Régimen hondureño apoyado por Hillary Clinton mata líderes indígenas

Cuando Hilary Clinton era Secretaria de Estado en Estados Unidos, facilitó la llegada al poder del régimen de Honduras que terminó con la vida de Berta Cáceres, líder indígena asesinada la semana pasada.

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Por Greg Grandin Para The Nation

Regeneración 14 de marzo del 2016.- ¿Hillary Clinton es un avance para las mujeres? Pregúntale a Berta Cáceres. Aunque no puedes, porque fue asesinada el 2 de marzo, a la media noche en su casa de la Esperanza, Intibuca, Honduras.

Cáceres era una valiente líder, oponente del golpe de estado que en 2009, Hillary Clinton, como secretaria de Estado, hizo posible. En The Nation, Dana Frank y yo cubrimos ese golpe conforme se fue desarrollando. Luego, cuando fueron revelados los correos de Clinton, otros, como Robert Naiman, Wark Weisbrot y Alex Main, mostraron el rol central que ella tuvo en derrocar a Manuel Zelaya, el entonces presidente, y debilitar el movimiento de oposición que exigía la restauración de su puesto. Al hacerlo, Clinton se alió con los peores sectores de la sociedad hondureña.

A pesar del hecho de que se le consideraba un patriarca rural, Zelaya, mientras fue presidente respaldó remarcablemente  la “interseccionalidad” (lo que significa, hacer políticas que no se reduzcan a la clase o la política económica) trató de hacer la pastilla del día siguiente legal.

Después del derrocamiento de Zelaya, el congreso del golpe de Honduras –el mismo que Hillary legitimó, aprobó un bloqueo absoluto a la contracepción de emergencia, criminalizando “la venta, distribución, y uso de la pastilla del día siguiente, imponiendo un castigo a las acusadas equiparable a aquel que se obtiene por realizar un aborto, que en Honduras se encuentra completamente prohibido.

Zelaya apoyó los derechos de los homosexuales y personas transgénero. La noche del golpe, Vicky Hernández Castillo, una activista transgénero de San Pedro Sula, fue una de las primeras asesinadas. Había dejado su casa sin saber que había toque de queda, y fue encontrada muerta la mañana siguiente con un disparo en un ojo y estrangulada. Sentidog, un grupo de monitoreo LGBT, escribió que 168 personas de la comunidad LGBT fueron asesinadas entre el golpe y el año 2014.

Zelaya pidió disculpas por una política de “limpieza social”, -lo cual es, el asesinato y la desaparición de niños de la calle y miembros de pandillas callejeras –ejecutada por sus predecesores. Y apoyó a grupos y movimientos indígenas, como el que dirigía Berta Cáceres, en la lucha contra el despojo de la tierra, la minería y los biocombustibles. Zelaya, como presidente, no era perfecto de ninguna manera. Pero estaba lentamente tratando de utilizar el poder del estado para el bienestar de las mejores personas de Honduras, incluida Berta Cáceres.

Desde la deposición de Zelaya, hay acoso y hostigamiento a estas personas decentes. Tortura, asesinato, militarización de la zona rural, leyes represivas, como la prohibición absoluta de la pastilla del día siguiente, el levantamiento de las fuerzas de  seguridad paramilitares, y venta deliberada del territorio nacional a las empresas trasnacionales. Sin mencionar las fantasías libertarias, promovidas por millonarios como Pete Thiel de PayPal, y el nieto de Milton Friedman, que intentan convertir en una utopía sin gobierno.

Esta es la naturaleza del gobierno de unidad, que Clinton ayudó a institucionaliza. En su libro, “elecciones difíciles”, Clinton sustenta su solución para Honduras como un ejemplo digno de orgullo de su aproximación pragmática y calculadora de la política internacional.

Berta Cáceres dio su vida para lucha en contra de ese gobierno. Era la coordinadora general del COPINH, (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras), un grupo que tiene muchos de sus líderes asesinados en los últimos años. El año pasado, Cáceres recibió el Premio Ambiental Goldman por su trabajo de oposición a un proyecto de represa mayor.

De acuerdo con un correo que circulaba sobre su muerte: “Berta Cáceres y el COPINH han estado acompañando varias luchas de defensa del territorio a lo largo del occidente de Honduras. En las últimas semanas, la violencia y la represión hacia Berta, el COPINH, y las comunidades que ellos apoyan ha ido escalando. En Rio Blanco, el 20 de febrero, Berta, el COPINH, y las comunidades de Rio Blanco enfrentaron amenazas y represión mientras llevaban a cabo una acción pacífica para proteger el Rio Gualcarque contra la construcción de una represa hidroeléctrica por la compañía de Honduras internacionalmente financiada, DESA. Como resultado del trabajo del COPINH apoyando la lucha de Rio Blanco, Berta había recibido incontables amenazas contra su vida y le fueron otorgadas medidas precautorias por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. El 25 de febrero, otra comunidad Lenca apoyada por el COPINH en Guisa, Intibuca, fue violentamente desalojada y destruida.”

Estoy tentado a terminar este post con un llamado a los compañeros de Bernie para hacer responsable a Hillary Clinton de estos hechos y preguntar en mítines, y reuniones y conferencias, si alguna vez conoció a Cáceres, o si aún está orgullosa del infierno que  a implantar en Honduras. Aunque en realidad, el asesinato de Cáceres, no debería ser reducido a la idiotez de las políticas electorales norteamericanas.

Toda la gente de buena conciencia debería hacer a Hillary Clinton estas preguntas.

 Fuente: The Nation