Estados Unidos, México y Canadá se aprestan a comenzar mañana la revisión del TLCAN, acuerdo vital para la economía mexicana que el presidente de EU, Donald Trump, prometió terminar.
Regeneración, 15 de agosto de 2017.- La reunión tendrá lugar en Washington de miércoles a domingo, en donde se fijarán posturas para la “modernización” del texto de 1994, el cual quitó las fronteras aduaneras para permitir la libre circulación de bienes y servicios entre las tres naciones.
Esta renegociación ha sido blanco de duras críticas a Trump durante su campaña electoral, ahora la negociación se ve complicada.
Desde el inicio el TLCAN ha sido controvertido.
Para quienes no están de acuerdo, es injusto y destructor de empleos, y para sus defensores es impulsor del crecimiento económico.
La renegociación es crucial para Trump, quien debe enviar una señal política fuerte. “Esto fue tan central en su campaña que no tenía más remedio que actuar”, aseveró Edward Alden, del influyente centro de análisis Council of Foreign Relations.
Desde la entrada del TLCAN, el comercio entre Cánada, Estados Unidos y México se ha cuadriplicado, superando un billón de dólares en 2015. Pero para Trump el convenio es desastrozo y ha amenazado con abandonarlo si no se implementan grandes cambios. Argumenta que causa pérdidas de empleo en su país y déficit comercial con México.
Estados Unidos lamenta su balanza comercial con México, pues desde la firma del tratado pasó de un excedente de mil 300 millones de dólares a un déficit de 64 mil millones.
Para México el TLCAN se volvió crucial, al enviar a Estados Unidos 80% de sus exportaciones, esencialmente bienes manufacturados y agrícolas. El acuerdo ha impulsado significativamente al sector automotor mexicano, que ha crecido gracias a su oferta de mano de obra barata.
Canadá envía la mayor parte de sus exportaciones a Estados Unidos y se vería dañado por decisiones proteccionistas de Washington.
La balanza comercial de EU con Canadá es más pareja, pero Washington dice que algunos productos canadienses, como lácteos, vino y cerales, están subsidiados.
Canadá recién dijo que podría abandonarlas las pláticas si Estados Unidos presiona para retirar un mecanismo clave de resolución de conflictos.
Además Ottawa se opone al plan estadunidense de prescindir el Capítulo 19, mecanismo de resolución de conflictos, según el cual paneles binacionales adoptan decisiones vinculantes sobre quejas referentes a subsidios ilegales y dumping. Washington ha perdido con frecuencia esos casos.
Chrystia Freeland, la ministra de Relaciones Exteriores de Cánada, hizo saber que se siente “optimista” de cara a las reuniones. Pero también admitió que en el proceso de renegociación, el primero en 23 años, “habrá momentos de drama y exaltación”. Adelantó que su país tiene una actitud constructiva, pero firme. “Nos comprometemos a cerrar un buen acuerdo, no uno cualquiera”, subrayó.
“Canadá mantendrá y preservará los elementos del TLCAN que los canadienses consideramos claves para nuestro interés, incluido un proceso para asegurar que los aranceles antidumping y compensatorios se apliquen sólo de manera justa y con todas las garantías”, afirmó en un discurso en la Universidad de Ottawa.
Canadá buscará impulsar fuertes estándares laborales, además de reforzar regulaciones ambientales e introducir nuevos capítulos relativos a igualdad de género y derechos indígenas.
Nivel agropecuario
Según el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), a nivel agropecuario hay tantos o más riesgos para los productores y consumidores de Estados Unidos que para los de México en caso de que no haya una buena renegociación y se impongan aranceles, dado el nivel de exportaciones e importaciones de alimentos de ambos países.
Indicó que el subsector de granos básicos y oleaginosas es una carta fuerte de negociación para México en el TLCAN, ya que por ambos Estados Unidos alcanzó el año pasado un superávit comercial de más de 6 mil 703 millones de dólares. Esto es más de 90% de importaciones que hace México en granos y oleaginosas provienen del país vecino y es el segundo comprador de maíz y soya de esa nación.
“Si México no compra a Estados Unidos, se reducirá sustancialmente el precio de granos y oleaginosas, perjudicando a productores americanos”, indicó el GCMA, y aumentará el gasto del gobierno estadunidense para apoyarlos. Y en México, con la imposición de cupos o aranceles de importación se encarecerán granos y oleaginosas, y en consecuencia la canasta alimentaria.
El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón, ratificó que el sector privado participará en el llamado “cuarto de junto” con el equipo del gobierno federal que iniciará a renegociar el TLCAN. Por su parte el sector privado buscará incrementar la competitividad regional y las oportunidades de empleo y de desarrollo para los mexicanos, pero subrayó que también será importante enfrentar al mismo tiempo los retos internos del país.
“Para que estemos en condiciones de aprovechar todos los beneficios de un acuerdo comercial, es indispensable que aquí, en nuestro país, superemos los desafíos que nos impiden alcanzar nuestro máximo potencial. México necesita un modelo que concilie la importancia de producir más con la responsabilidad de distribuir mejor la riqueza. Es fundamental construir instituciones que rebasen los planes sexenales y los caudillismos, y que nos permitan avanzar un proyecto de nación hacia el futuro”, dijo el empresario.
Con información de:La Jornada