Tec cobra 20 mil pesos por clases en línea y presentaciones en PowerPoint

Las familias siguen pagando para que sus hijos salven el semestre aunque sea mediante clases en línea. 

 

Regeneración, 25 de octubre de 2017.- En el Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México (CCM), nadie sabe cuándo se retomarán las clases presenciales, mientras tanto, las familias siguen pagando colegiaturas de casi 20 mil pesos para que mediante presentaciones en PowerPoint o en clases en línea, sus hijos sigan aprendiendo.

El campus está cerrado desde el 19 de septiembre, cuando por el sismo, colapsaron 8 puentes y quedaron afectadas las instalaciones.

El Tec ofreció un descuento del 10 hasta el 30%, es opcional, pero para algunos miembros de la comunidad no es suficiente.

En entrevista con El Universal, una alumna dijo que “lo del reembolso es una payasada. Lo ofrecieron como un apoyo cuando en realidad es su obligación porque ya no cuentan con las condiciones que deberían”.

Cuando se acepta el descuento, a las cuentas de los estudiantes llega un mensaje donde dice que sus cuotas “serán invertidas en la reconstrucción de los espacios”, el cual pone en duda sobre si el Tec estaba o no asegurado ante una situación de desastre.

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La madre de un alumno relató que el día del sismo: “De toda mi familia, el que menos me preocupaba era mi hijo, pues estaba en el Tec y por lo que pagas esperas que sea un lugar donde no pase nada. Cuando escuché que los puentes se habían caído no podía creerlo”.

De los 14 edificios del campus, 2 tienen daños estructurales y seguramente serán demolidos, mientras que otros 10 tienen vidrios rotos, cuarteaduras, plafones fuera de su lugar.

El diseño de la construcción falló, dice Eduardo Ángulo, investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM.

Hay alumnos que están por terminar la carrera y no ven otra opción para seguir sus estudios.

Por ejemplo, Luis dijo que cambiarse no está en sus planes “No sé quién me va a revalidar todo lo que ya cursé, pero sí me da miedo regresar a un lugar que ya se cayó y que ha respondido muy mal ante la crisis”.

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Carlos, estudiante del último semestre de Periodismo tampoco se pudo cambiar de escuela o sede y se quedó bajo el modelo “híbrido flexible”, es decir, clases en línea y presenciales.

“El comunicado en donde nos decían que en tres semanas estarían las aulas prefabricadas nos dio tranquilidad, pero jamás sospechamos que tardarían más. Hasta el momento todas mis clases han sido por computadora”, dijo Carlos.

Otra alumna comentó: “Mis papás siguen preguntándose cómo pasó esto si se suponía deberían estar preparados para algo así y más”.

Para muchas familias, hasta 2018 seguirán pagando cuotas por un espacio que estaba construido conforme a las máximas condiciones de seguridad.

 

Con información de El Universal