Lo marginal en el centro
(fragmento)
Carlos Monsiváis
in memoriam
¿Cuánto falta en México para el pleno ejercicio de la democracia?
Desde su prédica del frenesí que nada cambia, la clase gobernante desprecia lo que ve o cree ver: las masas ingobernables por irredimibles, masas indóciles y sumisas, masas regidas por el complicado matrimonio entre desobediencia y relajo. En el otro extremo, quienes ejercen la democracia desde abajo y sin pedir permiso, amplían sus derechos ejerciéndolos.
Para estos grupos, la democracia es, en lo fundamental el aprendizaje de la resistencia civil, que inicia en la defensa de la legalidad, ante la ilegalidad practicada desde las esferas del poder económico y político. Y la democracia es también la terquedad indignada, el abandono de fórmulas de martirologio, el apego a la racionalidad, la búsqueda del avance gradual, la estrategia de la movilización permanente: plantones, marchas, mítines, asambleas, exigencia de diálogo con las autoridades correspondientes, boteo, volanteo, pintas, ocasionales huelgas de hambre, arduos viajes a la capital para instalar campamentos de la Dignidad.
A las marchas y las asambleas, los júbilos o los resentimientos, los ordena el deseo de autonomía. A la gente le urge conducir sus propios destinos.
El paternalismo agotó sus persuasiones y el ensueño del Progreso ha resultado devastador.
…Entrada libre a la historia o al presente, …de modo perceptible los protagonistas parecen imbuidos en la noción de Scott Fitzgerald: “La verdadera prueba de una inteligencia superior es poder conservar simultáneamente en la cabeza dos ideas opuestas, y seguir funcionando.
Admitir por ejemplo que las cosas no tienen remedio y mantenerse sin embargo decidido a cambiarlas".
que se organiza, Ediciones ERA, México, 1987).