Nueva política y combate a la corrupción

Ética republicana. En tanto que la vida pública, privada y social de nuestro país vive en una profunda corrupción, las instituciones se encuentran capturadas por
los poderes fácticos y prevalece la impunidad de quienes cometen graves delitos en contra de las mayorías, proponemos una ética republicana que regenere a la nación,
moralice a la política y promueva una corriente crítica de pensamiento.Servidores públicos con vocación de servicio. Existe ungran dispendio de recursos públicos, excesivos salarios y derroche de la alta burocracia, por eso proponemos servidores públicos con vocación de servicio y percepciones modestas pero decorosas.

 Austeridad republicana. El dispendio del gobierno ofende al pueblo, por tal razón proponemos, entre otras medidas, disminuir 50% los salarios de los servidores públicos de mandos medios y superiores, bajar los gastos de los funcionarios, eliminar bonos y percepciones extraordinarias, servicios médicos y seguros privados, y cajas de ahorro especiales en todos los niveles de gobierno. Prohibir la contratación de publicidad gubernamental en medios electrónicos, ésta deberá transmitirse en tiempos del Estado.

Establecer el delito de corrupción y exigir rendición de cuentas a los funcionarios.

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Combate a la corrupción y transparencia. La ausencia de un régimen democrático y la impunidad hacen que se multiplique la corrupción. Para acabar con ese flagelo haremos que el ejercicio del poder sea democrático, transparente y rinda cuentas a la sociedad. Obligar a gobiernos, sindicatos, partidos, organizaciones empresariales, iglesias, medios de comunicación electrónica, grandes empresas a transparentar su funcionamiento y rendir cuentas.

Proponemos una Comisión de la Verdad que investigue y sancione la corrupción política del pasado.

Recuperar la ética política. La política es asunto de todos, no sólo de políticos profesionales. Es un derecho participar en los asuntos públicos y sociales, sin embargo, la política se ha pervertido y corrompido con el clientelismo y el paternalismo.

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La obligación de la clase gobernante es respetar y servir a los ciudadanos. La ética política es la búsqueda del bien común y es la esencia del cambio democrático.