Queman cerdos para prueba que derrumba ‘verdad histórica’ de Ayotzinapa (Video)

La revista Science dio a conocer un experimento realizado por el experto José Torero, para incinerar 43 cuerpos se hubieran necesitado más de 27 mil kilos de madera.

 

cerdos quemados

Regeneración, 13 de septiembre de 2016.- No hay manera de que 43 cuerpos fueran calcinados en el basurero de Cocula, Guerrero, como lo difundió ampliamente el Gobierno de México en un informe conocido hoy como “la verdad histórica”, a esa conclusión llevó una nueva prueba realizadas en Australia por un renombrado científico José Torero.

El estudio, fue publicado hoy por la revista Science, una de las más renombradas entre la prensa especializada del mundo.

Lizzie Wade, la periodista autora del texto, cuenta cómo, en septiembre de 2014, los 43 estudiantes universitarios desaparecieron en el estado de Guerrero, en el sur de México.

Después, el Gobierno mexicano sostuvo que un cartel de narcotráfico asesinó a los estudiantes y quemó los cuerpos en un basurero, “sin embargo, los investigadores forenses y diversos grupos de derechos humanos plantearon ciertas dudas, mostrando incongruencias en las pruebas y en una investigación federal que, a su criterio, no cumplió con las normas internacionales. Ahora, un renombrado científico experto en materia de incendios afirma que sus experimentos más recientes descartan de manera definitiva la explicación del Gobierno”.

Mediante el uso de cadáveres de cerdos en sustitución de cuerpos humanos, cuenta Wade, “José Torero, un experto en incendios de la Universidad de Queensland, Santa Lucía, en Brisbane, Australia, incineró hasta cuatro cerdos a la vez y determinó que la hoguera necesaria para consumir unos 43 cuerpos no podría haber ardido en el basurero. ‘José sabe lo que dice’, afirma John Lentini, investigador independiente experto en materia de incendios de Islamorada, Florida, que no participó en la investigación aunque formó parte de otros casos de alto perfil. ‘No tiene sentido que pueda hacerse desaparecer a 43 personas de esa manera’”

Francisco Cox Vidal, miembro del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, dijo a Science que los experimentos de Torero son un elemento más para confirmar que la llamada “verdad histórica” es imposible.

Eber Betanzos Torres, Subprocurador de Derechos Humanos, Prevención del Delito y Servicios a la Comunidad, no respondió a Science para discutir sobre estas nuevas pruebas.

Las cenizas se enviaron al laboratorio de la Universidad de Innsbruck, en Austria. “Casi toda la materia orgánica de las cenizas había desaparecido, pero finalmente en el laboratorio lograron recuperar el ADN de dos estudiantes desaparecidos en los restos extraídos del río. En abril de 2016, desde el laboratorio afirmaron que no fue posible vincular a ninguno de los otros 41 estudiantes desaparecidos con los restos, ni con muestras de cabello ni vestimenta recuperadas en el basurero”, agrega la autora del texto para la publicación científica.

De esta forma, el grupo de expertos convocó a Torero, dice Lizzie Wade.

“Nacido en Perú y formado en la Universidad de California, Berkeley, Torero investigó varios incendios de alto perfil, incluidos aquellos que provocaron el derrumbe de las Torres Gemelas”, dice el artículo en Science. “Los miembros del cartel declararon que incineraron los cuerpos en una pira de madera y neumáticos al aire libre. Según las estimaciones de Torero, para incinerar por completo 43 cuerpos de la manera descrita por los miembros del cartel hubiera sido necesario apilar entre 20 mil y 40 mil kilogramos de madera”.

Su equipo incineró sistemáticamente cuerpos de cerdos. Incluso utilizando 630 kilos de madera para un único cerdo de 70 kilos, todavía se advirtió la presencia de un 10 por ciento de la carne del cerdo después de que el fuego se consumiera, informó Torero a Science.

“Por tanto, para incinerar 43 cuerpos de un tamaño similar se hubieran necesitado más de 27 mil kilos de madera, y aún en tal caso, tras el incendio habría subsistido cierta materia orgánica. Incluso en el supuesto caso de que el cartel hubiera sido capaz de conseguir toda esa cantidad de madera, las intensas llamas deberían haber dejado marcas en el tronco de los árboles cercanos, afirma Torero. Cuando el científico visitó el basurero 10 meses después de las desapariciones, no observó ningún tipo de marcas”, dice el extenso artículo publicado en Science.

Torero también quemó hasta cuatro cuerpos de cerdos al mismo tiempo a fin de determinar si la grasa corporal podría haber servido como combustible para el fuego, facilitando la incineración total. “Sin embargo, los investigadores advirtieron que cada vez que se agregaba un cuerpo, la intensidad del fuego disminuía. Por lo tanto, para quemar 43 cuerpos juntos se hubiera necesitado una cantidad mucho mayor de madera que si se los hubiera quemado por separado. ‘Los cuerpos tienen un gran porcentaje de agua’, dijo Lentini a Lizzie Wade, de Science. ‘No son un buen combustible’”.

Durante el otoño, concluye, Torero tiene pensado someter sus hallazgos a una revisión por parte de sus colegas. “Entretanto, espera que sus experimentos alienten a los investigadores de este siniestro caso a dar un paso más allá de Cocula. Además, el investigador afirma que hay que dejar de buscar en el basurero porque ahí no se encuentra la verdad de los hechos”.

Con información de Aristegui Noticias