Xoloitzcuintle, la representación de un dios y un vestigio del México prehispánico

El Xoloitzcuintle es la representación de un dios, un manjar culinario, y una guía a las almas en su camino al descanso eterno en la época prehispánica

Regeneración, 25 de junio del 2017.-La representación de un dios, un manjar culinario, y una guía a las almas en su camino al descanso eterno en la época prehispánica, el Xoloitzcuintle ha sido un fiel testigo de la historia del México, y que hoy es celebrado y codiciado en todo el mundo.

Su origen es muy antiguo, se cree que es del estado de Colima, sin embargo se llegaron a encontrar vestigios en Oaxaca, Guerrero, la zona maya y en Centroamérica, narra la criadora de xoloitzcuintles Ana María Rivera.

En entrevista con Notimex explica que la raíz del nombre está compuesta por la palabra “Xolotl”, que hace referencia al dios del mismo nombre, además de “Itzcuintli”, que significa perro o paje, por lo que podría significar el perro o el servidor del Dios Xolotl, detalla.

Xólotl, hermano gemelo de Quetzalcóatl, rige la dualidad; el bien y el mal, el principio y el fin, la vida y la muerte; mientras que el Xoloitzcuintle como su representante, llega a ser tan importante que ocupa el décimo día del calendario Azteca.

La especialista en la raza detalla que inclusive se habla de que el emperador Moctezuma llegó a poseer más de 300 ejemplares con una persona destinada para el cuidado de cada uno.

Destaca que al ser representante de un Dios, se volvió un alimento de consumo no cotidiano, ya que existía una ceremonia especial para el sacrificio, y era guisado de tres diferentes formas: cocido, al vapor y asado.

En algunas regiones, el animal se sacrificaba para solicitar lluvia y abundancia, mientras que en otras era para cuando alguien moría, ya que era colocado en la ofrenda y las tumbas, puesto que la muerte era aún más importante que la vida para esas culturas.

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El Xoloitzcuintle era comúnmente poseído por personas de altas jerarquías, como sacerdotes y reyes, pero poco a poco fue viviendo con las familias comunes por su apego y relación con el ser humano.

El Xoloitzcuintle fue una especie en peligro de extinción a la llegada de los españoles, los cuales arribaron con sus propios perros y animales, lo que significó un gran peligro para la especie endémica mexicana.

Además de que acostumbraban matarlos puesto que eran la representación de un dios que no era el suyo, o al traer enfermedades como la rabia, o presentarlo como comida exótica en sus fiestas.

“Es un ejemplar que es fiel testigo de la historia desde la época precolombina, ha sobrevivido sin ayuda de nosotros, ha sobrevivido a revoluciones, a movimientos armados, a una guerra de independencia; hay que valorarlo como lo que es, un mudo testigo de la historia de México, un atavismo a nuestras creencias religiosas antes de la llegada de los españoles, como un ser vivo”, abundó.

En los últimos 75 años, la Federación Canófila Mexicana ayudó a rescatar esta raza autóctona y utiliza un Xoloitzcuintle en su logotipo desde el año 1940, refirió la también la presidenta del club de las razas Xoloitzcuintle y Chihuahueño.

El Xoloitzcuintle es un antiguo perro primitivo, moldeado por la evolución, pasando por la conformación general, es delgado y elegante, moderado en todos los aspectos, expresa velocidad, armonía y fuerza sin parecer tosco.

Hay dos variedades en la raza, sin pelo y con pelo, ambas idénticas en conformación excepto por pelaje y dentición, además de que por tamaño existen los miniatura, intermedia, y estándar.

El gen que produce la ausencia de pelo es dominante, es una displasia en el ectodermo que impide el desarrollo del pelaje en los perros, sin embargo, algunos cachorros nacen con pelo, y la cruza entre dos perros sin pelo, producirá un menor número de cachorros con pelo, por lo tanto, esto es preferido, ya que mantiene y mejora la calidad de la raza.

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Ana María detalla que es un perro silencioso y tranquilo, alegre, alerta e inteligente, perfecto para estar con niños, y que se adapta a cualquier espacio, por lo que puede estar en departamentos o casas chicas.

Para sus cuidados es un perro “redondo”, dice la especialista, su mantenimiento no es caro, ya que no necesitan corte, sólo debe ponerse crema para manos después del baño, vacunas, desparasitaciones, y en cuanto a la alimentación croquetas o preparación de alimento.

Hay clubes especializados en Rusia, y en diversas partes del mundo que se dedican a preservar esta especie, y de acuerdo con el último censo realizado en 2014, se registraron entre cinco y seis mil ejemplares, sin embargo, no todos tienen registro de sus animales.

El número de crías por camada es variado, pero se han dado hasta 12 cachorros en un solo parto en un tamaño estándar.

La experta precisó que el precio depende de con quien se adquiere y para que se adquiere, y se venden ejemplares desde tres mil 500 pesos en los periódicos e Internet, hasta perros que pueden costar cinco mil euros.

Han existido grandes impulsores de la raza, como lo fueron los pintores Diego Rivera y Frida Kahlo (nacidos en 1886 y 1907 respectivamente), o artistas plásticos como Sergio y Humberto Peraza.

Otros que también los plasmaron en sus obras fueron Rufino Tamayo, Francisco Toledo y Raúl Anguiano, Gabriel Fernández Ledezma, José Guadalupe Posada, y Juan O’ Gorman.