Los candidatos presidenciales y el tema laboral

Son 52 milllones de trabajadores en México y 67% percibe menos de 3 salarios mínimos, los más bajos de América Latina. Ellos deberían ser objeto de más atención de los candidatos, pero salvo AMLO, Meade y Anaya los han tratado de manera tangencial.

José Antonio Almazán González

Regeneración, 12 de mayo de 2018. Con una población ocupada de 52.2 millones, 42% de la población total,  los trabajadores constituyen la clase social numericamente más importante en México. Sin embargo, un 67% percibe menos de 3 salarios mínimos y es el más bajo de América Latina, compitiendo el primer lugar con Haití. Por lo mismo deberían ser objeto de la mayor atención de parte de los candidatos a la presidencia de la Republica y de sus propuestas electorales. Sin embargo no ocurre así. El tema laboral, visto desde la perspectiva de los salarios de hambre, sindicatos, empleo-trabajo, libertad y democracia sindical, ocupan un espacio menor e incluso tangencial en las propuestas de los mismos, especialmente de Meade y Anaya. No es el caso de MORENA y AMLO, como veremos más adelante y cuyas propuestas pueden consultarse en la siguiente liga:

https://drive.google.com/file/d/11B0aNBuVpHB7GDVXhCKdYvVKw7D7Ta-x/view

Diversas razones históricas explican este hecho. Sin duda el más relevante tiene que ver con lo que José Revueltas abordó, por alla en los años 60, en un  escrito memorable “Ensayo sobre un proletariado sin cabeza“: La falta de independencia de la clase obrera en México, al igual que el proceso de charrificación del movimiento obrero y una deliberada política de los gobiernos post cardenistas para impedir la sindicalización de los trabajadores en México.  Los datos actuales son bastante ilustrativos al respecto. Pese a su mayor peso numérico solo 4.5 millones de trabajadores  están sindicalizados, representando apenas entre el  8.6% y 10% de la población ocupada  y organizados en 3,262 organizaciones sindicales, de las cuales la gran mayoría están en manos del charrismo sindical.

En esas condiciones, el menosprecio  de los candidatos de la oligarquía, Meade y Anaya, a los asuntos que atañen a la situación de la clase trabajadora en México y sus niveles de pobreza, no debería de extrañarnos, pues solo ven en ellos carne de cañón y explotación capitalista. ¿Pero que proponen en sus plataformas electorales?

En la plataforma electoral de la Coalición por México al Frente del PAN PRD y MC que postula a Ricardo Anaya,  solo hay una  muy breve referencia en relación a fortalecer la libertad y democracia sindical y desmantelar el sindicalismo corporativo, pero solo para taparle el ojo al macho y hacerle un guiño a la izquierda domada del PRD. Sin embargo, en lo que hace al salario sus menciones son escasas, hablan de salario digno, decente y suficiente y de recuperación de su poder adquisitivo y parenle de contar. La materia laboral solo se toca en ocho ocasiones. El de trabajadores en cinco. Lo referente al empleo y trabajo en cinco ocasiones. Lo relativo a lo sindical en tres ocasiones. Para decirlo en forma ilustrativa, sus menciones en materia laboral no llenan ni media cuartilla.  Todo sin embargo de manera superficial y vacua, propio de quién, como Anaya no entiende el México de abajo.

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Por eso el oportunismo de Anaya salta a la vista sobre cuestiones como el ingreso basico universal y salario, que sin rubor plagia, pero sin romper con los dogmas neoliberales. Al respecto vale la pena recordar la posición de  irrestricto apoyo de Anaya a la contrarreforma laboral aprobada en noviembre de 2012, cuando fue Diputado Federal del 1 de septiembre de 2012 a agosto de 2015.  Conforme al Diario de Debates, el 8 de noviembre de 2012  precisó y sin ambajes declaró: “Sobre nuestras discrepancias con la izquierda sobre la reforma laboral, debo decir que cuando en el Grupo Parlamentario del PAN hemos votado a favor, cuando hemos defendido los inmensos beneficios de esta reforma para México“.

