En el último día del mandato de Enrique Peña Nieto, se hace una comparación entre indicadores con los que llegó y los que deja.
Regeneración, 30 de noviembre de 2018.- La administración de Enrique Peña Nieto se puede medir a través de indicadores económicos y en todo caso, se puede notar el desgaste del país durante estos seis años.
El diario Reforma comparó indicadores de precio del dólar, el monto de la deuda pública, precio de la gasolina, inflación, desempleo y el crecimiento anual.
Según los números publicados en la nota “Adiós, Peña”, es evidente la desaceleración económica.
Se puede ver que para cuando Peña Nieto entró a gobierno, el dólar costaba 13.78 pesos, mientras que a la salida, el dólar cuesta 20.55 pesos por unidad.
La deuda pública, en relación al porcentaje del Producto Interno Bruto, equivalía a 31.82% al inicio del sexenio y ahora la deuda absorbe el 43.92%.
Por otro lado, el precio de la gasolina magna aumentó de 9.82 pesos por litro a 19.99 pesos por litro al final del sexenio, es decir más del 100% e aumento.
La inflación también aumentó, al inicio del sexeniola inflación equivalía a 4.18% anual a noviembre, y en este momento es de 4.65%.
En relación al desempleo, es la único rubro que mejoró, pues al inicio del sexenio había una tasa de desocupación de 4.91%, y al final hay un 3.19%. Otra cosa es la
Finalmente, el crecimiento anual cuando entró Peña Nieto era de 3.39%, mientras que al final es del 2.12%.
Según la nota de Érika Hernández, Peña Nieto inició su mandato con una expectativa alta, de alrededor del 60%, mismas que se fueron diluyendo mientras pasaba el tiempo.
“El ‘Mexican Moment’ que protagonizaba Peña Nieto, según observadores, a partir de la firma del Pacto por México – que concretó 14 reformas estructurales con apoyo de la Oposición- resultó eclipsado despúes de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa”, indicó.
“Al final, su candidato y su partido fueron derrotados en la elección presidencial de julio pasado de manera estripitosa. Concluye su mandato con 28% de aceptación, el nivel más bajo de los últimos mandatarios mexicanos”.