Los desplazados han tenido que montar un campamento donde se refugian de presuntos grupos armados que controla la presidencia municipal de Chenalhó
Regeneración, 4 de marzo de 2018.- El Gobierno de Chiapas de Manuel Velasco suspendió desde hace mes y medio la entrega de alimentos y medicinas para los 249 tzotziles que salieron del municipio de Chenalhó, huyendo de la violencia generada por grupos armados, indicó el coordinador del Centro de derechos humanos «Ku úntik», Diego Cadenas Gordillo.
Los habitantes de Chenalhó viven aterrados por los constantes tiroteos
La situación de los tzotziles de Chenalhó ha sido así desde julio de 2017, cuando vieron llegar a los limites de sus tierras a hombres que dispararon con armas de alto poder hacia sus hogares.
El hostigamiento tomó mayor fuerza en noviembre de 2017. Desde entonces 800 hombres, mujeres, niños y ancianos dejaron sus hogares.
Los desplazados y al menos seis organizaciones, realizarán una marcha y plantón para exigir a Velasco que cumpla con los compromisos firmados.
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También buscarán la intervención de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) para que atienda la petición y llegue alimento a los desplazados.
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El representante de «Ku úntik» denunció que la Administración del gobernador de Chiapas no tiene voluntad política para resolver el retorno inmediato de los afectados, a quienes les destruyeron sus casas, cultivos y robaron sus animales.
Los 249 tzotziles, sobreviven con tortillas, frijoles y sal, así como de algunas vestimentas que confeccionan las mujeres.
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Los desplazados han tenido que montar un campamento donde se refugian de presuntos grupos armados que controla la presidencia municipal de Chenalhó.
Antecedentes del conflicto
Las tierras que se disputan los tzotziles de Chalchihuitán y Chenalhó corre entre las montañas, pero solamente ellos saben dónde inician o terminan los límites y cómo se modificó el territorio desde 1973, cuando ingenieros y topógrafos de la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA) modificaron los límites al trazar una línea recta sobre tierra de Chalchihuitán.
Hace poco más de cuarenta años, los mojones corrían por fondo de una cañada, sobre un río de piedras verdes y pulidas y entonces los tzotziles de ambos municipios vivían en paz. “Los funcionarios de la Secretaría de la Reforma Agraria no quisieron ensuciarse los zapatos y realizaron el trazo en línea recta; el río era la frontera natural”, explica Rosendo Pérez Balcázar, un maestro en economía y derecho, que ha vivido el conflicto agrario entre habitantes de ambos municipios.