Son presencia obligada en los smartphones de todo el mundo, pero sus ganancias no provienen de los mensajes. ¿Dónde está el verdadero negocio de estas aplicaciones?
Regeneración, 4 de agosto 2014.-Usar diferentes aplicaciones de mensajería nos permite estar en contacto con nuestros amigos y conocidos de manera rápida y gratuita (salvo en algún caso, como el de WhatsApp, en el que tenemos que pagar una pequeña cantidad anual). Pero, desde el punto de vista de los negocios, estas herramientas tienen poco que ver con los mensajes que enviamos.
La mayoría de los creadores de software, desde Facebook hasta Vine, saben que uno de los aspectos que verdaderamente puede reportarles beneficios son los datos que almacenamos en nuestros dispositivos inteligentes (las búsquedas que realizamos, nuestras webs favoritas ).
La información, como siempre, es poder y, en este caso, las aplicaciones la pueden utilizar para mandar publicidad a sus usuarios (WhatsApp, de momento, no usa esa arma) o para ofrecer servicios dentro de la propia herramienta que se ajusten a las necesidades de sus clientes.
Pagar sin salir de la aplicación
Uno de estos servicios sería la creación un sistema de pago propio. Esta opción abriría un mundo lleno de posibilidades que irían desde la conversión de las aplicaciones en una plataforma de pagos o una aseguradora (como ya ha hecho la china WeChat), hasta la venta de contenidos como emoticones, fondos de pantalla o juegos.
Precisamente los videojuegos están resultando una de las alternativas más rentables. Como ejemplo, la japonesa Line (con la que su matriz coreana, Naver, ganó unos 252 millones de euros el último año) debe el 60% de sus ganancias a la venta de juegos y de sus accesorios o extensiones. Tampoco se quedan atrás KakaoTalk (que sumó 230 millones de euros gracias a ellos en 2013) o la ya nombrada WeChat.
Pero el movimiento definitivo que podría desbordar los márgenes de beneficios de estas aplicaciones sería su transformación en plataformas de e-commerce. Si sumamos la información que almacenan sobre sus usuarios y la creación de sistemas de pago propios, nada impediría a WhatsApp o Telegram desbancar a muchas tiendas online. De nuevo, WeChat ha sido la primera en aprovechar esta oportunidad y ya ha realizado campañas de venta en colaboración con tecnológicas de la talla Huawei o Xiaomi.
La próxima en sumarse a las compras online podría ser Tango, una aplicación poco conocida en nuestro país que ha recibido hace pocos meses una inversión multimillonaria Alibaba, el gigante chino del comercio electrónico. Eso sí, se trata de una simple posibilidad y de momento Tango se dedica a hacer caja, como las anteriores, sobre todo a través de los juegos.
Las aplicaciones de mensajería instantánea son un terreno fértil y, aunque nos cueste creerlo, bastante inexplorado. Quién sabe si en un futuro su popularidad les ayudará a convertirse en un ‘todo incluido’ del que sus usuarios no tendrán que salir ni para ir de compras, hacer transacciones bancarias o estar al tanto de las últimas noticias.
Información: Expansión