El objetivo es que con unos sensores y la inteligencia artificial se pueda hacer un análisis de las heces cuando una persona vaya al baño
Regeneración 2 octubre 2021. En la actualidad todos los dispositivos electrónicos que utilizamos diariamente han tenido una transición para convertirse en ‘inteligentes’ y más funcionales.
Hasta ahora, solo Japón cuenta con lavabos modernos pero la investigadora Sonia Grego buscará renovarlos.
Grego, es investigadora de la Universidad de Duke, Estados Unidos y cofundadora de Coprata y esta trabajando en un inodoro inteligente que pueda detectar el estado de salud del usuario.
El objetivo es que con unos sensores y la inteligencia artificial se pueda hacer un análisis de las heces cuando una persona vaya al baño.
Dicho en pocas palabras, estos lavabos sustituirán el proceso de llevar las heces y orina al médico para que las analice.
De acuerdo con Grego las muestras de heces recolectadas en el lavabo inteligente podrían proporcionar información precisa sobre enfermedades crónicas o incluso cáncer.
“Se podrían recibir alertas personalizadas para tener más fibra o evitar ciertos alimentos para ciertas dolencias”, indicó la investigadora.
Para Grego estos dispositivos darían mucha tranquilidad porque detectarían enfermedades o dolencias en un estadio muy temprano.
Estos inodoros inteligentes se conectarían a una aplicación para móviles en el que se almacenaría toda la información recolectada.
Se espera que de aquí a nueve meses, los expertos de la School of Medicine ya tengan un primer modelo de lavabo con cámara y una inteligencia artificial entrenada para analizar color, textura y volumen de los excrementos y orina.
¿Cómo funcionarán los inodoros inteligentes?
La cámara que se utilizará tendrá una capacidad de leer la huella anal de las personas por lo que sabrá en todo momento de quién es la muestra que se analiza.
De acuerdo con la información proporcionada en la revista Nature Biomedical Engineering el inodoro tendrá un sistema de sensores y cámaras.
Además, fue probado en más de 60 personas y mediante inteligencia artificial y reconocimiento de imágenes es capaz de analizar a quienes lo están utilizando.
El inodoro tendrá sensores de visión y tiras reactivas para analizar el pH, la presencia de proteínas, glucosa y detectar posibles infecciones.
También contará con un lector llamado “Analprint Scan” que escanea el ano de cada usuario para relacionar los datos que se obtuvieron.
Los investigadores de Stanford y la compañía coreana Izen se encargarán de fabricar los retretes para que salgan al mercado a finales de año.