Ola de ataques incendiarios y explosivos en Fortaleza, Brasil

Brasil, la ciudad de Fortaleza, en Ceará vive ataques incendiarios contra autobuses, además con explosivos y armas por cambio de políticas en cárceles

Regeneración, 3 de enero del 2019. Brasil, la ciudad de Fortaleza en el estado de Ceará vive tensas jornadas tras una ola de ataques incendiarios, con armas de fuego así como diversos tipos de explosivos.

En los medios locales se comenta que se trata de al menos 34 ataques en las últimas horas.

Entre los ataques que llamaron la atención fueron los intentos de derrumbar los pilares de un viaducto.

Además se registraron decenas de ataques contra autobuses de transporte colectivo, los cuales fueron incendiados, la mayoría interceptados en plena circulación.

La serie de atentados contra autobuses, viaductos, órgano público, agencia bancaria y equipos de seguridad fueron registrados en Fortaleza y en la Región Metropolitana en la noche del miércoles, y en la madrugada de este jueves, 3.

Hasta la mañana de este jueves hay nueve sospechosos habían sido condenados por la policía civil por sospechosos de involucrarse en las acciones criminales.

Se registraron al menos 24 acciones criminales en las últimas 24 horas.

Los crímenes se producen después de Luis Mauro Albuquerque, gerente de la recién establecida Secretaría de Administración Penitenciaria (SAP), indicó

«que no reconoce facciones criminales y no cree en la división de los internos de las organizaciones criminales rivales en diferentes prisiones».

Por su parte la Comisaría de Represión a las acciones criminales (Draco) investiga la motivación de los ataques.

Fuerza nacional, hacia la confrontación

Por su parte el legislador Renato Roseno, hizo públicas una serie de reflexiones.

El diputado del Partido del Socialismo y la Libertad (PSOL), señaló que se requiere más inteligencia y prevención contra la violencia.

Recordó que el Gobernador Camilo Santana anunció una solicitud de ayuda para la fuerza nacional, ejército y fuerza de intervención integrada al ministerio de justicia y seguridad pública.

El Secretario Nacional de seguridad adoptó tono similar al empleado por el secretario de administración cárcel, reduciendo la solución del problema al uso de la fuerza.

«La verdad es que el problema es demasiado complejo y merecería más que declaraciones que acentúan la gravedad de la situación».

Lo anterior en referencia a que las fuerzas de seguridad habrían anunciado que van a Fortaleza a confrontar, no a negociar con criminales.

Al respecto, Renato Roseno puntualizó:

En primer lugar, es importante decir que esta lógica de la confrontación y episódica no resolverá la cuestión más amplia de la seguridad.

Quien acompaña las políticas públicas del sector en Ceará sabe que este tipo de escenario es consecuencia de problemas más profundos, estructurales, que vienen siendo sistemáticamente ignorados por el gobierno estatal, no sólo en la gestión actual, sino también en las anteriores.

Por aquí, las crisis se suceden y las «soluciones milagrosas», ídem.

Mientras tanto, la población sigue sufriendo: con el miedo en las calles, con las dificultades de desplazamiento, siendo expulsadas de sus casas, etc.

La situación de nuestro sistema penitenciario:

Marcado por el hacinamiento, por la presencia aparente de las facciones, con más del 50 % de presos provisionales (de los cuales sólo el 5 % trabajan y el 7 % estudian), el estado necesita un gestor que tenga como eje de acción a Inteligencia, además de las medidas preventivas que deberían regir la seguridad pública, como defienden organizaciones de la sociedad civil y expertos.

En cambio, Camilo nombró a un secretario que da declaraciones legitimando exclusivamente la lógica de la fuerza.

El resultado no podría ser otro: inestabilidad y violencia dentro y fuera de las prisiones.

El tema es complejo y no comporta soluciones fáciles.

No se trata de negociar con las facciones ni tolerar actos criminales, sino trabajar con inteligencia y con un horizonte más amplio.

Las inversiones en promoción social y prevención, por ejemplo, son infinitamente pequeñas en comparación con el presupuesto de la coerción y la ostentosidad.

Resultado: tenemos cerca de 30 mil presos en Ceará, de los cuales la mitad está formada por jóvenes.

Se trata de una enorme población que está siendo reclutada para las facciones criminales, ya que las cárceles están tomados por ellos.

Por lo tanto, no será una intervención federal o el recrudecimiento de la fuerza que evitarán este hecho.

Para avanzar hacia la solución real, en lugar de discursos fáciles y de fuerte llamamiento, pero que hacen sufrir a la población, se necesita reflexión estructural, participación de la sociedad civil en la elaboración de las políticas, planificación, regularidad de las acciones y intersectorialidad.

Reconocemos que la situación es grave y urgente y seguimos el caso con preocupación.

Pero reiteramos que cualquier acción debe ser estrictamente dentro de los marcos legales.

Además, es urgente convocar a la sociedad para un plan estratégico de seguridad pública que reduzca el poder de las organizaciones criminales y reduzca la violencia en nuestra sociedad.