Pulpos tienen alta sensibilidad a los cambios de temperatura, incluso deformaciones. Migración a zonas más frías. Facultad de Ciencias, UNAM investiga
Regeneración, 7 de enero de 2024. El portal de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) publicó sobre investigaciones en pulpos que señalan alta sensibilidad a cambios de temperatura.
Se indica que la pesca ribereña en la Península de Yucatán podría verse afectada por la migración de la especie hacia zonas alejadas de la ribera donde la pesca no es nacional.
Pulpos
Así se destaca que la especie «es muy sensible a los cambios de temperatura, enfrenta estrés térmico y disminuye su población».
Y es que se indica que se hicieron observaciones de «algunos embriones se les enchuecan los brazos y los ojos se les mueven de lugar».
E incluso, hubo un caso en el que la glándula donde tienen la tinta se mezcló con el sistema circulatorio, ocasionando la intoxicación con su propia tinta.
Al tiempo que la nota se destaca porque se afirma que «México es el segundo país exportador de pulpos en el mundo».
«Se calcula que su producción pesquera es de 20 mil a 30 mil toneladas al año, solo en la Península de Yucatán».
Sin embargo, esta especie podría alejarse hacia aguas más profundas ante los efectos del calentamiento de los océanos, añade el portal.
Investiga
Se trata de lo dicho por el académico de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM, Carlos Rosas Vázquez, titular del Laboratorio de Ecofisiología Aplicada.
Además, ubicado en la Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación Sisal de la Universidad Nacional.
Quienes realizan estudios sobre la sensibilidad térmica, modelos de distribución y su abundancia ante el calentamiento global.
Por otra parte, se indica que el Octopus maya se desarrolla bien en la Península de Yucatán, cuya plataforma continental es bañada por una corriente de agua fría proveniente del Caribe.
Lo anterior, desde una profundidad de 300 a 400 metros.
Esto hace que las temperaturas fluctúen entre los 22 y 23 grados durante el verano, lo que ha generado condiciones oceanográficas favorables para esta especie, pero están cambiando.
A partir del año pasado, prosiguió, han registrado ondas de calor importantes y se ha observado que la pesca de pulpos ha disminuido, por ejemplo, en Campeche donde la corriente fría no llega.
Pesca
“Los pescadores lo atribuyen a la sobrepesca y otros efectos, yo insisto que es la temperatura, de más de 30 grados. Los pulpos no las toleran, sus límites están por los 27 grados».
Lo anterior, precisamente en Sisal, municipio de Yucatán donde se ubica dicho centro de investigaciones.
«Aquí, frente a Sisal, todavía tenemos la influencia de esta surgencia, que hace que el agua se enfríe un poco, estamos monitoreando la temperatura -casi 18 kilómetros- y está entre 29 y 31 grados y no hay casi pulpos”, alertó.
Además, indicó del monitoreo por el Instituto de Ingeniería, a partir de una boya oceanográfica que les envía información permanentemente.
Rosas Vázquez indicó que, si esta especie se mueve a aguas más profundas, tendrá que buscar si existe alimento.
Además, habría un efecto económico importante para los pescadores ribereños quienes solamente pueden recorrer una pequeña franja de la Península, 15 o 20 kilómetros.
“Si se quedan en aguas profundas serán capturados por flotas, barcos más grandes y cuya derrama económica no es para los pescadores costeros, sino que está ligada con empresas”, precisó.
Sensibilidad térmica
Agregó que la mayoría de los animales acuáticos que no pueden regular su temperatura corporal dependen del medio para sus actividades, y la reproducción es un evento importante y sensible.
“En el caso del pulpo, las hembras desovan una sola vez en la vida, esa apuesta es todo o nada. Nos interesó explorar su sensibilidad térmica y encontramos que son muy sensibles a las altas temperaturas”, refirió.
También se cuestionaron si la elevación de la temperatura afectaba a su progenie, para lo cual estudiaron a los embriones y detectaron que son igual de sensitivos que las madres.
“Cuando están expuestas a altas temperaturas, las madres envían elementos en el vitelio de los huevos que se convierten en daños potenciales para los propios embriones”.
Los universitarios analizan estos efectos que se definen como epigenéticos, caracterizados no por dañar el ADN, pero sí las proteínas que lo rodean.
“Esto provoca que a la hora que se combinan el ADN de la hembra y el macho, ya no es tan perfecto como debiera ser y causa alteraciones que dan como resultado descendencia mucho más sensible a la temperatura, que ante un estrés térmico se deforma o muere”, abundó.
“Las predicciones hasta ahora sugieren que el efecto del calentamiento provocará alteraciones profundas sobre la población”.
Añadió que marcar a los pulpos es difícil, ya que son animales hábiles y con los ocho brazos que tienen se logran quitar los marcadores.
Por ello, actualmente hacen un muestreo intensivo -a través de una boya- sobre las condiciones oceanográficas y establecer con mayor precisión las variaciones de la temperatura.
Mismo que tendrá una duración de tres años, se indica.
Granjas de pulpos
Cabe destacar que la UNAM señala que otra vertiente del trabajo del Laboratorio de Ecofisiología Aplicada, de la Unidad Sisal de la UNAM, es su colaboración con cooperativas para establecer una granja de pulpos con mujeres y adultos mayores de la zona.
Se ha realizado transferencia tecnológica desarrollada en la Universidad Nacional a ese proyecto que actualmente tiene 16 estanques y se le monitorea de manera permanente, a fin de que sea exitoso.
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