Por Jenaro Villamil | Homozapping
30 de agosto del 2015.-Una auténtica “historia de terror”, extorsiones, uso desmedido de la fuerza pública capitalina, una serie de cinco clausuras y de falsos defensores de intereses vecinales se hilvana en la disputa hecha pública entre el comunicador más importante del Grupo Televisa, Joaquín López Dóriga, y la empresaria María Asunción Aramburuzabala, una de las mujeres más acaudaladas del país, quien decidió romper el silencio e interponer una demanda penal, desde el 14 de agosto, por varios delitos en contra de quienes la amenazaron con frenar su desarrollo inmobiliario de la calle Rubén Darío 225, en la Colonia Polanco, en una de las zonas de mayor plusvalía inmobiliaria en el Distrito Federal.
En esta trama, en primer lugar, está involucrada Adriana Pérez Romo, esposa de López Dóriga, quien no es la primera vez que amenaza con utilizar la influencia mediática de su marido. Al menos en 2002, el delegado de la Miguel Hidalgo, Arne Aus Den Ruthen, recordó en sus cuentas de redes sociales que el conductor de Televisa le pidió autorizar una obra ilegal en un predio de su esposa, en Polanco. “Aprende a no meterte con la esposa de un comunicador”, le amenazó López Dóriga ante la negativa.
En un tono similar, López Dóriga intentó amedrentar a Aramburuzabala, tras las amenazas de su esposa. Al rememorar la llamada telefónica del comunicador, la empresaria le repitió a Proceso el mensaje que le envió a López Dóriga: “no te confundas, yo estoy litigando en tribunales, no en medios. Lo que estoy haciendo es exponer tu modus operandi, tu porquería”.
Destapado el escándalo el 21 de agosto, a raíz de una nota en el periódico Reforma, López Dóriga sólo ha respondido a través de su cuenta de Twitter sin negar la extorsión:
“Niego rotundamente la dolosa implicación de Reforma: No he ‘litigado’ el problema vecinal con el negocio de la señora Aramburuzabala en Polanco.
“Quien sí ha litigado en medios la defensa de su negocio ha sido la señora Aramburuzabala: 6 primeras planas en Reforma a favor de su desarrollo”.
Otro personaje involucrado es el ex diputado federal del PAN, Mario Alberto Becerra Pocoroba, cercano al ex presidente Felipe Calderón, quien a nombre de los vecinos del edificio colindante de Rubén Darío 223 y de Pérez Romo planteó una extorsión que asciende a casi 10 millones de dólares y fue grabado en un video difundido por los representantes de Aramburuzabala.
A su vez, el actual jefe de Gobierno capitalino, Miguel Angel Mancera, ha dejado correr las clausuras y las estafas, a pesar de que él le reconoció a Aramburuzabala, en un encuentro privado, que “todo está correcto” en el proyecto de las torres de 122 departamentos.
De entrada, la heredera del emporio de Grupo Modelo y ex accionista de Grupo Televisa, hasta enero de 2006, separa a los directivos de la televisora de su disputa con López Dóriga. Recordó que ella sostuvo un encuentro con Emilio Azcárraga Jean y éste se comprometió a no tomar parte en el conflicto.
Grupo Televisa emitió un escueto comunicado para afirmar que el conflicto vecinal en Polanco “ha carecido de interés periodístico” y que “se trata de un tema entre particulares que se encuentra pendiente de resolución en tribunales del Distrito Federal. Este tema no ha sido tratado en nuestros espacios informativos ni en el que conduce Joaquín López Dóriga ni en ningún otro”.
Noticieros Televisa expresó que confía “plenamente” de López Dóriga y reiteró “su respaldo frente a una más de las dolosas notas de Reforma en contra de Televisa y sus colaboradores”.
“Esto comenzó con la defensa de un desarrollo inmobiliario, pero se ha convertido en un tema más grande”, reflexionó Aramburuzabala ante Proceso.
“Es un caso de cómo la corrupción puede inhibir la inversión en la Ciudad de México. Yo tengo más de mil millones de dólares de inversión en 14 desarrollos y me tratan como si fuera narcotraficante. Hay un enorme abuso del poder que le da un locutor el tener acceso a un medio. Ese poder es utilizado para enriquecerse, para extorsionar”, afirmó Aramburuzabala.
“¿Qué nos dice de nuestros líderes mediáticos que utilizan su poder para comprar, para extorsionar? ¿Qué nos dice este caso de nuestros gobernantes que se doblan ante la presión y que el Estado de derecho es igual a nada?”, se cuestionó.
