El gran consumo de alimentos procesados y altos en grasa además de la nula actividad física están detrás de la obesidad.
Regeneración, 17 de octubre de 2017.- En América Latina, el 58% de los habitantes padece obesidad y/o sobrepeso. La cifra de muertes por esos padecimientos es tan alta que incluso registra más decesos que los causados por el crimen organizado y el narcotráfico.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el año pasado, cerca de 360 millones de personas en países latinoamericanos y del Caribe sufrían de alguno de estos padecimientos, hecho que representa el 58% del total de habitantes en la región.
Bahamas tiene un 69% de población obesa, mientras que México se mantiene en el segundo lugar con 64% de la población adulta con obesidad. En tercer lugar, está Chile con 63%.
El subdirector de la FAO, Julio Berdegué, dijo a la agencia Efeagro que “en América Latina y el Caribe, la mala alimentación mata más que el narcotráfico, el crimen organizado o la violencia”.
El alto consumo de alimentos procesados y altos en grasa además de la nula actividad física están detrás de la obesidad.
El sedentarismo por el trabajo, la creciente urbanización y otros factores más, influyen también en el estilo de vida y alimentación de los latinoamericanos.
«Evidencia reciente muestra que el consumo de productos ultraprocesados son cinco veces más altos en países de bajos y medianos ingresos en comparación con el de países desarrollados», dice el informe de la FAO.
En el mundo, la venta de productos ultraprocesados aumentó en un 43.7% entre 2000 y 2013 pero sólo en América Latina el crecimiento supera esa cifra: las ventas aumentaron un 48% en el mismo periodo, hecho que representa el 16% de las compras de todos los alimentos en la región.
La obesidad y el sobrepeso vienen de la mano con otras consecuencias graves para la salud como diabetes, trastornos musculoesqueléticos, enfermedades cardiovasculares, y algunos cánceres, como el de mama, ovario, próstata, hígado, vesícula biliar, riñón y colon.
Respecto a la obesidad infantil, la FAO informó que “se asocia con una mayor probabilidad de obesidad, muerte prematura y discapacidad en la edad adulta. Pero además de mayores riesgos futuros, los niños obesos experimentan dificultades respiratorias, un mayor riesgo de fracturas, hipertensión, marcadores tempranos de enfermedad cardiovascular, resistencia a la insulina y efectos psicológicos”.
Con información de Huffington Post