Los pobladores de Tlapacoya se reunieron con académicos y conocieron los efectos de la hidroeléctrica en el agua de la región y organizarán la resistencia.
Por Leticia Ánimas
Regeneración, 24 de abril de 2017.- Tlapacoya, Pue.- Aunque la representantes de la empresa Deselec-Comexhidro la intentaron boicotear yendo casa por casa a pedir que no asistieran, este domingo, pobladores de Tlapacoya realizaron una asamblea informativa en el auditorio del Palacio Municipal para conocer las afectaciones que traerá la construcción de la hidroeléctrica Puebla 1 en las aguas del río Ajajalpan.
Los pobladores convocaron a académicos de las universidades Iberoamericana, de la Autónoma de Puebla, de la Tierra, miembros del Consejo Tiyat Tlali y sacerdotes a dar palabra para conocer el proyecto con el que se pretende represar el agua del río que baña sus tierras de labor y sirve para sus actividades cotidianas.
“Pero la empresa anduvo diciendo que no viniéramos a la reunión, porque nomás eran unos revoltosos”, dijo uno de los pobladores.
Hoy se enteraron que será en Cuatepalcatla y en Zoquiapa, dos comunidades del municipio, donde la empresa quiere instalar una cortina y el embalse de su hidroeléctrica y que también estará el túnel de acceso de más de un kilómetro de longitud que se perforará en el cerro y se juntará con el túnel de conducción de más de 4 kilómetros de largo del proyecto que involucra a sus vecinos de San Felipe Tepatlán, Tlapacoya y Ahuacatlán.
Mientras escuchaban la información, pero también el apoyo de los académicos, investigadores y activistas, los asistentes comentaban que aunque la empresa Comexhidro ha dicho que en las comunidades serranas están conformes con la hidroeléctrica, la realidad es muy distinta: a Tlapacoya han llegado sólo a algunas viviendas, no han hecho una reunión pública a la que inviten a todos los del pueblo y se han negado a hablar de las consecuencias negativas que pudiera tener la hidroeléctrica.
Al contrario, comentaron, lo único que han hecho los empresarios es dividir a los vecinos porque han beneficiado a unos cuantos con la entrega de colmenas, máquinas para hacer tortillas y últimamente andan entregando pollos. “Pero a sus reuniones asisten sólo quienes han sido beneficiados”. La mayoría ha quedado fuera.
Por ello rechazaron a los proyectos que, dijeron, los dividen como pueblos y dijeron que lo que los une es la defensa de sus tierras y de su río.
“Dicen que no va a haber contaminación, pero acá van a perforar el cerro, a rascarle las entrañas. Y si tenemos dudas, no nos las resuelven. Nos hacen burla. No quieren contestarnos”, explicaron.
Algunos de los asistentes denunciaron que desde hace cinco años algunos de sus vecinos los invitaron a entregar sus papeles a la empresa, diciéndoles que iba a haber trabajo y mucho dinero, pero hasta la fecha no han visto nada. “Pero nunca nos hablaron de las consecuencias. Por eso les agradezco que hayan venido a informarnos y quiero decirle a los organizadores que no se vendan que sigan animando a la gente”.
Los empresarios, acusaron los pobladores, “nomás vinieron a aventar dinero y pollos para que se les acepte. Unos cayeron en la trampa, otros hasta vendieron sus tierras”.
De acuerdo con Comexhidro ya se hizo una consulta y hay conformidad en todas las comunidades involucradas en el proyecto: tardó ocho meses y fue realizada por autoridades federales y estatales como la Secretaría de Energía (SENER) y un comité técnico de la Semarnat, la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), la Secretaria de Gobernación federal (Segob), la Secretaria General de Gobierno del Estado de Puebla (SGG) y los presidentes municipales de Tlapacoya, San Felipe y Ahuacatlán. Reuniones como la de hoy, demuestran otra cosa.
El proyecto tiene contemplado que la presa que alimentará a la hidroeléctrica será de 7 hectáreas y estará ubicada en el municipio de Tlapacoya, en el río Ajajalpan; la casa de máquinas estará en la comunidad de Xochimilco, en el municipio de San Felipe Tepatlán donde ocupará una superficie de una hectárea; mientras que la línea de transmisión de 42 kilómetros va a conectare con la red nacional de CFE en la subestación de El Entabladero, Veracruz. La energía que producirán servirá a empresas del Grupo WalMart.