Por Jenaro Villamil | Homozapping
Regeneración, 17 de diciembre de 2014.-Peor que la revelación fue la explicación de Luis Videgaray para justificar que es propietario de una mansión de 7.5 millones de pesos en Malinalco, comprada a la empresa Bienes Raíces H&G del multifácetico contratista Juan Armando Hinojosa.
El tan celebrado Ministro de Finanzas del Año y virtual vicepresidente del país, cree que todos los mexicanos son idiotas o que sus propias cuentas no resultan ilógicas frente al escándalo revelado por The Wall Street Journal. Cualquiera con nociones mínimas de contabilidad sabe que las cuentas de Videgaray respecto a su casa, no cuadran.
En su repuesta a The Wall Street Journal, Videgaray dio una demostración de por qué las cuentas nacionales no cuadran bajo su conducción. Y peor aún: fue una bofetada a los millones de mexicanos perseguidos por el fisco que él encabeza ya que el propio secretario de Hacienda presumió que es más importante la informalidad financiera que cumplir puntualmente con los impuestos y los compromisos bancarios.
El cerebral Videgaray se puso flamenco y en la molestia soltó dos o tres cosas que lo retratan de cuerpo entero:
1-Videgaray confirmó que adquirió la propiedad en 581 mil dólares (aproximadamente 7.5 millones de pesos de ese año) en octubre de 2012, unos meses antes de que iniciara la administración de Peña Nieto. La hipoteca original con H&G iba a ser pagada en 18 años, pero el mago de las finanzas nacionales tuvo recursos suficientes en menos de 14 meses y liquidó la hipoteca original enero de 2014.
Según Videgaray, para la adquisición del inmueble obtuvo un crédito hipotecario otorgado por la propia empresa vendedora, no por un banco. “Por razones financieras, decidí prepagar el crédito con recursos propios. Ello ocurrió el 31 de enero de 2014”, afirmó.
¿Cómo logró Videgaray tener los recursos suficientes para liquidar la deuda hipotecaria de 6.8 millones de pesos en tan sólo 14 meses de tener como único salario el de secretario de Hacienda? ¿Obtuvo otros ingresos? ¿De dónde provinieron? ¿Le pagaron antes como jefe de campaña de Peña Nieto? ¿A cuánto ascendieron esos ingresos?
Si estos recursos provienen de sus propios ahorros y de su esfuerzo como ex funcionario del Estado de México y consultor de Protego (de su mentor Pedro Aspe), ¿por qué Videgaray no pagó, desde el principio, el monto de la propiedad de Malinalco y tuvo que recurrir a un crédito de una empresa vinculada con multimillonarios contratos con el gobierno del Estado de México, donde él fungió como secretario de Finanzas?
¿Con qué autoridad ética el todopoderoso secretario de Hacienda va a autorizar la cacería fiscal a micros, pequeños y grandes empresarios si él mismo está violando la lógica y la aritmética en la explicación de sus propios ingresos?
Estas dudas fueron expresadas así por Marcelo Torres Cofiño, vicepresidente de la bancada del PAN en la Cámara de Diputados:
“Lo que nos ha dicho hasta ahora (Videgaray) no es suficiente y se tienen dudas muy fundadas sobre los ingresos que obtuvo entre el tiempo que estuvo como jefe de campaña de Peña Nieto, la fecha en que adquirió la casa de Malinalco y su inicio como miembro del gabinete presidencial. Las cuentas no le salen al Secretario de Hacienda y deja espacio a la sospecha”.
2.-El máximo responsable de las finanzas públicas nacionales y de los futuros recursos que se manejarán en el Fondo Mexicano del Petróleo da una muestra de criterios muy laxos para juzgarse a sí mismo frente a un evidente conflicto interés y presunto tráfico de influencias.
Videgaray le respondió a The Wall Street Journal que “no hay conflicto de interés. Hice el trato cuando no tenía un cargo público y el trato estuvo dentro de los parámetros del mercado”.
Videgaray no puede evadir la pregunta lógica: ¿acaso no conoció como secretario de Finanzas de los multimillonarios contratos que el gobierno de Enrique Peña Nieto firmó con Grupo Higa y sus decenas de filiales y denominaciones, incluyendo la escandalosa construcción del Hospital de Zumpango cuyo sobreprecio ha sido ampliamente acreditado por el propio Congreso local mexiquense?
El fue jefe de la campaña de Peña Nieto como candidato del PRI a la presidencia de la República. El Grupo Higa, a través de la empresa Eolo Plus, alquiló aeronaves al PRI y al propio aspirante presidencial. ¿No existió acaso conflicto de interés alguno entre Videgaray y uno de los prestadores de servicio de la campaña priista? ¿Videgaray quiere que creamos que el arrendamiento de las aeronaves de Eolo Plus no pasaron por la autorización del propio jefe de campaña peñista?
3.-Según Videgaray, su relación con Juan Armando Hinojosa es de índole social y proviene de una década atrás. “En algún momento conversando con él le comenté que tenía interés de adquirir una propiedad específicamente en Malinalco, que resultó en una operación primero legal y con una persona con que no he tenido nunca un trato como servidor público”, explicó.
Para el señor Videgaray las relaciones sociales que él entabla siendo servidor público (fue secretario de Finanzas del Estado de México y presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados antes de asumir como secretario de Hacienda el 1 de diciembre de 2012) no tienen ninguna conexión.
En otras palabras, lo importante es hacer tratos y contratos mientras juega en un campo de golf y no mientras esté en su despacho de servidor público. Si así se hacen los trueques, no hay conflicto de interés.
Con razón, el escándalo de las casas de Grupo Higa ha convertido al gabinete y al gobierno de Enrique Peña Nieto en el hazmerreír de los escándalos de corrupción a nivel internacional.