Marchas masivas en Bolivia en repudio al golpe de Estado

Bolivia ha pasado a ser el escenario de movilizaciones masivas diarias, cabildos, represiones, un río revuelto contra un golpe de Estado

Regeneración, 15 de noviembre de 2019. Los campesinos con ponchos rojos, hombres y mujeres con sombreros, venidos los altiplanos son los que se manifiestan ahora en Bolivia. Luego se sumaron de la ciudad de El Alto, los que pudieron llegar, otros fueron retenidos al intentar acercarse hasta el centro.

Bolivia ha pasado a ser el escenario de movilizaciones masivas diarias, cabildos, represiones, un río revuelto contra un golpe de Estado.

La jornada esta vez terminó sin gases lacrimógenos ni motos y los policías y militares se mantuvieron en el habitual cerco a la Plaza Murillo.

El cual es el centro del poder político nacional, donde se encuentra la sede de gobierno, el Poder Legislativo y la vicepresidencia.

En esas cuadras tuvieron lugar hechos centrales ocurridos ayer.

Por un lado, el Senado de Bolivia eligió a una nueva presidenta:

Eva Copa, oriunda de la ciudad de El Alto, al igual que el presidente de la Cámara de Diputados elegido la noche anterior, Sergio Choque.

Con el juramento de ambas nuevas presidencias, pertenecientes al partido del Movimiento Al Socialismo (MAS), el cual cuenta con dos tercios, quedó así redefinida la directiva del Poder Legislativo.

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En simultáneo, la autoproclamada presidenta de Bolivia Jeanine Áñez dio posesión a cinco ministros más en su gabinete.

Dos de ellos, nombrados el miércoles, hicieron declaraciones que alertaron sobre las políticas que llevará adelante el gobierno nombrado fuera de la Constitución.

El primero fue el ministro de gobierno transitorio, Arturo Murillo, quien anunció que emprenderá una cacería contra tres ex funcionarios de la administración derrocada:

Raúl García Linera, Juan Ramón Quintana y Hugo Moldiz, por sediciosos.

La segunda fue la ministra de Comunicación, Roxana Lizarraga, quien amenazó a los periodistas o seudoperiodistas, tanto nacionales como internacionales, que hagan sedición.

Los anuncios que ha dado el gobierno transitorio, donde fueron electos altos mandos de la Fuerza Armada Bolivia y de la Policía Nacional, han sido un redoble de amenazas.

Esto dentro de un cuadro general de noticias de represiones, muertos, heridos, enfrentamientos y militares desplegados en calles y carreteras.

La estrategia golpista enfrenta una contradicción inevitable.

En efecto, se trata de un golpe de Estado que niega serlo, busca construirse una institucionalidad fuera de la ley para sostener esa narrativa.

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Pero en los actos de autoproclamación y anuncios de cacerías contra dirigentes y periodistas deja ver su carácter antidemocrático.

Eso ha quedado claro para quienes se movilizan día tras día y tienen entre sus demandas principales la renuncia de Añez, a quien acusan de golpista y de racista.

Esas razones, junto con el reclamo del retorno de Evo a Bolivia han puesto en marcha un levantamiento en diferentes puntos en una confluencia hacia La Paz.