Cerca de 60 escritores componen la representación de Perú en la FIL de Guadalajara, hombres y mujeres de letras que, denostados por el Nobel de Literatura, Vargas Llosa, quien los considera «lamentables», explican por qué son más cercanos a Arguedas que al boom
Por Martha Rojas
RegeneraciónMx.- “Si uno le pregunta hoy a todos los cuentistas del Perú, qué autor del canon ha sido su mayor influencia, el 99% diría que Julio Ramón Ribeyro”, asegura el académico Gabriel Saxton Ruiz a un diario español, poco después de que el Nobel de Literatura peruano Mario Vargas Llosa asegurara que la representación andina que acudiría como invitada de honor a la Ferial Internacional del Libro de Guadalajara “era lamentable” y que entre ellos “no había escritores de verdad”.
¿Qué significa ser un escritor de verdad? Si ser un escritor de verdad significa pasear por el mundo a costa de los presupuestos estudiantiles o vivir del éxito dudoso de algunos buenos textos escritos hace 30 años, podríamos concluir que Vargas Llosa, en efecto, es un buen escritor.
Pero a estos 60 malos escritores que conforman la representación andina -entre los que se encuentran el notable escritor Selenco Vega o la traductora Miluska Benavides, considerada por la revista Granta como una de las mejores narradoras en español menores de 35 años – les interesa otra cosa. Algo que tiene que ver con la escisión étnica y racial que divide a un país de 32.9 millones de personas, la herencia eurocentrista que se nota hasta en los restaurantes menos populares de Lima y su pasado colonial bajo el cual los esquemas de literatura y de representación social han sido trazados.
Estos “malos” autores son más cercanos a Los ríos profundos de Arguedas que a Los Cachorros de Vargas Llosa. Son 60 escritores que no se sienten identificados con las problemáticas estéticas y literarias de un Nobel decepcionado del comunismo sino que ven en la decisión del gobierno peruano de integrar a su delegación de representación “más diversidad” un momento revolucionario en el que los escritores en quechua y aymara por fin puedan ser vistos sin la parafernalia que sigue a los nombres de culto.
Prueba de ello es la inclusión a la delegación de Dina Ananco Ahuananchi, una poeta y traductora que escribió el primer poemario en wampis en toda la historia del Perú .
Cabe mencionar que esta delegación en la que no hay un solo escritor que valga la pena para Vargas Llosa, educado diestramente en las escuelas europeas, nacionalizado español en 1993, aunque nació en Arequipa en 1936, el 68% de los personajes que la componen son oriundos de alguna región originaria del Perú.
Pero la molestia del señor Vargas Llosa procede de la decisión del gobierno de Pedro Castillo de excluir varias plumas conocidas de la literatura peruana de una nueva selección en la que se pretendía visibilizar la diversidad literaria del país sudamericano y en la que finalmente fueron integrados 60 escritores, que no gustan a Mario y a los que Mario no les gusta.