La pausa en el calentamiento del planeta observada desde 1997 parece tener su origen en vientos de intensidad inusitada que soplan sobre el Océano Pacífico y alojan calor en sus aguas.
18 de septiembre de 2014.-Disfruten de la actual interrupción del calentamiento global mientras dure, porque probablemente será la última de este siglo. Una vez que las temperaturas comiencen a aumentar de nuevo, seguirán haciéndolo sin descanso. La situación podría cambiar si se pusiera freno a las emisiones deefecto invernadero.
La recesión en el calentamiento global que se viene observando desde 1997 parece tener su origen en ciertos vientos de intensidad inusitada que soplan sobre el Océano Pacífico alojando calor en sus aguas. Sin embargo, según dos estudios independientes, la probabilidad de que ocurra otro periodo de pausa en el calentamiento similar al actual es muy baja.
Y lo que es más grave, el panorama no presenta signos de cambiar ni aunque volviera a ocurrir un fenómeno de vientos como el mencionado o se produzca la erupción de un volcán que expulse partículas frías a la atmósfera.
Masahiro Watanabe y colaboradores de la Universidad de Tokio han descubierto que la influencia que ejercen sobre el calentamiento global del planeta los altibajos naturales en la temperatura ha disminuido en los últimos 30 años. En la década de 1980, la variabilidad natural representaba casi el 50% de los cambios de temperatura observados. Este valor ha venido decayendo desde un 38% en los años 1990 hasta un 27% en la primera década del siglo XXI.
Según Watanabe, el calentamiento inducido por la acción del hombre es, cada vez más, el principal responsable de los cambios que se observan de un año a otro. Las pequeñas variaciones debidas a causas naturales tienen cada vez menor impacto y con menos probabilidad podrán superar a las inducidas por la acción del hombre.
“La principal implicancia de este hallazgo es que habrá menos periodos de receso en el calentamiento, o que serán más cortos”, afirmó Wenju Cai, investigador del CSIRO en Melbourne (Australia) quien no participa en este estudio.
¿Cómo detenerlo?
Recientemente, otro estudio ha confirmado que el actual receso puede ser el último que se registre en un largo periodo de tiempo. Desde la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sidney, Matthew England y sus colaboradores llevan a cabo un estudio para cuantificar la probabilidad de que se produzca un nuevo parón en el calentamiento global.
“En principio, los datos revelan que es probable que este receso sea el último que veamos en el futuro inmediato”, informó England.
A partir de 31 modelos climáticos, este grupo de investigadores demostró que, si siguen aumentando las emisiones, la probabilidad de que se produzca un receso (periodo de 10 años sin un aumento significativo del calentamiento) decae prácticamente a cero a partir de 2030.
Además, es probable que el actual periodo de pausa vaya seguido de un aumento rápido del calentamiento, a medida que el calor atrapado en los océanos se libere a la atmósfera. Según esto, es improbable que vivamos otra década sin calentamiento antes de 2030. Es más, England cree que pasará otro siglo antes de volver a detectar el próximo periodo de receso en el calentamiento.
Sin embargo, este proceso podría revertirse si redujéramos las emisiones de efecto invernadero a partir de ahora. Si se alcanzara una cota global para las emisiones antes de 2040, el ritmo de aumento de la temperatura disminuiría a finales de siglo y los periodos de receso pasarían a ser más probables.
Otro factor que puede inducir estos periodos de pausa son las erupciones volcánicas. Durante dichos fenómenos de la naturaleza, se expulsan partículas a la atmósfera que reflejan la luz solar y la emiten fuera del planeta, como ocurrió en 1991 durante la erupción del Monte Pinatubo. Sin embargo, actualmente este tipo de eventos no cambiaría mucho las cosas.
“Es probable que a partir de 2030, la tasa de aumento del calentamiento global sea tan elevada que ni una erupción volcánica de la escala del Krakatoa podría inducir una nueva década de receso”, afirmó Nicola Maher, miembro del equipo de investigación encargado de este estudio.