Romeritos excelente vegetal verde, al comerse cocidos se evitan gérmenes. Fibra, hierro, potasio, clorofila. Apoyo a productores mexicanos
Regeneración, 14 de diciembre del 2019. Romerito mexicanos, una tradición que es fuente invaluable de nutrición. Además se apoya a los productores netamente mexicanos ¿qué más se puede pedir?.
Las razones son múltiples, pero sobre todo que a todos les gustan. Son sabrosisimos.
Otras verduras no corren con la misma suerte, nuca falta alguien en la familia que rechaza comer «paisaje».
Pero ¿quien rechaza unos romeritos?
Y es que simplemente cociditos con sal y una tortilla ¡y vámonos!
Desde luego que si le ponemos mole y camarón, bueno, la excelencia nutricional.
¿Qué son los romeritos?
El romerito es un quelite, el término se deriva del náhuatl quilitl, interpretado como hierba comestible o verdura.
Actualmente, se puede entender como las hojas inmaduras, los tallos y las flores comestibles.
Los romeritos constituyen uno de los múltiples cultivos que se pueden encontrar en la milpa.
La mayor producción de quelites se da en temporadas de lluvias, cuando empieza el ciclo agrícola, pues el agua facilita su crecimiento.
La mayoría de los romeritos se producen en la Ciudad de México.
Lo anterior lo detalla la Procuraduría del consumidor.
¿Qué nutrimentos te aporta?
Como todos los quelites, los romeritos son ricos en fibra, minerales (como el hierro y el potasio), y vitaminas (como A y C).
La vitamina C de las hojas promueve la mejor absorción del hierro que contienen.
Además, contiene sustancias bioactivas llamadas fitoquímicos como la clorofila que protegen nuestras células de la oxidación y del daño de nuestro ADN.
Por su riqueza nutrimental se recomienda consumir hojas verdes con frecuencia y los romeritos constituyen una excelente opción.
Además, con ello también recuperamos nuestra dieta tradicional, apoyamos al campo mexicano y a la economía local.
¿Cómo se comen?
A diferencia de otros quelites, los romeritos no se comen crudos.
La forma más común de comerlos es en ‘revoltijo’, un platillo característico de la época navideña y la cuaresma, que los combina con mole, nopal y camarón.