La estadista, líder nacional de EE.UU. y activista de origen comanche, repudia que Chevron llegara a Ecuador, explotara petróleo, contaminara, se fuera y ahora se lave las manos. Dice que la alternativa para las tribus del mundo es unirse y exigir leyes locales que controlen las actividades de grandes compañías.
Regeneración, 25 de marzo 2014.-LaDonna Harris, estadounidense, activista de origen comanche, tribu americana que comprende territorios de Nuevo México, Colorado, Kansas, Oklahoma y Texas, es fundadora y presidenta de la organización Americans for Indian Opportunity. Desde el domingo de la semana pasada, por primera vez, se encuentra en Ecuador un grupo de 33 jóvenes líderes y representantes de tribus y pueblos indígenas de Estados Unidos y de países como Nueva Zelanda, Samoa, Perú y Bolivia. Entre ellos llegó LaDonna Harris, fundadora y presidenta de la organización Americans for Indian Opportunity, la cual, sin fines de lucro, promociona iniciativas para los nativos americanos. Además, es una reconocida activista de origen comanche, destacada estadista, líder nacional estadounidense e impulsora en áreas de derechos humanos, protección del medio ambiente, del movimiento femenino y de la paz mundial.
Harris conversó con EL TELÉGRAFO. Al referirse a daños ambientales, como el ocasionado por Chevron en la Amazonía ecuatoriana, cree que los pueblos indígenas del mundo deberían unirse para hacer frente a estos abusos, así como para promover la creación de leyes locales y una agencia internacional que regule y sancione las actividades de las grandes corporaciones.
¿Cuál es el motivo de su presencia en Ecuador junto a jóvenes líderes tribales y de pueblos indígenas de varios países?
Somos parte de un programa en Estados Unidos de embajadores nativoamericanos, a quienes se entrena en liderazgo para que aprendan y entiendan las políticas globales de movimientos indígenas.
Tenemos este programa desde hace 12 años. Hemos viajado a México, Perú, Bolivia, Venezuela, etc., para entender sobre lo que los otros indígenas están haciendo. Este año decidimos venir a Ecuador 33 indígenas de EE.UU., Nueva Zelanda, Japón, Perú y Bolivia. La mayoría de los embajadores representa a tribus de EE.UU. (16), pero también están 2 de Nueva Zelanda, 2 de Samoa, 1 de la Amazonía del Perú y 1 boliviano.
¿Por qué se escogió a Ecuador?
Para ver lo que ha sucedido en la Amazonía con Chevron y cómo ha afectado a los pueblos indígenas…
Además, para crear vínculo entre pueblos indígenas del mundo, para aprender cómo están tratando sus problemas, especialmente el de la pérdida de tradiciones, valores, atuendos, idioma. Aparte de esto, queremos ver en Ecuador el cambio de política que hay con la nueva Constitución y cómo adaptaron en ella los valores indígenas. Eso nos interesa mucho como grupo.
¿Cuándo llegaron, cuál es la agenda que tienen, con quiénes se han reunido, qué han visto?
Vinimos el 16 de marzo y al siguiente día empezamos las actividades. Visitamos al ministro de Relaciones Exteriores, Ricardo Patiño; Fenocin, Coordinadora Campesina Eloy Alfaro y pueblos indígenas.
También nos reunimos con el presidente del Parlamento Andino y junto con la Cancillería hablamos del Buen Vivir, su concepto y cómo se aplica en Ecuador. Llegamos a un acuerdo para que se conozca lo que son los pueblos nativoamericanos del mundo, lo cual no se sabe mucho en Ecuador.
También hablamos del caso Chevron y se acordó que una delegación de 6 personas del grupo de 33 líderes de tribus viajará el próximo miércoles a la zona contaminada con petróleo, para tener una idea de lo que ocurrió y contarlo en nuestros países, en las tribus y los pueblos indígenas. En la selva amazónica hablaremos con comunidades como la shuar, para ver cómo funcionan escuelas y organizaciones, para tener una idea del desarrollo que puede haber dentro de una comunidad.
