Se trata de un gesto del gobierno de Kenia para demostrar su compromiso en la lucha para salvar a los elefantes, combatir la caza y el tráfico de marfil.
Regeneración, 30 de abril de 2016.- Los colmillos de marfil arrancados a unos 6.700 elefantes por cazadores furtivos en Kenia han sido incinerados hoy cerca de Nairobi. Un total de 105 toneladas de marfil (el equivalente al 5% de las existencias mundiales) apiladas en enormes piras han sido pasto de las llamas en un gesto del Gobierno del citado país para demostrar su compromiso en la lucha para salvar la población de elefantes, combatir la caza furtiva y el tráfico de marfil. La quema simbólica se realiza tras la cumbre asiático-africana The Giants Club, celebrada este fin de semana en Laikipia (Kenia), sobre la lucha contra la caza furtiva, informa Reuters.
El número de elefantes, que en 1970 era de 1,2 millones, ha descendido desde entonces hasta los 400.000, con una pérdida de 30.000 ejemplares solo entre los años 2010 y 2012, precisa la agencia Efe. Esto ha supuesto la casi desaparición del animal en algunas regiones. El número de rinocerontes, por otra parte, se encuentra en torno a los 30.000, una cifra que desciende cuando no se controla la caza furtiva.
El director para conservación de elefantes en África para el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF), Lamine Sebogo, asegura que para poner fin al tráfico de marfil es necesario poner en marcha soluciones locales y asegura que esta quema «atestigua el compromiso de líderes políticos de muy alto nivel para abordar el actual flagelo de la caza furtiva».
Sin embargo, añade que WWF «hace hincapié en el compromiso de las comunidades», según declaraciones recogidas por Radio France Internationale. «Las comunidades que viven junto a la fauna, esas comunidades que son vecinas inmediatas de especies que protegemos», explica. «Trabajamos para que esas comunidades reciban los beneficios vinculados a la gestión de las especies con las que comparten su medio», añade.
Para Segobo, la «idea» es asegurarse de que son las comunidades las «propietarias», las que «se comprometan, que se preocupen y sean los primeros interesados en la conservación de las especies de su medio ambiente».
No es la primera vez que Nairobi lleva a cabo una quema de marfil. El año pasado, en marzo, el presidente, Uhuru Kenyatta, encabezó una ceremonia en la que se calcinaron 15 toneladas de marfil y en la que participaron alrededor de un millar de personas. «Muchos de estos colmillos pertenecieron a elefantes que fueron masacrados sin motivo por criminales», aseguró entonces Kenyatta.
El precio del marfil en Hong Kong, uno de los puntos principales de la ruta de comercio asiática, ha caído hasta los 334 euros por kilogramo respecto a los 1.300 euros que costaba en 2014, según ha comentado el director ejecutivo de WildAid a Reuters. «Las medidas nunca llegan lo suficientemente rápido, pero suponen, definitivamente, una buena señal», ha añadido.