Agustín Carstens dirigirá el Banco de Pagos Internacionales que fue fundado en 1930 y sirvió para financiar el ascenso de Adolfo Hitler al poder; después los nazis lo usaron para depositar las riquezas que saqueaban en los países ocupados. Hoy día la entidad agrupa a 60 bancos centrales de países que representan 95% del PIB mundial.
Regeneración, 25 de junio de 2017. Agustín Cartens anunció que al finalizar su encargo en el Banco de México, se convertirá en gerente del Banco de Pagos Internacionales de Basilea, Suiza (BPI).
El BPI es «el banco central de los bancos centrales” y no responde a ningún gobierno o país y su capital está integrado por acciones de los bancos centrales de 60 países, sobre todo de Europa y Estado Unidos.
El Banco de Pagos Internacionales fue fundado en 1930 por Hjilmar Shachts, quien fuera años después el ministro de finanzas de Adolfo Hitler, y por Montagu Norman, jefe del banco en Inglaterra. En un inicio el banco se utilizó para pagar las reparaciones que los alemanes hicieron a las naciones que vencieron en la primera guerra mundial.
Poco después, en su consejo directivo participaba Walther Funk, ministro de Economía de Hitler, un representante del banco Stein de Alemania, el banco de la temida Gestapo (la policía política de Hitler); y Oswaldo Pol de las SS nazis, el grupo paramilitar que sembró terror durante el periodo de los nazis. En esa época, el banco sirvió para depositar los “activos” que los nazis robaban de los países ocupados y antes, para financiar el ascenso de Hitler al poder en Alemania y el traslado de apoyos financieros al nacional-socialismo desde Nueva York y Londres. En 1944, el presidente norteamericano F.D. Roosevelt propuso disolverlo ante la conferencia monetaria de Bretton Woods.
La delegación inglesa con John Maynard Keynes a la cabeza lo defendió y logró posponer su disolución hasta la muerte de Roosevelt en 1945, cuando el nuevo presidente Harry Truman suspendió la disolución y gracias a eso el banco de los nazis sobrevivió para ser el vehículo financiero de los acuerdo de la post guerra entre los jefes nazis y sus “aliados” en Estados unidos como la familia Harrian, la familia Bush o los hermanos Dulles (uno de los cuales dirigió la CIA).
En 2015, el investigador Adam Lebor publicó el libro titulado “Torre de Basilea, la vaga historia del banco secreto que dirige el mundo”, haciendo notar que esta institución financiera pasa desapercibida a pesar del enorme poder.
Lebor dice: “El club más exclusivo del mundo tiene 18 miembros” que se reúnen en Basilea, Suiza, en el marco del Comité Consultivo Económico del BPI. Se trata de las personas más poderosas del mundo, los banqueros centrales”.
“Los banqueros centrales, cuya independencia está constitucionalmente protegida, controlan la política monetaria del mundo desarrollado. Gestionan la oferta de dinero a las economía nacionales. Fijan las tasas de interés decidiendo así el valor de nuestros ahorros e inversiones. Ellos deciden si hay que centrarse en la austeridad o el crecimiento. Sus decisiones dan forma a nuestras vidas”, escribe Lebor.
La cofradía mexicana premiada
La llegada de Agustín Carstens a la gerencia de BPI, es el premio a la cofradía del ITAM, institución concebida en 1946 por Alberto Bailleres, Luis Montes de Oca y la familia Rockefeller, para combatir el legado de la Constitución de 1917 en México. Este grupo alcanza reconocimiento internacional por su labor de destrucción del Estado mexicano y de la economía nacional, cruzada que iniciaron en 1983, cuando Pedro Aspe Armella, uno de los principales gurús del ITAM, llegó a la Secretaría de Planeación y Presupuesto para luego instalarse en la SHCP en 1988 en el gobierno de Carlos Salinas y tomar el control de la institución que no han soltado junto con la del Banco de México. Desde esas fechas, el grupo de Guillermo Ortiz, Agustín Carstens, Francisco Gil Díaz, José Antonio Meade, Ernesto Cordero y el mencionado Pedro Aspe ha monopolizado los cargos en la Secretaría de Hacienda y en el Banco de México en los gobiernos posteriores a 1982 y todos ellos han sido alumnos del ITAM.
Esta cofradía ha puesto en marcha el modelo neoliberal en México que se ha caracterizado por el saqueo de las empresas y bienes públicos, el contratismo a empresas de amigos y socios y ha entregado los principales recursos naturales de México a corporaciones internacionales.
BPI tiene dos oficinas de representación en el mundo, una está en México
El Banco de Pagos Internacionales conocido como el «banco de los bancos centrales», el BPI fomenta la cooperación financiera y monetaria internacional y sirve de banco para los bancos centrales. El BPI lleva a cabo su trabajo a través de sus departamentos monetario y económico, bancario, su secretaría general, los comités que alberga y a través de su Asamblea General, en la que tienen derecho de voto y representación sus bancos centrales miembros. También presta servicios bancarios a bancos centrales y otras instituciones monetarias oficiales.
Solo tiene dos oficinas de representación, una en Hong Kong y otra en la Ciudad de México. Jens Weidmann, Presidente del Bundesbank de Alemania, es el Presidente del Consejo de Administración del BPI desde noviembre de 2015.
El Capital del BPI
El capital del BPI está compuesto por acciones pertenecientes a los bancos centrales miembros. Las instituciones y personas privadas quedaron excluidas como accionistas a partir de 2000. Los bancos centrales miembros ejercen su derecho de voto en proporción al número de acciones suscritas en su respectivo país (Artículos 14 y 44 de los Estatutos del BPI).
El capital está dividido en 600 mil acciones, de las que la mayoría pertenecen a los bancos centrales de Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Estados Unidos de América y Reino Unido. Son los seis países que se reparten la gestión del BPI.
En 2013, el BPI tenía 60 bancos centrales accionistas de todo el mundo. A 31 de marzo de 2013, el balance total del BPI se situó en 212.000 millones de DEG (Derecho Especial de Giro). El pasivo total del Banco está constituido fundamentalmente por depósitos de clientes, de los que aproximadamente un 90% se denominan en monedas y el resto, en oro. En dicha fecha, las posiciones de los clientes (excluidos contratos con pacto de recompra, repos) valían 183 700 millones de DEG. el activo del BPI se compone en su mayoría de títulos de deuda pública o semipública e inversiones (incluidos repos a la inversa) en bancos comerciales internacionales con elevada calificación. Además, a 31 de marzo de 2013, el Banco contabilizaba 115 toneladas de oro fino en su cartera de inversión.
En un principio, las acciones del BPI estaban admitidas a negociación en mercados secundarios, lo que convirtió al BPI en una entidad única: una organización internacional, en el sentido del derecho internacional público que, sin embargo, tenía accionistas privados. Muchos bancos centrales habían comenzado también como instituciones divididas en acciones, como el Banco de Inglaterra, que fue de propiedad privada hasta 1946, o el Banco de España.