¿Qué sucederá ahora que el trámite puede ser realizado en consulados mexicanos de todo el mundo?
Por Roberto Valdovinos | Migrante Vota
Regeneración, 20 de enero del 2018.-Al corte del 15 de enero, el INE había tramitado 552,227 credenciales para votar desde el extranjero. De ellas, 448,660 ya fueron entregadas en domicilio, pero sólo 162,266 han sido activadas. Las credenciales sin activar no tienen validez. Para un padrón de 12 millones de mexicanos, esto significa que sólo se han integrado al nuevo proceso ¡una de cada 74 personas!.
Recordemos que en el 2012 la votación fue mínima: 30 mil de los 12 millones de migrantes contabilizados en el mundo, su mayoría en los Estados Unidos. Es decir, uno de cada 400 personas o el 0.0025% de la población migrante. Pero en el 2012 era imposible tramitar la credencial INE desde el extranjero.
¿Qué sucederá ahora que el trámite puede ser realizado en consulados mexicanos de todo el mundo? Por lo pronto, las cifras anuncian una participación sorprendentemente baja. Y es que el trámite parece algo tedioso: un migrante debe sacar una cita en un consulado por medio de Mexitel, después debe asistir a la cita con acta de nacimiento, credencial con fotografía y comprobante de domicilio, y por último debe recibir y activar en INETEL la credencial que recibirá en su domicilio un mes más tarde. El mayor impedimento es quizá la fecha límite: los migrantes tienen hasta el 31 de marzo para tramitar su credencial en consulado, es decir, un día después del inicio de las campañas oficiales, cuando la mayoría de la gente apenas comienza a interesarse en el proceso electoral.
Comparemos el caso mexicano con otro país latinoamericano: en Ecuador, para que un migrante pueda votar en las elecciones presidenciales, basta con presentarse con su pasaporte en un consulado ecuatoriano el día de la votación. En México, luego de tramitar la credencial, la votación será por vía postal: un proceso más largo, mucho más costoso y menos certero que el ecuatoriano.
Con un procedimiento como el mexicano, habrá quienes se desanimen y renuncien desde el exterior a ejercer su voto. Pero habrá también quienes, al contrario, se mobilicen con más fuerza por la indignación que sienten frente a un proceso que dificulta la participación migrante. ¿Quiénes vencerán? Está en juego la posibilidad de devolver un derecho básico a 12 millones de personas: el derecho a construir la democracia que, varios aseguran, en México hace falta.