Científicos logran cultivar tejidos de vaquita marina, podrán clonarla para salvar a la especie

El proyecto VaquitaCPR reunió a los 90 mejores científicos del mundo, tomaron muestras de los ejemplares que sacaron del mar y lograron cultivar sus tejidos celulares, esto abre la posibilidad de poder clonar.

Regeneración, 12 de mayo de 2018.- La vaquita marina corre peligro, quedan menos de 30 ejemplares pues el gobierno mexicano ha mostrado incapacidad para frenar el tráfico de Totoaba, además del intento fallido de capturar a las últimas vaquitas para llevarlas a un santuario temporal.

Debido a esta situación, uno de los logros del Proyecto VaquitaCPR (Conservación, Protección y Recuperación), que reunió a finales del 2017 a los 90 mejores científicos del mundo, especialistas en cetáceos, que tomaron muestras de tejido y sangre de los dos ejemplares que pudieron atrapar, pero que tuvieron que regresarlos al mar por mostrar signos de estrés, con la posterior muerte de una hembra adulta.

CULTIVAN TEJIDOS CELULARES DE LAS VAQUITAS

Lorenzo Rojas-Bracho, el encargado de la expedición reveló que, en el Frozen Zoo de San Diego, donde se almacenan materiales genéticos de animales y plantas en nitrógeno líquido a 96 grados bajo cero, se lograron cultivar con éxito los tejidos celulares de estas vaquitas marinas, para la secuenciación de su genoma completo, esto abre la posibilidad de clonar en el mediano plazo, aproximadamente en 10 años, al mamífero marino en mayor peligro del mundo.

“En el futuro puedes hacer ya clonaciones, por ejemplo, producción de embriones, digo todavía no es que lo podamos hacer de aquí a mañana, pero no falta mucho; si ya lo hacen con animales de granja, pues es a lo que le estamos tirando, ahora necesitamos tener hembras y machos y por el momento sólo tenemos hembras”, detalló.

Rojas-Bracho quien es investigador en jefe del Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (CIRVA), indicó que un descubrimiento sobresaliente es que en todos los ejemplares muertos que han logrado sacar del mar y las muestras de los vivos, arrojan ocho haplotipos diferentes, es decir que no se ha perdido la variabilidad genética de la especie.

En el caso de los que perdieron la vida, las necropsias arrojaron que todos eran animales sanos físicamente y se alimentaban bien, algunos, aún tenían comida en el organismo, cuando cayeron en las redes utilizadas de manera ilegal para capturar pez Totoaba.

“Entonces no hay nada que indique que la especie esté condenada a la extinción en estos momentos. Sí la dejan de matar seguro se recupera”, destacó el investigador.