Durante las campañas electorales del 2018, hubo 133 asesinatos, 43 candidatos y 85 políticos.
Regeneración, 28 de junio de 2018.- La campaña electoral del 2018 fue la más sangrienta en toda la historia de México, con 133 asesinatos, entre ellos los de 43 candidatos y 85 políticos en 26 estados del país.
Según datos de Etellekt Consultores, agencia especializada en riesgos políticos, estás muertes alcanzaron casi todo el territorio nacional, pero localidades en el litoral del Pacífico concentraron la violencia con 68 asesinatos, más del 51% de los crímenes.
Sólo entre el 19 y 27 de junio, día del cierre de campaña, se contabilizaron 13 asesinatos, entre ellos cuatro candidatos: dos en Michoacán, uno en Oaxaca y otro en Sinaloa.
Son Guerrero y Oaxaca los estados con más delitos del estilo, ambos con 26 casos; mientras en Guerrero las agresiones fueron al inicio de la campaña, las de Oaxaca siguen sucediendo; el pasado martes, por ejemplo, fueron emboscados los abanderados de Morena Emigdio López y Raymundo Carmona, candidato a la diputación local y candidato a la alcaldía de Pochutla, respectivamente.
También figura Puebla como foco rojo, con 13 casos y Michoacán acumula nueve, cuatro de ellos durante junio.
En Veracruz se han registrado ocho asesinatos; siete en el Edomex y seis en Chihuahua. Tamaulipas, Jalisco, San Luis Potosí, Hidalgo y Guanajuato, reportan cuatro víctimas cada uno. Colima y Morelos tienen dos casos cada uno y 10 entidades más un caso.
Los partidos políticos más golpeados son PRI, con 45 pérdidas; Morena, con 20 y PRD, con 18. Pero la violencia no se limita a estos casos, el sexto informe de Violencia Política de Etellekt, contabiliza 548 agresiones que incluyen los 133 asesinatos, 47 tentativas de asesinato y 50 asesinatos de familiares.
La violencia registrada es a recir de Rubén Salazar, directos de Etellekt, una manera de “buscar que permitan la libre acción de las bandas delictivas en sus gobiernos”.
“El crimen organizado está interesado en cooptar gobernantes, porque ahí es donde está su negocio, de forma que la elección no está en riesgo, sino la autonomía de los gobiernos frente al crimen”.
Vía El Universal.