El camino a la multipolaridad
16 de julio 2014.-La distribución geopolítica del mundo está cambiando cada vez más rápidamente. La cada vez más evidente progresiva pérdida de poder de las naciones centrales (EUy la UE) se confronta con la aparición de nuevos protagonistas en la escena global, que buscan y generan conexiones y alianzas para consolidar ese protagonismo.
China viene haciendo sentir ese protagonismo, más que con su discreta actuación política a nivel internacional (que ha sido una característica tradicional de las relaciones exteriores chinas desde el propio Imperio Celeste), a través de su creciente e indetenible crecimiento económico, que la han convertido en la segunda potencia del planeta, pisando los talones de los Estados Unidos, siendo la poseedora del mayor volumen de Bonos del Tesoro Estadounidense del mundo y una competidora triunfante a nivel industrial y comercial.
El caso de Rusia es diferente, aunque la Federación (a partir de su singular economía semiprivada–semiestatal) viene consolidándose como un exportador importante (sobre todo en algunos sectores como los equipos militares y las armas), sin embargo en los últimos tiempos –y bajo la hábil conducción política de Vladimir Putin y sus allegados– ha venido generando una gran capacidad para las relaciones internacionales y acrecentando con ello su poder político. El mejor ejemplo de esto en los últimos tiempos fue su intervención en el conflicto Sirio, con una audaz propuesta política que evitó el ataque aéreo a ese país que ya había decidido la Casa Blanca, que dejó sin argumentos al propio Obama y que cambió completamente la situación de todo el conflicto sirio.
Sumadas a estas dos potencias, las naciones emergentes India, Brasil y Sudáfrica conforman el grupo BRICS, una alianza estratégica que viene fortaleciéndose a partir de nuevos acuerdos y decisiones, y que se va constituyendo en un polo de poder capaz de enfrentar la hegemonía de las potencias centrales (sobre todo la de los Estados Unidos).
En el caso de nuestra Latinoamérica, el indetenible proceso de integración comenzado con el siglo está “en pleno desarrollo”, a través del afianzamiento de los organismos multilaterales que nuestras naciones han creado. MERCOSUR, ALBA, UNASUR y CELAC son las herramientas que van permitiendo las acciones conjuntas de nuestros pueblos, abriendo el camino hacia el sueño de los libertadores de la Patria Grande y formando a partir de esto otro nuevo factor de poder en el ajedrez mundial.
Y es curioso como estos movimientos contrahegemónicos se van acercando unos a otros, como atraídos por el propósito común de llevar al mundo hacia un sistema multipolar de equilibrios geopolíticos y tienden a formar una red que les permita potenciarse mutuamente.
El mundial de fútbol, el BRICS y las giras por Latinoamérica
Y no se trata solo de reflexiones teóricas, la final de la Copa del Mundo realizada en Brasil contó con la presencia de por lo menos diez jefes de Estado de todo el mundo. Y no por casualidad estuvieron entre ellos Vladimir Putin y Xi Jinping, primeros mandatarios de Rusia y China.
Putin culminando una gira sin precedentes por países latinoamericanos que comprendió a Cuba, Argentina y Brasil e incluyó una visita no programada a Nicaragua. En el caso de Cuba la visita fue seguida a la decisión previa de condonar el 90% de la vieja deuda que este país tenía con la Unión Soviética desde la época de la Guerra Fría. Y la visita incluyó una entrevista personal de Vladimir Putin con Fidel Castro, el líder histórico de la Revolución Cubana.
En el caso de Xi Jinping su gira latinoamericana comienza una vez finalizado el Mundial e incluye a Brasil, Argentina, Venezuela y Cuba y es su segunda visita al continente, un año después de haber estado en Costa Rica y en México. Luego participará en la primera reunión de jefes de Estado del cuarteto que coordina en este período la CELAC (Costa Rica, Cuba, Ecuador y Antigua y Barbuda).
Ambos mandatarios participan en la sexta cumbre del BRICS que se realiza en Brasil dos días después de finalizado el Mundial.
Todo este entrelazamiento de movimientos diplomáticos deja ver:
1) La importancia que Latinoamérica tiene hoy para China y para Rusia (por razones políticas, económicas y comerciales)
2) La cada vez más consolidada existencia del BRICS y su relacionamiento con Latinoamérica.
3) El acercamiento simultáneo entre los nuevos actores de la escena mundial
Y todo esto sucede ante la impotencia total de los Estados Unidos, para los cuales Latinoamérica (a pesar de declaraciones de su Secretario de Estado) ha dejado ya –por sus propios méritos– de ser su “patio trasero”, y que nada puede hacer ante el crecimiento del poder del BRICS y la progresiva presencia a nivel mundial de Rusia y China.
Como dijimos al principio, estamos en tiempos de grandes cambios en la distribución del poder en el mundo y posiblemente a partir de esos cambios sea posible mantener la esperanza que podamos evitar la destrucción del planeta a la cual el sistema imperante nos está arrastrando a todos.
El reacomodo del poder mundial puede constituir (sin ninguna garantía de que así será) una forma de ayudar a detener el suicidio colectivo con el que, tanto el sistema económico como los factores de poder que han manejado el planeta desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, vienen amenazando a la Humanidad.