Este Domingo de Ramos, zapotecos de Juchitán recordaron a los difuntos del sismo de septiembre, para ellos es el inicio de un nuevo año,; este es un ritual que mezcla la religión católica con las costumbres ancestrales.
Regeneración, 26 de marzo de 2018.- Para los zapotecos de Juchitán, el Domingo de Ramos representa el inicio de un año nuevo, así como de la Semana Santa, para celebrarlo comparten con sus difuntos platillos, bebidas, flores, así como música.
Las familias que perdieron a sus seres queridos en el terremoto del pasado 7 de septiembre recordaron a los suyos. Este ritual se inicia con la Cuaresma, se limpian, pintan y remodelan las tumbas, el día de ayer alrededor de 10 mil personas se reunieron con sus difuntos.
El cementerio que justamente se llama Domingo de Ramos, congrega alrededor de 5 mil tumbas, algunas hechas de concreto, otras de palma o tabique. Al lugar llegan vendedores de comida típica, principalmente se venden tamales de iguana, regañadas (pastelillos crujientes), así como dulces tradicionales, de calabaza, limón con coco, papaya, almendra y coyol. Además les ponen flores como la de coyol, cordoncillo, albahaca y flor del río, entre otros.
Los familiares cuentan anécdotas sobre sus difuntos, al tiempo que cantan y sueltan algunas lágrimas, otros contratan mariachis, tríos, bandas.
Cabe resaltar que este ritual es una mezcla de elementos de la religión católica con costumbres ancestrales de los zapotecos, aquellos que nunca abandonan las almas.
Con información de: La Jornada