De lo que ha visto, ¿cuáles son los principales problemas que afrontan indígenas ecuatorianos y en qué coincide con problemas de indígenas de EE.UU. y el mundo?
Lo relacionado con preservar tradiciones es el problema común en todos los pueblos indígenas del mundo. Esto se da porque tienen problemas con las corporaciones que se toman los medios de producción y lo controlan todo.
Lo que no queremos ver es que se produzca algo así como que una recolonización que pueda darse con la globalización, porque lo que pasa es que las corporaciones grandes de los países que tienen más fuerza están tratando de quitar poder a los grupos más pequeños al coger sus medios de producción.
Lo que queremos en un mundo global es hacer sentir la presencia indígena y los valores que tenemos, como el hecho de cuidar de la naturaleza, estar en armonía.
Dentro de esos problemas que generan las corporaciones en los pueblos indígenas, ¿qué sabe de lo que dejó Chevron en Ecuador?
Hemos tenido acceso a documentos del caso Chevron. Sabemos que vino, contaminó, se fue y se lavó las manos. Nos gustaría poder crear algún tipo de acuerdo con esas corporaciones, para que haya parámetros a seguir, que respeten los derechos humanos y de la naturaleza, lo mismo que quisiéramos llevarlo a EE.UU. y a la ONU, para tratar de aplicarlo, no solo a Chevron, sino a las grandes corporaciones del mundo.
Reglas y leyes rígidas sí hay en EE.UU. para controlar el proceder de las corporaciones, ¿pero qué le parece lo hecho por Chevron en Ecuador? ¿Cree que habría utilizado tecnología obsoleta en EE.UU. para ahorrar dinero y ganar más? ¿Qué opina de que indígenas de Sucumbíos y Orellana lo denunciaron?
Entendemos que hay ciertas leyes en Estados Unidos que son para empresas de este país, pero la idea es tratar de nosotros plantear, como indígenas, a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que haya una agencia internacional que sea la que regule, porque no se puede aplicar unos estándares en Estados Unidos, pero que esas mismas empresas vayan a otros países y apliquen otros estándares, por lo que queremos que sea algo internacional.
¿Qué medidas han adoptado frente a esos abusos dentro de sus propios territorios?
Lo que hemos hecho como grupo es luchar por cambiar políticas y leyes a nivel federal, para que las compañías no puedan hacer esto. En EE.UU., como Consejo de Tribus para los Recursos de Energía, por ejemplo, se logró un acuerdo con el Gobierno Federal para crear sus propias leyes y reglas que tenían que seguir las corporaciones. Entonces, el acuerdo es que tenían que ser unos estándares que protegieran no solo a los pueblos indígenas, sino también a la naturaleza, proteger a un nivel más alto de lo que ya había puesto el Gobierno de Estados Unidos para las grandes corporaciones. Eso ayuda a que cada tribu se pueda organizar y crear, según sus necesidades, leyes y reglamentos para protegerse.
¿Qué le parece que, tras el daño, en vez de remediar, Chevron enjuicia a los abogados de los indígenas afectados bajo la ley RICO, creada en Nueva York para procesar mafiosos, a delincuentes organizados; y que el juez federal del Distrito Sur, Lewis Kaplan, falle a favor de la transnacional?
Nos parece terrible que algo así suceda. Por eso creemos que las tribus del mundo se deben unir y luchar juntas, darse apoyo entre sí. Además, es importante compartir los valores, porque nos hemos dado cuenta de que, en el mundo, un concepto que todas las tribus y pueblos indígenas tenemos en común es el amor por la tierra, el respeto por la naturaleza.
¿Qué harán tras esta experiencia en Ecuador?
Al regresar a EE.UU. iremos al Gobierno a contar lo que aprendimos en Ecuador y hacerles conocer la opinión de las tribus y pueblos indígenas, de lo que ellos piensan respecto a proteger los derechos de la naturaleza del Ecuador, lo cual Estados Unidos y las grandes corporaciones también deben tomar en cuenta.
Además, iremos ante las Naciones Unidas para difundir este mensaje a diferentes organizaciones, para usar esto y la unión de todas las tribus como un arma en esta gran lucha.
Entrevista: Telégrafo