Tratado Transpacífico es depredación ambiental: Wikileaks

tppgraphic_large_verge_medium_landscapeLos documentos filtrados, fechados en noviembre de 2013, muestran que las disputas sobre el tratado podrían deshacer garantías ambientales globales clave y que EE.UU. estaría dispuesto a renunciar a algunas salvaguardas ambientales con tal de cerrar el acuerdo. Entre las normas que pueden verse afectadas están las de control de emisiones de carbono, así como las regulaciones de explotación forestal o las que atañen a la pesca de tiburones.

El fundador del portal de filtraciones WikiLeaks, Julian Assange, ha comentado la publicación de la filtración en cuestión asegurando que «el legendario capítulo ambiental del TPP resulta ser un ejercicio de relaciones públicas desdentado».

«La falta de garantías ambientales plenamente aplicables significa que los negociadores están permitiendo que la única oportunidad de proteger la naturaleza y apoyar el comercio legal sostenible de los recursos renovables se escape entre los dedos. Estas naciones representan más de una cuarta parte del comercio mundial de pesca y de productos madereros, y tienen la responsabilidad de tratar el impacto del comercio sobre la naturaleza, la tala ilegal y la sobrepesca», dijo a la organización ambiental Sierra Club el director ejecutivo del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en ingles), Carter Roberts.

En otro documento, tambien filtrado por Wikileaks, se describen las condiciones y los antecedentes del TPP. Así, se subraya que en 2010 Australia, Nueva Zelanda, EE.UU. y Canadá fueron los cuatro países que votaron contra la aprobación de la declaración de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas en relación a los recursos genéticos y a la biodiversidad.

El TPP busca impulsar el comercio entre los 12 países participantes (EE.UU., Japón, México, Canadá, Australia, Malasia, Chile, Singapur, Perú, Vietnam, Nueva Zelanda and Brunéi), con la perspectiva de extenderse a la mitad del planeta. La falta de transparencia del tratado, que lleva tres años negociándose en secreto, ha generado alarma entre los expertos por las implicaciones del acuerdo.