Esta es la turbia historia de cómo Antonio Del Valle Ruíz con la benevolencia de las presidencias panistas y priistas se adueñó de la Planta Pajaritos de Pemex.
Regeneración, 21 de abril 2016.- Tras la explosión registrada en la planta que opera el conglomerado químico industrial mexicano Mexichem, resulta indispensable conocer quién es el dueño de esta empresa y cuál ha sido su participación tanto en la economía como en la política energética del país.
En la zona de la explosión trabajaban cientos de obreros que ya habían reportado las fugas en la línea de cloro, sin embargo, éstas, nunca fueron reparadas, por el contrario, cada que escapaba gas, las personas eran desalojadas y regresaban a laborar cuando se esfumaba el olor.
¿Quién es Antonio del Valle Ruiz?
Es uno de los banqueros expulsados del sistema financiero mexicano por la nacionalización de la banca, sin embargo, se movió al carril empresarial y en la actualidad reporta ventas multimillonarias con su empresa Mexichem que opera en más de 30 países, reportando sólo en los últimos ocho años un aumento de 15 veces sus ventas.
Uno de los productos más rentables que producen en Pajaritos es el cloruro de vinilo, con el cual se generan compuestos de PVC y resinas.
La producción del cloruro de vinilo nace del proceso por el cual se mezclan el cloro y el etileno. Si bien el etileno era producido en la planta, el cloro no era hecho únicamente por Pemex, sino que era adquirido a la empresa “Cloro Tehuantepec” ubicada a lado del complejo.
De esta empresa, Pemex tenía el 40% de las acciones lo cual garantizaba no sólo el abasto puntual sino también precios mejores que los del mercado.
Sin embargo en el año 2000, las acciones que Pemex mantenía en “Cloro Tehuantepec” técnicamente «desaparecieron” y pasaron a formar parte de la recién formada Mexichem, propiedad de Antonio del Valle Ruíz quien había comprado Cloros Tehuantepec.
De esa forma, Pemex cambió de socio a cliente cautivo de Antonio del Valle.
En 2009, Del Valle comenzó a plantar la idea de que “Pemex es incapaz de operar la planta Colorados III” en Coatzacoalcos, por lo cual, comenzó a presionar para que le cedieran en comodato la otra planta en funcionamiento, Colorados II. A la par de estas acciones, Pemex, inicia con despidos de ingenieros para así lograr que estos fueran contratados precisamente por Mexichem.
Así, para 2013 Antonio del Valle se convirtió en el primer empresario en entrar a Pemex no como permisionario o contratista sino en calidad de socio accionista de la paraestatal.
Antonio, considerado “el zar del cloro” ha sido uno de los grandes beneficiados con las privatizaciones de la infraestructura nacional producto de la Reforma Energética.
En 2014, un centenar de trabajadores de Petróleos Mexicanos marcharon en Coatzacoalcos para denunciar que eran presionados por el Sindicato (dirigido por Carlos Romero Deschamps) y Mexichem con el fin de que firmaran un contrato colectivo que los dejaría en desventajas laborales y propensos a despidos por la nueva compañía.
Tras la privatización que fue concretada por Enrique Peña Nieto, se había acordado la reubicación de parte del personal y el respeto a otros trabajadores dentro de sus labores dentro de la planta, esto no sólo no ocurrió, sino que los trabajadores fueron testigos del desmantelamiento de Pajaritos.
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En uno de los capítulos más ridículos de la historia actual, este mes, el empresario recibió el reconocimiento a la Responsabilidad Social Empresarial entregado por el Instituto México del Centro Internacional de Académicos Woodrow Wilson, premio que es otorgado a personas que “con diálogo constructivo, generosidad filantrópica y servicio desinteresado, contribuyen al mejoramiento de la sociedad”…
Con información de la Jornada, el Renegado legítimo, Forbes