Por @oscar_jmora *
Tras lo ocurrido en Ostula, Michoacán, tengo una mezcla de sentimientos difíciles de explicar, el más palpable es la impotencia, una impotencia que me ahoga al estrangularme lentamente, mientras me pierdo en un sinfín de preguntas que quizá no tengan respuesta…
Otra vez el ejército, de nuevo vidas inocentes que son arrancadas por un comando armado…
¿Dudarán a la hora de jalar los gatillos? ¿Qué pasa por su cabeza momentos antes de asesinar a un inocente?
Las fuerzas armadas han dejado de ser sinónimo de seguridad y protección (si es que alguna vez fue así), se convirtieron en el brazo armado del gobierno para quitar del camino a actores incómodos.
Al parecer no les bastaron los más de 80,000 muertos y más de 30,000 desaparecidos que dejó el sexenio de Calderón, donde el ejército mexicano acumuló más de 8,000 quejas ante la CNDH por violaciones a los derechos humanos, casos de violación sexual, tortura y homicidio.
Con el regreso del PRI, la violencia en el país incrementó, pero las cifras disminuyeron gracias al silencio de los medios masivos de comunicación. Durante 2014 y 2015, el ejército se ha vuelto a manchar las manos con la sangre de la población que en algún momento juró defender.
La estrategia de “guerra contra el narcotráfico” fue un fracaso, sigue la pululación de carteles en el país, la droga se sigue sembrando o fabricando y pasando a EE.UU, siguen los muertos y las violaciones a derechos humanos por parte de la autoridad, y el país lentamente se va consumiendo como un papel al que le prendieron fuego…
La madrugada del martes 7 de julio del 2015, bajo un supuesto operativo donde buscaban armas y droga, elementos del ejército mexicano sacaron violentamente a 7 jóvenes (5 varones y 2 mujeres) de una casa ubicada en la calle Francisco I. Madero, en la ciudad de Calera, Zacatecas.
El 16 de julio fueron hallados muertos 4 de los 7 desaparecidos, en una vivienda en construcción de la comunidad de Jerez, los cuerpos presentaban un tiro en la nuca y un avanzado estado de descomposición, según la necropsia pudieron haber sido asesinados entre el 9 y 11 del presente mes. Horas más tarde se reportaría el hallazgo de 3 cuerpos en la comunidad El Naranjal, a 25 kilómetros de la cabecera de Jerez, cuerpos que corresponderían a los otros 3 jóvenes desaparecidos por el ejército mexicano.
A tan sólo unos días de este hecho, la tarde del domingo 19 de julio, fuerzas armadas atacaron a los pobladores de la comunidad indígena de Santa María Ostula, ubicada en el estado de Michoacán. Las balas del ejército le arrebataron la vida a 3 personas: Heriberto Reyes García de 12 años, Neymi Natali Pineda Reyes de 6 años y Melesio Cristiano de 60 años, también fueron heridos Horacio Valladares de 32 años y Antonio Alejo Ramos de 17 años.
En el comunicado emitido por la comunidad, que circuló en redes sociales, se detallan los hechos de violencia por parte del ejército mexicano:
“Posterior a la detención de Cemeí Verdía Zepeda, la comunidad estableció diversos retenes en cada Encargatura con el objetivo de evitar la detención de más miembros de la comunidad. Sin embargo, aproximadamente a las 17:00 hrs, fuerzas federales y estales agredieron los retenes colocados por miembros de la comunidad en las Encargaturas de Xayacalan y el Duin que se encuentran sobre la carretera 200, Lázaro Cárdenas-Manzanillo”.
“(…) utilizaron gas lacrimógeno para agredir a los comuneros y enseguida fuerzas federales dispararon de forma indiscriminada a miembros de la comunidad que se encontraban en la Encargatura de Ixtapilla, ubicada también sobre la carretera 200 Lázaro Cárdenas- Manzanillo”.
Estos casos no son los primeros donde el ejército se ve involucrado en desaparición forzada y privación de la vida, basta con recordar lo ocurrido el año pasado en Tlatlaya, donde la madrugada del 30 de junio de 2014, tras un enfrentamiento entre presuntos criminales, elementos del ejército mexicano ingresaron a una bodega ubicada en Tlatlaya, Estado de México, donde ejecutó a sangre fría a 15 civiles, testimonios de sobrevivientes coinciden en que los militares entraron a la bodega y encontraron a civiles rendidos y desarmados. Después, los sacaron uno por uno, los obligaron a hincarse, a decir su apodo, edad y ocupación, para después dispararles. Una de las sobrevivientes dijo haber escuchado a un militar decir: “Los que estén vivos o heridos vuélvanles a disparar”.
Y el más reciente, que sacudió a la sociedad: Ayotzinapa, la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa “Raúl Isidro Burgos”, a manos de elementos de la policía municipal de Iguala, es otro evento donde elementos del ejército están involucrados, no sólo por la omisión en auxiliar a los normalistas heridos; en febrero de 2015, el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI) reveló mensajes y bitácoras de la SEDENA durante esa noche, donde queda asentado que el ejército tuvo conocimiento de lo que ocurría durante la noche del 26 de septiembre del 2014, y aun así no hizo nada para impedir las acciones de la policía municipal, ni del cartel “Guerreros Unidos”.
Mientras que la versión oficial de la PGR asegura que los 43 normalistas fueron incinerados en un basurero de Cocula, Guerrero, otras líneas de investigación sugieren que el ejército pudo haber tenido participación en la cremación de los estudiantes de la normal, para Jorge Antonio Montemayor Aldrete, investigador titular del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) –uno de los científicos que desmintió en diciembre la hipótesis de la PGR de que los jóvenes fueron cremados en el basurero de Cocula–, las autoridades mexicanas deben abrir una línea de investigación en torno a la posible cremación de los 43 en hornos del Ejército o privados.
A través de las balas del ejército, habla el Estado Mexicano; nos grita, se burla de nosotros, nos escupe en la cara y después de tanta humillación, nos da el tiro de gracia.
¿Cuántos desaparecidos y muertos más necesita este país para decir ¡ya basta!? ¿A las cuántas muertes vamos a entender? ¿Cuánto dolor nos cabe antes de estallar?
#FueElEstado
#FueElEjército
México, Regeneración, 20 de julio del 2015. Publicado por @oscar_jmora en transcotidianidades.wordpress.com Foto de Sergio Ferrer publicada en Los Ángeles Press con la leyenda «El verdadero rostro de México, un pueblo que sufre la represión y el despojo» (4928 × 3264)