Luego de un sistemático proceso de vigilancia y evaluación sobre los glaciares mexicanos, en enero de 2001 los científicos del país dieron por extinto el glaciar del Popocatépetl
Regeneración, 17 de febrero 2020. Luego de un sistemático proceso de vigilancia y evaluación sobre los glaciares mexicanos, en enero de 2001 los científicos del país dieron por extinto el glaciar del Popocatépetl.
La noticia, un verdadero fenómeno climático, generó gran expectación en el mundo científico, informó Hugo Delgado Granados, director del Instituto de Geofísica (IGf).
El especialista detalló que el origen de tan singular suceso, se debe a los efectos que tuvo la erupción del volcán sobre los hielos.
Desde que en 1994 inició la erupción, los materiales calientes, conocidos como proyectiles balísticos, más las cenizas, han caído sobre la superficie de nieve y el hielo glaciar, causando el deshielo.
Erupción causó extinción
Cuando la nieve recién caída se cubre de ceniza y ésta por el color, más que por su temperatura, recibe la radiación solar, se calienta y no permite que el glaciar se alimente, aunque se ubique en la altitud potencial para formar glaciales.
De modo que la erupción del volcán, entre otros factores, hizo que se extinguiera. Hay hielo, pero son remanentes.
De acuerdo con Delgado Granados, los cientos de glaciares del planeta tienen su origen en las temperaturas suficientemente bajas para que el agua permanezca en estado sólido, como nieve o hielo.
No todas las masas de nieve o hielo se denominan de esta manera; por ejemplo, el casquete polar del norte es un cuerpo de hielo aunque no es glaciar.
“Un glaciar es toda aquella masa de hielo que tiene una serie de características, principalmente una dinámica que incluye movimiento desde la altura hacia niveles más bajos y un régimen de pérdida y ganancia”, definió delgado Granados.
La ganancia es todo lo relacionado con la precipitación sólida (nieve, granizo, ventisca).
Glaciares en México
En México, las temperaturas que favorecen la permanencia del hielo aparecen alrededor de los cinco mil 200 metros.
Esto significa que en cualquier montaña a esa latitud, donde hay precipitación pluvial puede encontrarse un glaciar.
“Si la lluvia cae en algún momento del año, se transforma en nieve y poco a poco se convierte en hielo de glaciar. Éste tiene básicamente la misma estructura de la nieve, aunque con aire contenido, mientras que en el hielo del glaciar ha desaparecido todo el aire. De ahí que haya diversas características para considerar a un glaciar como tal”, refirió.
Los beneficios que aportan estas masas de hielo son tan evidentes que a veces pasan inadvertidas, consideró el investigador.
A fin de cuentas, son cuerpos de agua en forma sólida, pero en época de secas se funden por efecto del clima y aportan agua a las escorrentías sobre cuencas que irrigan; también aportan grandes volúmenes del vital líquido a los mantos acuíferos.
De manera que si desaparecen los glaciares, simple y sencillamente disminuyen los flujos, no hay agua.
Mientras el glaciar del Popocatépetl ya desapareció, los del Pico de Orizaba y el Iztaccíhuatl se encuentran en riesgo. 👇 https://t.co/w8TtVjCWPq
— Gaceta UNAM (@Gaceta_UNAM) February 17, 2020