Hidalgo es la sexta entidad que peor ejecuta su gasto público en el país, manejando más de 10 mil millones de manera discrecional, gastando menos de lo que presume en infraestructura, cuatruplicando su gasto en autopromocionarse.
Por Emmanuel Ameth
Regeneración, 11 de octubre de 2018.- A más de una década de haberse aprobado la Ley General de Contabilidad Gubernamental que ordena mecanismos de transparencia, armonización y homologación de información sobre el ejercicio de los recursos públicos, ninguna entidad ha dado cumplimiento a la misma: es más, Hidalgo ostenta la séptima peor posición en el país, hundiéndose cuatro posiciones respecto el año anterior según el Índice de Información del Ejercicio del Gasto (IIEG 2018) elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Hidalgo apenas alcanzó 49.3 puntos sobre 100 evaluables dadas sus deficiencias en información contable donde le faltaron 16.1 puntos para cumplimentar la norma, su desobligación al apenas obtener 30 en materia presupuestal y no generar información programática con 0 puntos también de 100 evaluables.
“De acuerdo con el análisis, el cumplimiento a los presupuestos de egresos de las entidades federativas es un acto de simulación y discrecionalidad. Las entidades subestiman sus ingresos, gastan más de lo presupuestado y se endeudan por arriba de lo planeado. La falta de acción por parte de los congresos locales es una muestra de que no son un contrapeso real para los gobernadores y sus secretarías de finanzas”, comunicó el IMCO.
Hidalgo subestima ingresos para gastarlos discrecionalmente
En la partida de Ingresos Estimados vs los Ingresos Recaudados, Hidalgo destaca por ser una de las entidades que más subestima sus ingresos, estrategia que el IMCO señala como sistémica y que se hace para hacer un uso discrecional de los recursos.
De esta forma, 22 por cada 100 pesos, equivalentes a 10 mil 800 millones, habrían sido gastados de forma opaca y en los rubros que el ejecutivo decidiera.
“Los ingresos excedentes permiten un mayor gasto. Sin embargo, al no estar debidamente regulados, existe un margen para su uso discrecional, es decir, son cheques en blanco”, apuntó el IMCO.
Incluso se señala que si Hidalgo hubiera aplicado sus ingresos excedentes al pago de la deuda, para 2019 esta ya habría sido saldada; sin embargo, los recursos tuvieron un uso discrecional.
A Hidalgo le interesa más la imagen que la infraestructura
Para algunos gobiernos del país, como el de Hidalgo, es más importante “aparentar” que se hacen las cosas que efectivamente ejecutarlas, rubros en los que el IMCO volvió a exhibir la ejecución del gasto público en la entidad.
Y es que del presupuesto que iba a destinarse a infraestructura, tal como lo autorizó el Congreso Local, al final solamente se destinó 61% de lo pactado en el rubro, designándose el monto restante a actividades menos prioritarias e incluso atendiendo que recibieron 29% más recursos para el ejercicio en cuestión, dejando injustificable dicha omisión.
“Una mala planeación y/o ejecución de los recursos públicos dejan a la vista las verdaderas “prioridades” de las administraciones estatales. Los gobiernos estatales asignan recursos a rubros que no tienen un impacto directo en la población”, destacó el IMCO.
Para la autopromoción sin embargo, la entidad no conoce limitantes, toda vez que superó en más de 4 veces lo que informó al legislativo iba a destinar para publicidad. En el país, solamente Puebla superó la mala administración de Hidalgo en el tema, en un año electoral, y teniendo dicha entidad riesgo de repetir las elecciones precisamente por las anomalías presentadas en la jornada.
De 55 millones que les fueron presupuestados gastar, la cifra final reportada por ellos mismos (aún falta ser auditada) alcanzó los 287 millones de pesos.
“La evidencia apunta a que, en los estados, los presupuestos son ejercidos como una simulación y a discreción de las secretarías de finanzas, consecuencia de la falta de planeación y una nula intervención de sus congresos”, citó el IMCO.
Malas prácticas que resaltaron en el país
Hidalgo volvió a ser referente nacional nuevamente por sus malas prácticas, pues junto con Aguascalientes, Guerrero, Tamaulipas y Tlaxcala en 2015, 2016 y 2017 subestimaron sus ingresos en al menos 20% (para dar un uso discrecional a sus ingresos excedentes).
Pese a los ingresos excedentes que obtuvo Hidalgo (de más de 10.8 mil millones de pesos), su pésima planeación provocó que encima se contratara un crédito quirografario cuyo costo financiero (intereses más comisiones) alcanzó los 42.8 millones de pesos, más que el presupuesto que reciben muchas universidades de la entidad. Coahuila y Guerrero también recurrieron a financiamiento pese a sus ingresos extraordinarios
A pesar de recibir ingresos adicionales a lo estimado, gastaron menos de lo aprobado para seguridad pública: Tlaxcala (-2%), Jalisco (-8%), Hidalgo (-10%), Guerrero (-18%), SLP (-29%), NL (-32%) y Querétaro (-66%).