La crecida del río Jhelim inundó amplias zonas de Srinagar este domingo y obligó a los habitantes a ponerse a salvo en los tejados
Regeneración, 7 de septiembre de 2014.–El Ejército de India intentaba rescatar este domingo a miles de personas afectadas por las peores inundaciones en medio siglo en la Cachemira india, en las que murieron al menos 150 personas y dejaron bajo el agua a la principal ciudad, Srinagar.
Otras 350 localidades también quedaron sumergidas por las torrenciales lluvias del monzón, que provocaron inundaciones y deslizamientos de tierras en la región himalaya de Jammu y Cachemira, según responsables.
La crecida del río Jhelim inundó amplias zonas de Srinagar este domingo y obligó a los habitantes a ponerse a salvo en los tejados. Se desplegaron miles de soldados, policías y personal de emergencias, ayudados por helicópteros y barcos, para intentar acceder a la gente que se encontraba atrapada. Al menos 11.000 personas habían sido rescatadas ya.
«Miles de personas siguen atrapadas», dijo a la AFP el inspector general de policía de la región de Jammu, Rajesh Kumar. También «se han recuperado hasta ahora más de 150 cuerpos. Es difícil calcular el número exacto (de muertos), porque aún se están buscando cuerpos», añadió.
El primer ministro indio, Narendra Modi, visitó la región y se reunió con altos cargos de los servicios de socorro. Modi describió la situación como un «desastre a escala nacional».
Un oficial de policía de Srinagar temía que se desconociera la verdadera extensión de los daños, debido a que las conexiones telefónicas se habían caído y había zonas incomunicadas.
Una sede del Ejército en esta ciudad, de 900.000 habitantes, estaba bajo el agua, al igual que algunos edificios gubernamentales, según informaciones locales e imágenes de televisión.
Miles de soldados, respaldados por 22 helicópteros, se desplegaron por el valle de Cachemira y el resto del estado para entregar ayuda y restablecer las comunicaciones, dijo el secretario del gabinete nacional, Ajit Seth.
En el vecino Pakistán, unas 142 personas murieron y unas 108 localidad y tierras de cultivo resultaron dañadas, dijo el portavoz de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres. Las fuertes lluvias se reducían, y se habían llegado a detener en algunas partes de Pakistán.