En cuanto a José Antonio Meade, en su plataforma electoral de la coalición PRI-PVEM-NA, más alla de los  lugares comunes en los asuntos laborales y autoplagios del mismo y desgastado PRI de las últimas décadas, destacan por su ausencia lo relacionado con la reforma laboral, que no merece ni una sola mención: al igual que el sindical, que ni por casualidad se aborda, para no tocar ni con el pétalo de una rosa al charrismo sindical. Sin embargo, un vistazo al internet permite visualizar por donde caminan las pretensiones del desangelado Meade, como es el caso de la reciente propuesta de reforma laboral del PRI: promoviendo abiertamente el outsourcing, facilitando los despidos injustificados, reduciendo las indemnizaciones por riesgo de trabajo, obstaculizando la libertad sindical y la negociación colectiva, constriñendo aún más el derecho de huelga, etc.

A diferencia de las plataformas de los candidatos de los partidos de la oligarquía y sus satélites, las propuestas de MORENA y AMLO en lo laboral, trabajadores, empleo, salarios de pobreza, trabajo, sindical, libertad y democracia sindical son consistentes e integran un capítulo sobre la política laboral que se desarrolla a lo largo de 21 páginas.

El tema laboral se desarrolla en 54 ocasiones, el de trabajadores en 23, lo referente al empleo en 82, el trabajo en 79, lo salarial en  15,  lo sindical en 2 y la reforma laboral en la página 27.  Pero independientemente que los aspectos laborales son abordados transversalmente, como puede leerse a lo largo de las 461 páginas que integran el Proyecto de Nación de MORENA y AMLO, es conveniente resaltar lo siguiente:

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1) En lo que hace a las contrarreformas estructurales, incluida la laboral, la propuesta de MORENA y AMLO es contundente. “Se analizarán las llamadas reformas estructurales (laboral, educativa, fiscal, energética, entre otras) para definir cuáles pueden permanecer y cuáles no, porque no benefician al pueblo, por medio de una consulta pública, garantizando la libre expresión de la voluntad ciudadana y respetando la decisión de la mayoría.“ (Ver página 27)

2) “Democratizar la política energética, respetar las decisiones de 
las comunidades y propiciar el fortalecimiento del sindicalismo independiente.“

3) “Recuperar y fortalecer la función de la inspección de trabajo como un medio idóneo para lograr, por la vía administrativa, el cumplimiento de las normas de trabajo.“

4)  “Crear una instancia nueva que promueva y fortalezca la negociación colectiva por rama de industria, a través de espacios de diálogo social y productivo impulsados por el gobierno en el entorno del nuevo paradigma constitucional“

5) “Recuperación del salario mínimo.“ “La propuesta consiste en un impulso al salario mínimo mediante un incremento anual del 15.6% más inflación, para llegar al fin de sexenio a la cifra de 171 pesos diarios más la inflación que se haya generado en el periodo.“

6 “Apoyar la inserción digna de los migrantes mexicanos de retorno al mercado de trabajo.“

7 “Certificación de trabajo justo.“ “Se propone establecer una certificación de trabajo justo que permita reconocer de manera pública a las empresas y empleadores que cubran salarios dignos a sus trabajadores,“

En efecto, el proyecto de MORENA y AMLO es, — en el mar de trivialidades, plagios y autoplagios, engaños y mentiras de los candidatos presidenciales oligárquicos y sus comparsas, — un programa que considera y valora el peso social de la clase trabajadora. No pregona el socialismo, pero sustentadas firmemente en el nacionalismo democrático, sus propuestas encajan en las visiones del mundo que sentencian que ‘la liberación de los trabajadores ha de ser obra de los trabajadores mismos’. En este sentido, constituyen también un diálogo propositivo frente a las demandas del sindicalismo no oficial que milita tanto en las filas de la Unión Nacional de Trabajadores, como de la Nueva Central de Trabajadores y otras más del sindicalismo independiente y cuyas principales propuestas encuentran respuesta en el programa de MORENA.