Izquierda dividida en ideas y derecha unida por intereses, Pepe Mujica

Pepe Mujica, expresidente de Uruguay subrayó la importancia de la unidad de la izquierda y mantener los logros obtenidos durante gobiernos democráticos

Regeneración, 30 de noviembre del 2018. Pepe Mujica, expresidente de Uruguay realizó un recuento de los logros de la izquierda en ese país y ser el país mas igualitario de América Latina.

Sobre los 15 años de gobierno frentamplista señaló: «En 2006 teníamos 5% de indigencia y 34% de pobres. Los hospitales no tenían sabanas ni analgésicos. Debíamos casi todo nuestro PBI», ello en el marco de una conferencia en Uruguay.

«No podemos olvidarnos que hubo una década de atraso cambiario que estranguló a la clase media rural y en el norte había niños que comían pasto. Esos niños hoy están en el Comcar y pagan el precio».

Ante la ovación del público, Mujica interrumpió por única vez a su auditorio: «No me aplaudan porque esto es una tragedia. El árbol se endereza desde chico».

A la hora de destacar logros, el dirigente de 83 años dijo que por primera vez una crisis regional no afectó a Uruguay como en otros tiempos.

«Hay que conservar el (Plan) Ceibal y ampliarlo entre los niños, hay que cuidar a los jubilados, proteger las ocho horas de los peones rurales, la seguridad social para las trabajadores domésticas, la apertura de las universidades en el interior y seguir sumando hijos que vayan a la Universidad cuyos padres no pudieron ir.

Y defender los Consejos de Salarios. Por primera vez una crisis en Brasil y en Argentina no nos puso de rodillas«, sentenció.

Mujica dijo que fue por una candidatura independiente para el Frente Amplio y que intentó poner a Ernesto Murro en el mapa de candidatos pero no tuvo apoyo.

A pesar de las diferencias, el líder del MPP dijo que «debemos estar unidos, porque por más que lo critiquen el Uruguay es el país más equitativo de América Latina. Y eso lo debe defender el Frente Amplio y todos los partidos políticos».

«La unidad del Frente Amplio hay que cuidarla. Sin unidad la izquierda será derrotada. La izquierda se divide por sus ideas mientras la derecha se junta por sus intereses», agregó.

«Hay que reconocer la vieja discriminación de las sociedades patriarcales sin darnos cuenta que sin mujer no hay vida humana», dijo Mujica..

«Fue el MPP el que tuvo la primera mujer como presidenta de la Cámara de Senadores y una segunda, también mujer del movimiento».

«Hay gente rica y poderosa que nos detesta porque tenemos olor a pueblo. Y está bien porque dentro de esa gente hay de todo. Otra cosa son los conversos, los que estaban de este lado y se cambiaron. Esos son los peores, unos piojos resucitados».

«La vida no es solo yugo»

Mujica dijo que toca un mundo que «nos dice todos los días que el que no llega a ser rico, fracasa,» indicando se debe ser coherente en la vida y en el discurso. Y esa coherencia, indicó, es necesaria más que nunca en una sociedad marketinera donde «todos somos consumidores».

«La vida no es solo yugo, hay que tener tiempo libre para los hijos, la compañera y los amigos. No nos podemos convertir en máquinas de pagar cuotas. Todavía no hay cajones (ataúdes) con bolsillos para llevarse la plata», añadió.

El expresidente también manejó cifras globales de alimentación y pobreza a nivel mundial.

«Hay 150.000 habitantes nuevos por día y miles se mueren de hambre.

Hay mil millones de desnutridos y 800 millones de gordos que pelean contra la obesidad en el mundo.

Hay mujeres en África que caminan tres o cuatros kilómetros por dos baldes de agua al día.

Los datos dicen que hay 8 o 10 personas que tienen la misma riqueza que la mitad de la población.

El planeta tiene límites y el gobierno progresista sabe que debe cuidar el planeta, reciclar y abandonar la cultura de uso y tire», afirmó.

Mujica fue enfático y remarcó la amenaza de un posible «holocausto ecológico», según definió:

«O entendemos ese cambio o vamos como especie hacia un holocausto ecológico. Esto no tiene nada que ver con lo electoral. Tiene que ver con la conservación de la especie».

*Se trata de un extracto de la relatoría publicada en Ecos de Uruguay