challenge on hyperactivity in a general population sample of preschool children. BMJ. Vol. 89, 6. Disponible en: adc.bmj.com/content/89/6/506.
- SKhayyat, et al. (2017), Tartrazine induces structural and functional aberrations and genotoxic effects in vivo. PeerJ 5:e3041; DOI 10.7717/peerj.3041. Disponible en: www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5326541/pdf/peerj-05-3041.pdf.
- Martyn A. (2010). The Effects of Food Coloring on Hyperactivity. Attention Solution. Disponible en: www.attention-solutions.com/userfiles/1572809/file/The%20Effects%20of%20Food%20Coloring%20on%20Hyperactivity.pdf.
- Stanhope K, et al. (2009). Consuming fructose-sweetened, not glucose sweetened, beverages increases visceral adiposity and lipids and decreases insulin sensitivity in overweight/obese humans J. Clin. Invest. 119:1322–1334. doi:10.1172/JCI37385.
- Paganelli, A., Gnazzo, V., Acosta, H., López, S., y Carrasco, A. E. (2010). Glyphosate-Based Herbicides Produce Teratogenic Effects on Vertebrates by Impairing Retinoic Acid Signaling Chem. Res. Toxicolgy, 23 (10), pp 1586–1595.
- CSPI. (2016) The Science Linking Food Dyes with Impacts on Children’s Behavior. Center for Science in the Public Interest. Disponible en: cspinet.org/sites/default/files/attachment/science%20linking%20food%20dyes.pdf.
- Bailin D, Goldman G y Phartiyal P (2014). Sugar-coating science. How the food industry misleads consumers on sugar. Center for Science and Democracy, Union of Concerned Scientists. Disponible en: www.ucsusa.org/sites/default/files/legacy/assets/documents/center-for-science-and-democracy/sugar-coating-science.pdf.