Amenaza Corea del Norte con ‘reducir a cenizas’ a EU y ‘hundir’ a Japón

El Comité encargado de difundir la amenaza dijo que Estados Unidos será “golpeado hasta la muerte como un perro rabioso”. 

Regeneración, 14 de septiembre de 2017.- Este jueves, Corea del Norte amenazó con “reducir a cenizas” a Estados Unidos y, además, “hundir” a Japón por respaldar las nuevas sanciones económicas que impuso el Consejo de Seguridad de la ONU a Pyongyang por su último ensayo nuclear.

El comité de Paz Asia-Pacífico de Norcorea, fue el encargado de emitir la amenaza por medio de la la Agencia Central de Noticias de Corea.

“Las cuatro islas del archipiélago [japonés] deberían ser hundidas en el mar por la bomba nuclear de Juche. Japón ya no es necesario que exista cerca de nosotros”, dijo el comité en su declaración difundida por la agencia oficial KCNA.

Además, el organismo condenó la resolución del Consejo de Seguridad y lo calificó como “una herramienta del mal” de países “sobornados por el dinero”, que se mueven a la orden de Estados Unidos.

“Vamos a reducir a Estados Unidos a cenizas y tinieblas. Vamos a ventilar nuestro pesar con la movilización de todos los medios de represalia, que ahora se están preparando”, dijo el Comité.

También, se refirió a Corea del Sur como “traidor” y un “perro” del gobierno de Trump.

En la información difundida, el Comité recalcó que Estados Unidos fue el encargado de preparar las nuevas sanciones contra Corea del Norte y por eso será “golpeado hasta la muerte como un perro rabioso.”

El comité aseguró que el pueblo y el ejército norcoreano exigen que se castigue a los “Japos” y “Yanquis”, términos usados para referirse a japoneses y estadounidenses.

Cabe mencionar que el Consejo de Seguridad congeló las importaciones norcoreanas de petróleo crudo y limitó las importaciones de productos refinados de petróleo a solo dos millones de barriles al año.

Además, prohibió la exportación de textiles y restringió el permiso de trabajadores norcoreanos en el extranjero.

 

 

Con información de El Economista