¿Qué sabe Washington sobre el caso Iguala? 

dolares-mapa-mexico

Estados Unidos podría ser el eslabón clave para entender los trágicos hechos ocurridos en Iguala el 26 de septiembre de 2014. Días antes Obama informó que México era el principal proveedor de heroína a Estados Unidos, la mitad se produce en Guerrero, sobre todo en Iguala

Primitivo Rodríguez Oceguera

Regeneración, 4 de enero de 2015. Diez días antes de que ocurrieran cinco asesinatos y la desaparición forzada de 43 jóvenes normalistas en Iguala, Guerrero, el pasado 26 de septiembre, el presidente Barack Obama había informado al Congreso de su país que México era el principal proveedor de heroína a Estados Unidos, lo cual representaba una seria inquietud para él y su administración.

Al respecto, habría dos datos cruciales que demandan mayor investigación: en Guerrero se cultiva más de la mitad de la amapola mexicana, e Iguala concentra el lucrativo negocio de la heroína que va a Norteamérica.

 Toda “guerra” contra las drogas en la que participa Washington representa un complejo entramado de políticas que tienen entre sus objetivos básicos impulsar los intereses económicos y militares de Estados Unidos, y no, como se divulga, proteger a la gente de las desgracias que acarrean la delincuencia organizada y el consumo de drogas. La producción, trasiego, distribución, venta y consumo de heroína guardan similar valor geopolítico, si es que no superior, a los de la cocaína.

 En consecuencia, es lógico suponer que desde hace buen rato Estados Unidos ha construido infraestructura tecnológica y humana de inteligencia/espionaje para conocer qué pasa en Guerrero y particularmente en la región de Iguala, quién es quién ahí, y cómo tiene lugar el cultivo de amapola y la producción de heroína.

¿Qué sabe Washington del caso Iguala? A través del intercambio de inteligencia que establecen acuerdos bilaterales de seguridad como la Iniciativa Mérida, Estados Unidos tendría acceso a la información que al respecto maneja el gobierno federal. Pero Washington contaría además con datos provenientes de sus informantes dentro y fuera de los tres niveles de gobiernocárteles de la droga incluidos, y los que capta a través de tecnología de punta para  espiar, digamos, a la Presidencia de la República, las Secretarías de Marina y Defensa Nacional, o movimientos sociales en Guerrero.

A pesar del importante papel que correspondería a Estados Unidos en los hechos ocurridos en Iguala el 26 de septiembre, son en extremo escasas las referencias que lo mencionan en notas, entrevistas y artículos editoriales de medios de comunicación. Por otra parte, no existe hasta el momento un solo reportaje periodístico sobre la presencia de Estados Unidos en Guerrero, o que haga la conexión Washington-heroína-Iguala-desaparición forzada de 43 normalistas.

La ausencia de Washington en la cobertura y debate públicos sobre el caso Iguala resulta incomprensible. Parecería que México es vecino de Sudáfrica o Mongolia, y no del mayor consumidor global de drogas, principal proveedor de armas para cárteles mexicanos, primer lavador de dinero en el mundo, potencia militar con más intereses geopolíticos, y espía por excelencia: Estados Unidos.

Tal ausencia se agrava al considerar que el Tío Sam es el único actor en México con el know-how, redes de operadores y poder requeridos para desestabilizar al país, debilitarlo seriamente, o modificar la forma como se gobierna. Washington representa el actor con mayor capacidad de pescar a lo grande en río revuelto, o para crear una “tormenta perfecta” sobre México.  

 En este sentido, las ofertas hechas por el presidente Barack Obama al gobierno de Enrique Peña Nieto para cooperar en el caso Iguala podrían tener como propósito no la busca de la verdad, sino compartir con México el manejo gubernamental del caso Iguala, y sobre todo, alejar a Estados Unidos de toda responsabilidad, por ejemplo, adulterando o escondiendo información sobre lo que sabe, ha hecho y dejado de hacer respecto a los asesinatos y desapariciones del 26 de septiembre.

 ¡Vivos se los llevaron, Vivos los queremos! ¡Castigo a los secuestradores, los asesinos y  sus cómplices! ¡Justicia para Ayotzinapa!

 * Primitivo Rodríguez Oceguera, candidato a Doctor en Historia por la Universidad de Chicago.