La llamada “verdad histórica” sobre los 43 normalistas, solamente fue posible de sostener a través de los medios de comunicación.
Regeneración, 29 de marzo del 2022. Luego de los sucesos de Iguala en Guerrero, el 26 de septiembre del 2014, el gobierno de Enrique Peña Nieto, impuso una “verdad histórica”.
Y es que, tras la desaparición de los 43 normalistas desaparecidos de la Normal de Ayotzinapa “Raúl Isidro Burgos”; solamente se pudo sostener con el apoyo de los medios masivos de comunicación.
El entonces titular de la extinta Procuraduría General de la República (PGR), Jesús Murillo Karam, y su sucesora, Arely Gómez, cimentaron las bases de la llamada “verdad histórica”.
De acuerdo con la información que se presentó el 28 de enero del 2015, se señala que los normalistas fueron asesinados e incinerados; para posteriormente echar sus cenizas al Río San Juan en Cocula.
“Ésta es la verdad histórica de los hechos, basada en las pruebas aportadas por la ciencia, como se muestra en el expediente”, precisó Karam.
La información fue replicada por comunicadores y medios masivos de comunicación, quienes señalaron las pruebas como “contundentes”.
Periodistas y medios defendieron la «verdad histórica»
El periodista, Carlos Marín, exigió a los padres de los normalistas desaparecidos que ofrecieran perdón al entonces titular de la PGR por las “ofensas” en su contra.
Y es que, el periodista aseguró que se trataba de la investigación criminal más “exhaustiva en la historia de México”.
Sin embargo, la llegada de la administración de Andrés Manuel López Obrador, reabrió el caso y fue posible encontrar inconsistencias en las investigaciones.
La Fiscalía General de la República (FGR) rechazó las investigaciones previas respecto a la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa.
Asimismo, caricaturistas utilizaron dibujos para cuestionar y criticar las demandas de los padres de los normalistas por conocer el paradero de sus hijos; como fue el caso del monero, Paco Calderón, que a través de sus dibujos se burló de los familiares de los normalistas y de las autoridades.
Mientras que columnistas como Pablo Hiriart o Roberto Rock, presentaban información fuera de contexto o con mentiras.
Además, Ciro Gómez Leyva defendió el actuar del titular de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), Tomás Zerón; quien obtuvo confesiones a través de torturas y violación a los derechos humanos.