-¿Nunca le había sucedido un intento de extorsión?
-Nunca en 24 años de Abilia nos había sucedido algo así. Es normal que tengas litigios en donde pierdas y ganes en tribunales, pero siempre jugando derecho.
-López Dóriga ha afirmado en sus columnas que usted es una “niña rica” que “desde su multimillonaria soledad envidia la felicidad ajena”. ¿Qué opina de esta respuesta?
-No me da vergüenza que me diga niña rica porque soy heredera de un gran imperio fundado por mi abuelo. A mí no me dan vergüenza mis orígenes. Soy rica, pero no soy inútil y mucho menos corrupta. Mi dinero no es mal habido, como el de él.
Extorsión por Casi 10 mdd
La demanda presentada el 14 de agosto, cuya copia tiene Proceso, incluye un video de 45 minutos donde el abogado Mario Alberto Becerra Pocoroba, solicitó el 16 de junio dinero a nombre de Pérez Romo y los demás vecinos, pero también 600 mil dólares para él, por el pago de sus honorarios, y la exigencia de obras públicas en Polanco.
En las páginas 30 y 31 de la demanda se relata que Becerra Pocoroba y su asistente Erika Mendoza Bergmans “insisten en las solicitudes desproporcionadas que se vieron haciendo una y otra vez por parte de los vecinos y que fueron solicitadas en reuniones anteriores por las señoras Paloma Carrera Baños y Teresa Adriana Pérez Romo, hasta llegaron de manera directa, cínica y precisa a señalar que con dinero se podría arreglar todo el asunto, que con el pago de 5 millones de dólares, más 600 mil dólares para su abogado, más la reconstrucción de aproximadamente la mitad de las banquetas de la colonia Polanco y sus luminarias, así como las glorietas de Campos Eliseos, monto adicional que podría ser similar al solicitado por la señora Teresa Adriana Pérez romo de López Dóriga, a través de su abogado, se podrían terminar los problemas de mi mandante (Aramburuzabala).
“A mayor abundamiento, el propio Mario Alberto Becerra Pocoroba señaló desde el inicio de la reunión que iba en representación de Teresa Adriana Pérez Romo y los vecinos de Rubén Darío 223 y que, incluso, si no existía por parte de mi mandante una pronta respuesta a sus pretensiones económicas, el Gobierno del Distrito Federal iniciaría una acción directa en contra de mi mandante, mediante el juicio de lesividad con el objeto de revocar los permisos ya otorgados con anterioridad por esas mismas autoridades y suspender la elaboración del proyecto en definitiva”.
La extorsión también se formalizó a través de un correo electrónico, enviado el 29 de junio de 2015, a Carlos Padilla Fabre, colaborador de Aramburuzabala, donde se formalizan las peticiones planteadas de manera verbal en los documentos denominados “Convenio Rubén Darío 223.docx” y “Carta honorarios Abilia.docx”, cuyas copias tiene Proceso.
Carlos Padilla y Guillermo Martín Buitano, quienes estuvieron en la primera reunión con Becerra Pocoroba calculan que la extorsión asciende a casi 10 millones de dólares, ya que son 5 millones de dólares supuestamente para los condóminos de Reforma 223, que se pueden dar “en efectivo o en especie”, más los 600 mil dólares para el abogado y las obras de remodelación en la colonia Polanco.
Dos vecinos del predio Rubén Darío 223, a condición de mantener el anonimato, declararon a Proceso que ellos nunca fueron informados de esta extorsión. La esposa de López Dóriga, quien era la administradora, forzó a los vecinos a firmar la petición de parar la obra de Aramburuzabala, argumentando que la torre de 122 departamentos que se construiría al lado iba a afectarlos y a “darles en la torre” al quitarles luz solar y vista al Bosque de Chapultepec.
En la misma demanda en contra de Paloma Carrera Baños, de Adriana Pérez Romo, de Gabriela Torres Ramírez (quien se ostenta como Coordinadora vecinal del corredor Bosque de Chapultepec) y del abogado Becerra Pocoroba se especifica que la petición de 5 millones de dólares se planteó de la siguiente manera:
“Siempre haciendo alusión a la fuerza periodística del señor Joaquín López Dóriga y haciendo mención a la estrecha relación que se tenía con diversos funcionarios del Gobierno del Distrito Federal, dando a notar la misma, bajo la forma en cómo desde enero del presente año han venido actuando para no permitir que se realice la obra del proyecto denominado ‘Rubén Darío 225’”.