Disciplinada y diversa, así es la nueva alcaldesa de izquierda en Bogotá

Un carácter fuerte labrado en la dinámica de la política colombiana, enfrentándose a ministros que obligaron al exilio a la alcaldesa Claudia López

Regeneración, 29 de octubre de 2019. La alcaldesa Claudia López logró lo que parecía imposible en Colombia, rompiendo todas las expectativas de golpe.

Normalmente se habla de procesos lentos de cambio, pero ella logró cambiar el panorama de la política en Colombia, llegando a ser la primera alcaldesa de Bogotá.

Rompió «las barreras sociales, políticas, de género, académica y de orientación sexual, en un país en el que ha tomado fuerza el cristianismo» expresa el Público.

Además de que han crecido las posiciones ultraderechistas contra población LGBTI.

Sus cualidades, lucha contra la corrupción

Ella es una mujer de carácter fuerte, sobre todo por la forma en la que ha formado su recorrido en la política, enfrentándose directamente con ministros de la derecha.

Ella misma se define como “diversa” y no acepta el mote de primera dama para su compañera, pues lo considera una denominación patriarcal.

Es muy conocida por su carácter explosivo, cosa que admite que debe cambiar, pero en el panorama de la política nacional, más bien podría parecer una virtud.

Además, en la alcaldesa resalta su disciplina, tanto en la política como en la academia desde donde investigo el fenómeno llamado parapolítica.

Pese a la presión en su contra, el pasado 27 de octubre en un hecho histórico, superó el techo de un millón de votos, en el cargo más importante de elección popular.

El presidente derechista Iván Duque fue el primero en llamarla para felicitarla, como aceptando la derrota de su ala.

La constancia es otro toque que la caracteriza, en particular en su lucha contra la corrupción, ya desde 2018.

La mandataria electa impulsó sin éxito una consulta popular contra la corrupción.

Como investigadora académica, la alcaldesa analizó la alianza de los líderes públicos con los grupos de ultraderecha, lo que le costó el exilio.

Fue colaboradora de la Revista Semana, la Silla Vacía y el periódico El Tiempo, medio del que fue despedida por denunciar a uno de los ministros del Presidente Álvaro Uribe.

Esta victoria cambia el mapa y da un impulso a fuerzas progresistas a la vez que quita peso a la ultraderecha que ha contado con grupos armados como el paramilitarismo.